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Rebasado el ecuador del ciclo, y empapado el alumnado de nociones técnicas y prácticas en torno al tesoro gastronómico de la anchoa, este mediodía se vivió en Laredo una de las citas cruciales: la elaboración de pinchos y su posterior degustación. Una actividad abierta al público que se diseñó en dos tandas y a la que no faltaron los más sibaritas de la comarca.
El Territorio Anchoa sigue apuntalando su merecida fama a nivel mundial con creaciones gastronómicas a la altura de la excepcional calidad del producto que se traen entre manos. En esta ocasión, y dentro de esta I Semana de la Anchoa del IES Fuente Fresnedo de Laredo, la materia prima fue aportada por las conserveras Catalina, Codesa y Velmar. Con una base tan excepcional, sólo quedaba confiar en el ingenio, la creatividad y la experiencia de los profesionales en activo para fraguar bocados excepcionales.
En esta ocasión, la dirección culinaria recayó en los establecimientos Siete Villas Gastrobar, Bar el Boquerón y la Calzada Bar. Sus responsables compartieron espacio con los estudiantes de cocina y servicios para recrear incontables unidades de sus propuestas.
En el comedor, los asistentes a esta degustación buffet, acompañada de una sabrosa bodega, dieron fe de que la gastronomía vinculada a la anchoa está en plena racha. Y lo seguirá estando si los chefs del futuro se impregnan de una cultura que les convertirá en depositarios de un legado de valor incalculable. Mañana viernes se cierra el ciclo con la visita a las conserveras, donde descubrirán el delicado proceso de transformación del bocarte en anchoa exquisita.
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