Lo del Racing ya no es una moda

El Racing está improvisando. Ha tirado al agua el guión y ha salido al escenario a 'pelo'. Y le está saliendo mejor que nunca. Si es difícil encontrar un club que haya sido capaz de llenar el campo cinco veces en una temporada, lo de esta última es una vuelta más de tuerca. Doble tirabuzón. En esta ocasión lo ha hecho una jornada antes de que se juegue el partido. Frente al Zaragoza, el sábado 26 de mayo, para el que quedan nueve días y que ya no hay papel. Chao. Por en medio el Racing visita el Alcoraz para enfrentarse al Huesca, al que se escaparán los que puedan y a los que les han dejado -no ha sido sencillo conseguir una entrada-, pero el racinguismo ya anda preparando el duelo ante los maños a nivel social.

La afición tiene dos cosas claras este año; la primera, llevarle la contraria al Cholo Simeone con su archiconocida filosofía de 'partido a partido': «Es el último y si el equipo gana en Huesca lo mismo ese día se puede conseguir la clasificación para el play off. ¿Quién se lo quiere perder?», advierte José Ignacio Sánchez, socio, peñista y repartidor que ha hecho un paréntesis en su jornal para atender a El Diario. «Quise ir a Oviedo y no encontré entradas. Luego para Gijón, imposible. Pero es que ya no hace falta ir fuera. Fíjate lo que son los partidos de casa», añade mientras baja de la furgoneta un palé de productos. Al fondo, en el salpicadero del coche luce una bufanda verdiblanca. «No te voy a engañar, hacía tiempo que no salía a pasear. Estaba escondida», bromea. La otra, el segundo aspecto del que no duda un ápice el racinguismo, es que esta locura controlada ha venido para quedarse: «Es un claro ejemplo de lo que estamos creando entre todos. Y entre todos tenemos que lograr que no sea una moda sino que sea un sentimiento más fuerte», admite con contundencia Judit Jambrina, presidenta de la Asociación de Peñas del Racing.

Cinco llenos y, por supuesto, si al equipo se le ocurre entrar en ese dichoso play off serán al menos uno más, ese seguro -otro lleno en ciernes-, y otro más posible. Lo del Racing después de tantos llenos consecutivos empieza a dejar de sorprender.

Durante estos doce años, el Racing era algo que se llevaba unos días y... «luego nos olvidábamos, nos enfadábamos y acabamos de mala leche y tristes», explica Marta Ibáñez, de la Peña Aupa Racing, que expresa el sentir de tantos años. Porque ya han pasado doce desde que el club entró en barrena. «Eso es lo realmente ilusionante. Muchísimos de los que ahora apoyan son chavales que han visto vídeos o se lo hemos contado. No han visto al Racing en Primera y mira ¡Qué barbaridad!», señala con alegría Ernesto Flores, miembro de la directiva de la APR, y que se ha dejado las cuerdas vocales en el viejo y en el nuevo Sardinero. «Entre todos tenemos que conseguir que de los 6.000 que ahora se han sumado, por lo menos 3.000 se queden», concluye. Que esta marea verdiblanca no baje, que se quede en pleamar más de lo previsto. «Cada año ha sido un poco más, de eso no hay duda», matiza Fran Martínez, de la Peña Nukleo Asón. La experiencia del colectivo pejino es la esencia de esta historia. «Nosotros este año hemos crecido muchísimo. En los desplazamientos cada vez somos más y en casa no falta nadie».

Sea lo que fuere, se llame efecto llamada u oportunismo casual, pero lo de esta temporada no tiene parangón. «El cambio de timón, los cambios en la política social, los buenos resultados... Ha habido muchas cosas que han contribuido a que el Racing deje de ser algo que queda bien para gustarle a todo el mundo», dice Flores.

Ya se han puesto en marcha las peñas para organizar algo distinto el día 26. «¿Te imaginas que se puede lograr la clasificación en casa?», sueña Fran Martínez. «Mejor esperar, ya lo comunicaremos», concluye Flores.

«No estamos en una ola, estamos surfeando la vaca gigante», finaliza Antonio Sainz Cueto, presidente de AUPA, para el que lo que está ocurriendo no es una moda, es un cambio de tendencia. «Hace un año echábamos cuentas de cuántos puntos necesitábamos para quedarnos y ahora las echamos para subir». Los pantalones de campana se llevaron unos años lo mismo que el cuello Mao. El pantalón vaquero hay veces que se saca del armario y otras no. Según toque. Pero siempre sienta bien. Como el Racing. «1.500 camisetas en una semana. Si es que todo el mundo quiere ser del Racing», sentencia Calzada.

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