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El primer anuncio de Inés Arrimadas dejó claro que su línea será continuista. Ciudadanos, dijo, no apoyará la investidura de Pedro Sánchez. «No queremos que Podemos gobierne ni tener un Ejecutivo en manos de todos los nacionalistas», zanjó en una entrevista en Antena 3.
Desde ... que Albert Rivera soltara el timón por el catastrófico resultado electoral, todas las miradas estaban puestas en ella. Pero la jerezana prefirió guardar silencio y tomarse unos días para reflexionar. Necesitaba además digerir la marcha del que ha sido el referente del partido los últimos trece años. Su rostro desencajado y sus ojos vidriosos mientras observaba a Rivera dar un paso atrás lo decía todo. Ayer, tras madurar su decisión y corroborar que cuenta con el apoyo «casi unánime» de sus compañeros, Arrimadas dio un paso al frente y abrió la batalla por la sucesión, aunque no parece que vaya a tener oposición.
La diputada se siente preparada para asumir las riendas de Ciudadanos. El reto es mayúsculo: debe reflotar a una formación hundida tras perder dos millones y medio de votos y dejarse 47 escaños en las urnas. Pese a la presión existente, se ve «fuerte» y capaz de hacer resurgir a Ciudadanos de sus cenizas. «Como siempre en mi vida, siempre que ha habido una situación difícil, he dado un paso al frente y voy a ser valiente», aseveró.
En su reaparición, la diputada por Barcelona tuvo palabras para su mentor, al que encomió su «lección de dignidad» por asumir su responsabilidad en primera persona. Aunque en su adiós Rivera eludió la autocrítica, la dirigente reconoció ayer que ha habido errores estrátegicos y de comunicacion de los que «tenemos que aprender» y por los que «debe haber cambios» en el partido. Pero, de momento, no se vislumbra ninguno.
La futura líder de los liberales, y la mujer con la que Pedro Sánchez se verá la cara si explora la vía de Ciudadanos para su investidura, mantiene una línea continuista con la de Rivera, al menos en lo que respecta al acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos. «Esa coalición depende de los nacionalistas sí o sí. Aunque nosotros votáramos que sí, cosa que, evidentemente, no va a ocurrir –arguyó Arrimadas–, los nacionalistas llevan la batuta».
Para la diputada, el problema de fondo por el que el 10-N bajaron a los infiernos, está en que no supieron explicarse bien y «desorientaron» con sus bandazos a su electorado y no tanto con su veto a Sánchez. Y eso lo han pagado caro en las urnas. Según los análisis postelectorales, un millón de los votantes que en abril eligieron la papeleta naranja se quedaron esta vez en casa y casi un millón y medio se decantaron por el PP o Vox, dos partidos que, en opinión de Arrimadas, no han hecho nada» por acabar con el bloqueo institucional. «Ciudadanos en vez de ser percibido como un partido que sabe ceder ha sido todo lo contrario», admitió.
La diputada reconoció que también les faltó señalar que el líder del PSOE no quería llegar a ningún acuerdo con un partido que no fuera Podemos. En su opinión, lo que pedía el candidato socialista era «una rendición» para que los liberales apoyasen gratis su investidura y evitasen una repetición electoral. «A ver si va a tener razón Albert Rivera con lo de que Sánchez tenía un plan y Sánchez quería eso. Quizás se equivocó en el cuándo, pero no en el qué y en el quién», remachó.
A las primarias, previstas para finales de febrero o principios de marzo, Arrimadas concurrirá con una ejecutiva que tendrá que elegir y en la que se verá si la futura líder apuesta por una ruptura con el pasado. El Consejo General de Ciudadanos designará el próximo día 30 una gestora, que dirigirá Manuel García Bofill, que asumirá el control de forma interina hasta la celebración del cónclave a partir del 10 de marzo y en la que con toda probabilidad habrá miembros de la antigua cúpula como José Manuel Villegas o la propia Arrimadas.
Fuentes del partido reconocen que su candidatura no interferiría con este nombramiento ya que una vez que se convoquen las elecciones internas debería dimitir. Ella y cualquiera de los miembros de la dirección provisional que le acompañen en la carrera por la sucesión de Rivera, donde, salvo sorpresas inesperadas, Arrimadas es la mejor situada para asumir el puesto.
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