Los números de un campeón

La temporada avanza con jornadas compactadas por un calendario frenético, rivales en ebullición y una exigencia de victorias que quema. Y aún así, el Racing sigue al frente de la Segunda División con números de campeón. De los de verdad, los que avalan las estadísticas. Porque no hace falta más que echar la vista atrás seis temporadas para comprobar que los equipos que lideraban la clasificación a estas alturas, en la jornada 13, acabaron subiendo a Primera División. Y de los seis, solo uno contaba con más puntos que el Racing actualmente. Los cántabros tienen 30 puntos y el Cádiz de la 2019-20 tenía 31. Mínima diferencia.

Leganés, Las Palmas, Almería, Espanyol, Cádiz yGranada. Todos a Primera. ¿Se cumplirá la estadística una campaña más? Si se pregunta a cualquier racinguista es posible que su respueta sea eso de «Una ilusión nos persigue...». Mucho más complicado lo tuvo el Racing de la 2001-02, la ultima vez que los cántabros lograron el ascenso a la élite con Quique Setién a los mandos después de tomar el relevo de Gustavo Benítez. De aquellas, los verdiblancos eran décimos en la jornada 13 mientras el Atlético era líder –precisamente con 30 puntos–, pero la temporada acabó en ascenso.

No es fácil mantener una trayectoria en Segunda como la del Racing este curso, pero si sigue a este ritmo el equipo de José Alberto puede pensar seriamente en volver al lugar que le pertenece. Después de perder en casa ante el Cartagena (1-2) a finales de septiembre, el equipo se puso serio. Fue como si el gol que desmoronó El Sardinero aquel día sacudiera a cada uno de los jugadores. Desde entonces el equipo sumó seis victorias consecutivas, incluyendo una travesía de partidos casi sin descanso. Aquella derrota los sacudió para bien: ganaron al Zaragoza (2-3) y luego al Levante en casa (1-0). La cosa carburaba. El Racing se afianzó en el liderato con 20 puntos y se distanció a cuatro del Zaragoza, que entonces era segundo. A partir de ahí el calendario quiso poner a prueba el fondo físico, la paciencia y la valentía del equipo. Acumularon cinco partidos en dos semanas. Un examen que ha dejado al equipo con los números que ahora enorgullecen a su afición.

En Cádiz venció por la mínima (0-1) en el Nuevo Mirandilla. Un partido de esos que se juegan con inteligencia, buscando el gol sin apresurarse. Tres días después, los jugadores estaban ya en El Sardinero para recibir al Córdoba. No hubo miramientos y ganaron con solvencia (2-0). Con esta inercia viajaron hasta La Coruña, donde el Dépor les esperaba con ganas de arrebatarles la racha. Y la historia se repitió: victoria (1-2). El Racing, imparable. Apenas tuvo 48 horas para descansar antes de embarcarse en un partido de Copa en Lanzarote (3-4) y regresó a casa para enfrentarse al Albacete solo cuatro días después.

En El Sardinero, sin embargo, las cosas no son tan fáciles como parecen. El césped sigue jugando sus propios partidos y parece resistirse a los esfuerzos del club por mejorarlo. Se levanta en momentos cruciales, cambia la trayectoria de los pases y complica el toque que gusta a José Alberto. El 1-1 no era lo que esperaba la grada, pero el mensaje del míster retumbaba en la cabeza de sus jugadores: «Si no se puede ganar, no hay que perder». El Racing cerró la jornada sin triunfo, pero con un punto más. Ese empate no es una decepción sino una victoria estratégica: sigue invicto en esta recta y conserva su liderazgo sin amenazas cercanas.