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Las imágenes de un oso macho atacando a una cría son brutales, pero acaso no es así la naturaleza, acaso las campañas de conservación de una especie animal que desde 1973 está en peligro de extinción pueden ir en contra de su instinto. «Nos ... puede parecer muy duro, pero es parte de la naturaleza de estos animales», explica el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, que habla ya de crecimiento positivo. Hay al menos 350 ejemplares en la Cordillera Cantábrica y Pirineos, pero el futuro va más allá, y si la «conservación de la biodiversidad» debe darse la mano con el medio rural para su «puesta en valor», la cercanía cada vez más habitual de los osos en los entornos donde hay humanos, como los casos de Caloca y Los Tojos, son la otra cara del reto al que se enfrenta esa convivencia.
-El vídeo de un oso macho que ataca a una hembra y a su cría se ha hecho viral, ¿a qué se debe la repercusión de esas imágenes, que han llegado al 'prime time' de las televisiones?
-Los grandes carnívoros son animales muy vinculados a nuestra sociedad. El caso del oso pardo está muy vinculado a nuestra cultura desde la infancia, ¿quién no ha tenido un osito de peluche? Es un animal que nos llama mucho la atención; son como nosotros en su aspecto antropomórfico, tienen pies y manos, pisan igual, además, nunca han tenido una imagen malvada en los cuentos, a pesar de ser un gran carnívoro, sino más juguetona o bobalicona. En el mundo de los osos hay una gran actividad ecoturística vinculada a ellos porque nos atraen muchísimo. Pero añadido a esta atracción, esas imágenes espectaculares son algo que ocurre en la naturaleza. A lo largo de estos años hemos visto imágenes similares, pero este vídeo, que tiene una especial dureza, se ve muy poco.
-¿Estos ataques a las crías suceden a menudo?
-Hay mucha bibliografía sobre los infanticidios, y no ocurre solo en los osos, también pasa en leones, en primates; están vinculados a un comportamiento reproductivo, no es algo sádico. Los osos buscan copular con el mayor número posible de osas, y algunos siguen a una osa que anda con oseznos, no reconocen que han copulado con ella el año anterior y por tanto esas crías no son suyas, entonces tienen la tentación o intentan matar a las crías para que la hembra entre en celo dos o tres días después y entonces copular con ella. Nos puede parecer muy duro, pero es parte de la naturaleza de estos animales. No ocurre todos los días, pero ocurre todos los años, aunque no con una intensidad que frene el crecimiento de los osos. Si ocurriera cada día con cada osa, no tendríamos éxito reproductor y no crecería, como está ocurriendo, la población en positivo de los osos cántabros.
aTAQUE AL OSEZNO
-Habla de crecimiento positivo, ¿ha salido el oso pardo de la zona de riesgo de extinción?
-Hemos pasado de tener dos núcleos de osos cantábricos incomunicados que sumaban unos 60 ejemplares, y por tanto estaban en peligro crítico de extinción, a tener una población que supera los 350. Estamos a la espera de un censo que se ha realizado con herramientas genéticas organizado por el Gobierno de España y las comunidades autónomas, pero hace dos años a nosotros ya nos salían 350 así que tendremos más ahora mismo, y lo más importante, en una única población; los núcleos ya están en contacto a través de machos que se han movido en un sentido y en otro. Los trabajos de conservación y búsqueda de apoyo social para ese fin han funcionado, y eso no es mérito de una fundación o una administración, sino un mérito conjunto de muchos que hemos remado más o menos coordinados en la misma dirección.
-¿Qué acciones están llevando a cabo para aumentar la población del oso pardo?
-Lo más importante ha sido buscar el apoyo social. Los osos viven en la Cordillera Cantábrica o en los Pirineos donde hay mucha actividad humana; pueblecitos, ganadería, cada vez más gente practicando el ocio de montaña, cazadores, así que hay que compartir la presencia de los osos y su crecimiento con todas estas actividades. Por eso, trabajar con el territorio ha sido y es fundamental, y tiene que seguir siéndolo, porque el territorio tiene que aceptar a los osos y tiene que ver un beneficio en los osos. Esa ha sido una de las líneas fundamentales y de las que más orgulloso me siento de la Fundación. Además, hemos luchado contra el furtivismo hasta reducirlo a algo que no es tan grave como sucedía hace veinte años. También conservar el hábitat y mejorarlo ha sido fundamental, y en esto se ha trabajado bien porque prácticamente todo el hábitat del oso está en la Red de Espacios Protegidos de Europa (Red Natura 2000). Estos han sido los grandes ejes de nuestra Fundación, y además, todo basado en ciencia, porque no damos un paso si no tenemos un fundamento técnico y científico en nuestras acciones de conservación.
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-La Fundación trabaja desde 1992 para proteger al oso, ¿qué ha cambiado en la defensa a lo largo de este tiempo?
-Creo que ha cambiado la percepción social de la biodiversidad: ha aumentado la sensibilidad y esto es importante. Que en España, con la biodiversidad más rica de toda la UE, y la Cordillera Cantábrica es un perfecto muestrario de ello, su sociedad lo valore y quiera que se conserve ha sido lo más interesante que he visto en estos años de trayectoria.
CONSERVACIÓN Y MEDIO RURAL
-¿Cómo convive la conservación de las especies con el turismo creciente en zonas rurales?
-Ahora que el medio rural necesita todos los apoyos posibles, hay que tener en cuenta que la conservación de la biodiversidad no es parte del problema del despoblamiento sino que tiene que ser parte de la solución. ¿Cómo? Poniéndola en valor como un activo económico, siempre con sensatez. La biodiversidad puede y debe ser considerada como un activo económico que genera puestos de trabajo. Claro que el ecoturismo es interesante y una fuente de economía para el medio rural, pero hay que hacerlo adecuadamente; no puedes traer turistas sin medida y por cualquier lado, sino que hay que hacerlo compatible.
Episodios recientes
Pedro Álvarez
-Varios episodios recientes muestran la cercanía de osos en entornos humanos: una hembra con su cría en Los Tojos, otro paseando por Caloca, ¿nos están perdiendo el miedo?
-Los osos son animales oportunistas, no dudan en coger comida donde la tienen a mano. Siempre han bajado cerca de los pueblos, donde se plantaban los frutales y robaban de noche y con cuidado. Había pocos y estaban perseguidos, así que en cuanto oían un ruido salían pitando. Pero ahora están más tranquilos. Tenemos más casos de osos que se avistan en las proximidades de los pueblos. Esto en sí no es un problema pero genera alarma y hay que hacer un seguimiento para ver si viene a robar un poco de fruta y se va, o si es un oso que empieza a habituarse a los humanos. En esos casos se interviene con medidas de disuasión como petardos o disparos con balas de caucho cuando la están liando para que vinculen el castigo al pecado, cuando tienen la cabeza en el contender y el trasero respingón afuera, que sepan que eso está mal. En esto se está trabajando ya con algún oso en Asturias, en Cantabria, en la Montaña Palentina. Si estos tratamientos no funcionan y el oso persiste a pesar de los sustos, se le retira de esa población. Puede ser duro, pero no podemos permitirlo de ninguna manera.
OSOS EN CALOCA Y LOS TOJOS
-¿Qué se acaba cuando fulminamos una especie animal?
-Como especie que tenemos capacidad para fulminar, pero también para recuperar y conservar, creo que lo estamos haciendo muy mal. Como sociedad estaríamos fracasando y debería avergonzarnos de no haber sido capaces de convivir con otra especie que tiene tanto derecho de estar en este mundo. Eso sin hablar de las repercusiones que puede tener que desaparezca.
-El urogallo, el lince ibérico, ¿existe la misma sensibilidad hacia estas especies que hacia el oso?
-Se está perdiendo mucha biodiversidad vinculada a insectos, a flora, a anfibios y esto lo conoce menos la sociedad, porque tiene una imagen menos impactante como la que pueden tener animales emblemáticos como un águila imperial, un lince, un oso pardo, una foca monje, un quebrantahuesos... Lo bueno que tiene prestar atención a estas especies como la del oso pardo es que son consideradas como especie paraguas, es decir, lo que haces bien con estas especies va a favorecer a otras especies. Su protección, por tanto, es prioritaria en la Comisión Europea y así se refleja en sus directivas, lo que obliga a los Estados a hacer verdaderos esfuerzos por conservar al oso y también sus hábitats. Si estas campañas producen resultados, gracias al oso estamos conservando muchos hábitats en los que están todas las demás especies.
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–Con una ola de calor como la que acabamos de sufrir, ¿cómo puede afectar el cambio climático a la conservación del oso?
–A ver si asumimos de una vez que el cambio climático es el gran problema de la humanidad. Claro que hay más problemas, y que están vinculadas al cambio climático como este virus que nos ha causado tantas desgracias. Los científicos no saben qué hacer para que los políticos actúen y que nos lo tomemos en serio de una puñetera vez, porque es muy grave. En los osos vemos tres líneas de afectación. Por un lado, la tendencia va a ser a no hibernar o a que lo hagan menos, así que los usos en las montañas oseras en invierno como el ocio de montaña, la caza o el esquí de travesía va a tener que tomar en cuenta que hay osos activos. En segundo lugar, afectará a sus fuentes de alimentación: el oso tendrá comida suficiente de alimentos ricos en grasas (bellotas o castañas en otoño), habrá robles que lo pasarán mal, las encinas por ejemplo se verán favorecidas, así que no vemos que vayan a tener un problema de fuentes de alimentación. Los modelos que hacen los científicos dicen que van a seguir produciendo estos frutos, aunque sea a más altura, así que no vemos que vayan a tener un problema de fuentes de alimentación sino que verán sustituidas unas por otras. Lo que nos preocupan son los incendios, van a ser cada vez más fuertes, más destructivos y más incontrolables, y esto va a afectar a los hábitats de los osos y otras especies. Es una vergüenza internacional lo que pasa en Cantabria con los incendios, tenemos un nivel exagerado, de los más altos de la Unión Europea, y esto no puede seguir así. De ninguna manera puede seguir como sigue el tema de los fuegos en esta región, porque ademásse va a ver agravado con todo lo que viene asociado al cambio climático y esto sí nos preocupa de cara al oso y otras especies, porque los fuegos van a ser cada vez más violentos, más destructivos y más incontrolables.
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