Guillermo y Galán pasan sin llamar

'Al prao'. La expresión es futbolera a más no poder. Y Cristóbal sabe que para ganar a este juego no se puede ir a contracorriente. Por eso sin apenas conocerlos, Borja Galán y Guillermo fueron titulares ayer en El Sardinero. Si el míster no lo hubiera hecho, habría sido no entender lo que pasa.

A Borja Galán le facilitó las cosas que Lombardo está lesionado y a Guillermo, que sus nuevos compañeros de delantera no han aparecido desde la pretemporada. Y los dos 'al prao'. El madrileño: atrevido, vertical y descarado. El vasco: voluntarioso, posicional y participativo. A Galán no le importó ser el 'nuevo' y a Guillermo, tampoco. Buen síntoma. En los primeros 45 minutos entraron en juego lo justo para que el público los considerara de los suyos cuanto antes.

A Borja Galán le dio tiempo a demostrar que tiene regate y que ha llegado con ganas de encarar. Guillermo, por su parte, dejó muestras de que tiene remate y que puede sacarle partido a dos extremos verticales. Dos remates suyos fueron de lo más peligroso del equipo. Es un '9' de área, de corto recorrido y de los que fijan la defensa. En la segunda mitad, Cristóbal le puso un compañero en el ataque, David Rodríguez, que no tiene nada que ver con él y entre los dos se repartieron el protagonismo. Su mayor envergadura le permitió seguir siendo la referencia y los centros que de la banda llegaron fueron directos a él. A David Rodríguez le tocó correr más que al vasco.

Mientras tanto, Borja Galán siguió pidiéndola desde la banda, pegado a la cal y encarando. Al madrileño sí que le falta confianza con la pierna izquierda, quizás por eso abusa de su regate para dentro. El futbolista, a quien Cristóbal conoce de su paso por el Dépor, es una versión extendida de Lombardo. No tiene el cambio de ritmo del francés, pero quizás sí tenga más recorrido. La banda no se le hace tan larga y ayer -ojalá no sea sólo un día- no escatimó esfuerzos en bajar a ayudar al lateral.

Y el fútbol es tan caprichoso que tuvo que ser un central, Figueras, el que levantase al estadio con su gol de cabeza a la salida de un córner. Porque en este Racing nada -o más bien poco- pasa como uno se imagina. En resumidas cuentas, lo que aportaron los dos nuevos al equipo no fue nada que dejase con la boca abierta al aficionado, pero lo suficiente para que la esperanza crezca.

En los últimos veinte minutos ambos bajaron el pistón. A los dos se les acabaron las pilas. Guillermo dejó de participar tanto, quizás porque estuvo rodeado de David Rodríguez y Rafa Tresaco. Y Borja Galán dejó de ser la banda elegida por el equipo para llegar arriba y también redujo su presencia. Ambos aprobaron, pero porque la nota media en este equipo estaba tan baja que cualquiera podía aspirar a superarla. Las imprecisiones generalizadas les impidieron sumar algo más a ellos y al resto. Su tono físico es bueno, su estado de forma aceptable, pero las necesidades del Racing son tantas que todo parece poco. Sea como fuere, los dos repetirán como titulares el viernes en Almería porque... Porque sí.