«Aún no he podido poner el equipo que está en mi cabeza»
Guillermo Fernández Romo | Entrenador del Racing ·
El técnico admite que el potencial del equipo «hay que verlo semana a semana» y ve clave «tener una plantilla versátil»Secciones
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Guillermo Fernández Romo | Entrenador del Racing ·
El técnico admite que el potencial del equipo «hay que verlo semana a semana» y ve clave «tener una plantilla versátil»Guillermo Fernández Romo (Madrid, 1978) está a gusto en Santander, y en el Racing, «aunque hay ocasiones en que la exigencia no te deja disfrutar del todo». Cuando fichó por este club contaba con eso. El míster pasó ayer por twich.tv/dmontanes para pasar ... revista al pasado, analizar el presente e intuir el futuro a corto y medio plazo de su equipo. Tiene claro que «el objetivo es quedar el 18», pero sabe que la diferencia «entre ganar o perder es la bota de un jugador». Respeta la decisión de La Gradona, «pero se la echa de menos». Quiere que le vaya «siempre bien al Racing» y discrepa con esa vitola de defensivo que lleva colgada. «Para unas cosas el equipo es defensivo y para otras ofensivo».
–Cada día que llega a La Albericia tiene una baja más en el parte médico ¿Cómo lo lleva?
–Lo hablaba hoy –por ayer– con los jugadores. Lo más importante es la mentalidad, superar determinadas situaciones y seguir construyendo. Así se supera todo.
–¿Se ha parado a pensar por qué se lesiona tanto la gente?
–Todo tiene un porqué. Hay veces que hay alguien que aprieta y que exige. Pongo un dato. Jorge Pombo, por ejemplo, ya ha jugado más minutos que el año pasado. Hay jugadores que han venido sin jugar mucho y que ahora están jugando y todo tiene una relación.
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–¿Y ahora qué? Debe reinventar lo que estaba saliendo bien.
–Siempre hay que tener la cabeza abierta. Yo no soy un entrenador de una sola idea, por esto mismo, en la adaptación está el éxito. Tienen que ser plantillas versátiles. Debemos ser capaces de darles a los jugadores claridad en los conceptos y ellos lo están haciendo bien.
–Sea sincero. El domingo después de jugar ante la Ponferradina estaba usted enfadado.
–Estoy como siempre. ¿Qué llevaré? Cien ruedas de prensa. En unas digo lo del Manchester City, en otras recomiendo un libro... Pero no estoy enfadado.
–¿No tuvo la sensación de que la gente se fue pensando que podía haber ganado el partido?
–Intento no estar muy pendiente de lo que vosotros sentís, porque no forma parte de mi trabajo. No leo nada, no porque no me interese.... Y con la afición sí que el contacto que yo tengo es muy positivo, desde el año pasado. Ellos son conscientes de que tienen un entrenador que se esfuerza al máximo para conseguir éxitos.
–¿Qué le pasó a este equipo en las primeras cuatro jornadas y que puede pasar con él a partir de ahora?
–No sé lo que pasó, más allá de los resultados. Tampoco lo que irá pasando de aquí en adelante. Muchas veces la distancia entre ganar o perder es la bota de un jugador. Lo que no me pasaba por la cabeza es que perdiésemos porque no hiciéramos méritos o nos faltara claridad en algo. El día que fuimos a Gijón hicimos una semana típica con doble sesión, y una de ellas no fue irnos al gimnasio, si no irnos a comer. Los equipos se construyen también desde lo emocional, desde la confianza, desde la broma... A veces queremos ir demasiado rápido.
–¿No le parece a usted que el equipo dio un paso adelante y quiso ser más ofensivo? Y llegó Pombo...
–Sabéis que discrepo en eso de que el equipo sea ofensivo o defensivo. Para unos momentos nos interesa que sea defensivo y en otros ofensivo, con los mismos jugadores. Nos interesa un sistema de relaciones en el que las cosas pasen con sentido y los jugadores se desarrollen de la mejor manera. La llegada de Pombo sí que nos permitió tener más redondez. El día que él faltó, como en Eibar, el equipo también me gustó. Es ir encontrando esa redondez máxima, esa armonía.
–¿Ha dado ya entonces con la tecla que busca?
–El equipo que está en mi cabeza no lo he puesto todavía, porque no han coincidido en el campo los jugadores en un buen estado de forma y de rendimiento bueno.
–¿Cree que este equipo da para más que la permanencia?
–Yo sé que el objetivo es quedar el 18. Creo que cada partido va a ser muy difícil y va a costar ganar cualquier punto. La frustración que puede sentir cada uno de nosotros porque tu equipo no gane... Pero tenemos que verlo. No voy a ser el típico que siempre hable de trabajo, porque creo que todo el mundo trabaja, pero sí que hay que tomar buenas decisiones y que los jugadores crezcan. Y eso hace falta verlo semana a semana. Este cuerpo técnico ha sido coherente.
–¿Está usted a gusto en el Racing?
–Agradezco que me haga una pregunta personal. Yo intento empatizar con el periodista-persona muchas veces. Intento ser educado siempre. Más allá de eso, el trabajo en sí es difícil y después, personalmente tienes tus momentos complicados. Hay una serie de exigencias, que cada uno toma, que no te hace disfrutar las cosas cotidianas de la mejor manera. Yo puedo estar en ese momento de ambición profesional de llegar lo más arriba posible y te hace ser más autoexigente. Pero estoy bien; en la ciudad feliz.Sólo me falta comprar un piso.
–¿Sabe usted que el último en estar dos temporadas enteras consecutivas al frente del Racing fue Felines?
–Sí, y hay que darle una vuelta a eso. Muchas veces, en la pirámide de importancia, el entrenador está de lo más alto y hay que darle tiempo. Felines es de Aluche, como yo.
En el camino correcto
–Haga balance desde que llegó ¿Qué ve? ¿Cree que se le exige mucho en Santander?
–Me ha tocado coger al Racing, después de la peor clasificación histórica, y en un año no sólo ascendimos sino que batimos varios récords de imbatibilidad, de porterías a cero, exentos de una ronda de Copa del Rey... Se cumplió. Vamos al siguiente escalón, que es asentarnos en el fútbol profesional. Este año nos hemos encontrado, por ejemplo, con que el chófer después de no se cuántos años se vaya o el jefe de los servicios médicos. Creo que hay que ir poco a poco.
–Llegó hace un año y medio y ya tiene suficientes datos. ¿Hacia donde va este Racing?
–Creo que estamos en la línea correcta, más allá de que hay que ir resolviendo muchísimas cosas todavía. Cada vez hay más departamentos con recursos humanos. El primer equipo está mucho más armado para que cualquier profesional trabaje en mejores condiciones. La categoría ayuda a que haya otra serie de estabilidades. Lo que pasa es que es fútbol y a eso debe acompañarle los resultados. Y yo creo que sin procesos no hay resultados.
–¿Cómo es su relación con la cantera y el staff técnico?
–Bien. Encima tenemos una persona que media y que genera esa unión, que es Mikel –Martija—. Aquí todos estamos buscando lo mismo, que es que el Racing esté lo mejor posible.
–¿Qué dice de su relación con Mikel Martija y la dirección deportiva?
–Yo creo que estamos contentos. Nuestro día a día es fluido y podía haber sido hasta difícil. Porque incluso ha sido al revés. Había un entrenador y se firmó un director deportivo. Normalmente suele ser al revés. Cuando piensas de la misma manera, que es dejar trabajar. Estamos viendo que poco a poco la línea la vamos cumpliendo. No me va a cambiar que existan mejores o peores resultados.
–¿Se ve usted en el Racing mucho tiempo?
–Lo que a mí me gustaría es que al Racing le vaya bien siempre. En 'El Principito' se habla de la diferencia entre querer y amar. Cuando amas a un club y a su gente, que es lo que me pasa con el Racing. Es contigo o sin ti, pero siempre.
–El Sardinero estuvo mudo ante la Ponferradina. La Gradona se calló. ¿Cómo se vivió ahí abajo?
–Lo que siento es que estén así, porque creo que ellos también están fastidiados. A mí me lo han transmitido así también. Notamos mucho su ausencia. No lo juzgo. Cuando alguien se rebela ante algo, tiene sus motivos y sus argumentos. Aceptarlo y esperar que se solucione lo más rápido posible.
–Una mirada atrás. Ascienden y se les va la estrella. Pablo Torre.
–Era una decisión muy consensuada. De él a nivel personal y era muy favorable para el club. Hablaba con él era para que viviera la oportunidad de la mejor manera posible. Como no le vamos a echar de menos... Hemos perdido a Pablo, Patrick y Cedric. A los tres tenores del ataque.
–Ya paso, pero... ¡Le costó mucho a Pablo Torre ser un fijo en su equipo!
–Lo que le costó es entender que sus acciones en el campo tienen valor con balón, sin balón, dentro de un contexto o de todos. Le costó porque tenía 18 años. Y creo que a veces el estar sentado en el banquillo te ayuda a entender las cosas de otra manera. Pero demostró que es un jugador de grandísimo nivel.
–Y se quedó sin Torre y pensó:¿Cómo le sustituyo?
–Hay espacios del campo que son muy importantes. Esas situaciones cerca del área. Yo creo mucho en ese tipo de jugador y no es fácil encontrarlo. Había que esperar a encontrar para ponerle nombres y apellidos. Nos arriesgamos y conseguimos alguna pieza que queríamos.
–¿Acudirán al mercado de invierno a reforzar la plantilla?
–Intentaremos tomar las mejores decisiones posibles para el club y si se incorpora alguien, que nos haga mejores. Todavía hay margen de mejora.
–Un nombre propio: Marco Camus, ¿no le convence o qué?
–Me tiene convencidísimo. Lo que le falta es que le ponga titular. Lo que pasa es que si te faltan los tres delanteros, que no le pasa a ningún equipo, hay jugadores como Peque que eso le ha ayudado a adelantar el proceso. El chico creo que está a la altura. Lo de Marco es una cuestión de alinear, porque ya no es canterano, es un jugador de la primera plantilla. Cada vez que le estoy poniendo, está rindiendo al máximo.
–Y Mantilla... ¿Al chaval hay que frenarle o qué?
–Mantilla es un chico extraordinario, que tiene que seguir mejorando. Tiene una genética estupenda y puede tener adaptación a diferentes puestos. Insistí en que se renovara porque creí que era importante que se desarrollara dentro del club.
–Y en la portería. Se trajo a Jokin Ezkieta para que compitiera con Miquel Parera y por el momento le toca esperar.
–Lo mejor que le ha pasado a Parera es Jokin. Entre ellos se exigen y se esfuerzan, pero el éxito de Parera es Jokin. Miquel, por el carácter que tiene no es de los que se relaja. La portería es difícil, los dos me encantan y debe esperar cada uno su momento.
–Germán vino para jugar y de momento... ¿Qué le pasa?
– Quise ponerle al principio y quizá no estaba preparado y no ayudé. Cada vez está mejor. Es un veterano increíble. Nos ayuda mucho en el día a día y le tocará, porque las plantillas tienen que tener buenos jugadores en todas las posiciones.
–¿Qué hace Guille Romo cuando no piensa en fútbol?
–La verdad es que ahora no tengo mucho tiempo. Estamos en una competición que teníamos que ver todo y nos hemos pegado una paliza. Semanas de tres partidos. Siempre intento pasear, vivo en un barrio muy a gusto, en El Sardinero, cerca de Mataleñas, y disfruto con mi gente.
–¿Se disfruta menos en Segunda División que antes?
–No sé si la palabra es disfrutar, porque estás en modo piloto automático. Creo que es una profesión en la que quizá no te dura tanto el disfrute. Vas al revés de la gente. El fin de semana tú trabajas. Eso hace que te pille más a contrapié con los amigos o tu pareja. Algún día dejaré de estar aquí y me acordaré muchísimo. Vivo en una ciudad increíble.
–¿Qué ha cambiado en este fútbol tan exigente y milimétrico de aquel que conoció cuando decidió ser entrenador?
–Creo que el juego es el mismo, más allá de que ahora ya no se le engaña al árbitro. Creo que no ha perdido la esencia y por eso nos encanta a todos. Hay más espectáculo, es indudable, pero lo de dentro es igual. Trabajo con ipad, pero voy con lápiz y papel.
Jugador diferencial
Juergen Elitim está lesionado. El colombiano fue ayer el protagonista de la jornada de entrenamiento al confirmarse que sufre un edema óseo en el escafoides del pie izquierdo y que, por tanto, como Romo adelantaba el pasado domingo, se suma al capítulo de bajas. Otro más.
–No parece normal lo que le pasa al Racing. Juergen, otro más que se queda en casa.
–Muchas veces son las casualidades, que se juntan todas de golpe y no es más. Con las lesiones también tenemos que ser resultadistas y hay que ver qué pasa más adelante. Ahora es cierto que las estamos teniendo, pero estoy convencido de que cuando pase un mes estaremos como tenemos que estar. Con el máximo de efectivos disponibles.
–¿Qué le pasa a Juergen?
–Uno intenta ser precavido porque hay ocasiones que ni el médico sabe lo que pueden tener los jugadores. Hay que particularizar también en cada uno porque no es lo mismo una lesión en uno o en otro. Ni la dolencia ni el plazo de recuperación. Veremos cómo evoluciona Juergen y a ver. Tiene un edema óseo y es algo molesto y preocupante porque puede producirse una fractura si se fuerza.
–¿Cómo lo va a solucionar?
–Hay que estar en disposición de recuperarnos cuanto antes. Hoy –por ayer– lo hablaba con ellos. El fútbol es esto;es lesionarse, recuperarse, estar, no estar...Es la tolerancia a la frustración y superarla para seguir construyendo.
–Juergen es un fijo. Es un contratiempo muy serio.
–Todos son importantes porque están relacionados. Hay algunos que son especiales por el contexto porque a lo mejor no tenemos un jugador similar y por eso hay especial sensibilidad.
–¿Sabe quién lo sustituirá?
–Es un jugador que tiene esa especialidad, que es capaz de darnos mucho sentido con la pelota y ahora tiene que hacer ese trabajo otro compañero, pero ya está ahí. No hay que inventarlo.
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