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La asamblea del PSOE de San Vicente de la Barquera en la que los afiliados de la Agrupación Local iban a votar si expulsaban a la nueva alcaldesa de la localidad, Charo Urquiza, de su puesto orgánico como secretaria de organización, ha saltado por los ... aires. Urquiza ha esquivado la moción de censura interna, pero lo ha hecho en un gran clima de tensión. Las dos familias de la formación -los que apoyan a la nueva regidora y los que además de su expulsión reclaman que dimita de su puesto de primera edil del Ayuntamiento- han protagonizado un duro enfrentamiento, con insultos cruzados y acusaciones de manipulación de la votación por parte del sector crítico.
«Es vergonzoso, igual que ha llegado a la Alcaldía», «pero qué hijos de su madre», «igual hay que llamar a la Guardia Civil» o «vendidos al PP por cuatro duros», han sido algunas de las expresiones de los militantes críticos que han abandonado la reunión antes incluso de votar. Según ha explicado el exalcalde y exsecretario general, Dionisio Luguera, lo que ha ocurrido es que el oficialismo ha comenzado la votación antes de que estuviera en la sala una parte importante de los militantes. Lo que señala Luguera es que, como los afiliados estaban llamados a las 19.00 horas en primera convocatoria y a las 19.30 horas en segunda convocatoria y la costumbre es que la mayoría de militantes no lleguen hasta la segunda convocatoria, el grupo de Urquiza se ha adelantado para obtener un resultado favorable a sus intereses.
Y cuando los militantes críticos han llegado al lugar de la cita, la Torre del Preboste, se han percatado de que la votación había concluido. «No había quorum para hacer la votación. Han comenzado a las siete de la tarde, han comenzado el debate y han hecho la votación. Yo llegué a y cuarto y ya estaban votando», aseguraba el exalcalde, que insiste en que la mayoría de sus compañeros no han podido ejercer su derecho y entiende que, con este movimiento, lo que ha hecho Urquiza es romper el dos el partido. «Han jodido la Agrupación», resumía Luguera.
Lo curioso es que desde la Ejecutiva Regional del PSOE, que viene respaldando a Urquiza y la califica como «una víctima», no como la culpable de la situación porque considera que realmente no hizo un pacto encubierto con los populares, tienen una versión similar, aunque defiende la legalidad de la actuación. «Comienza en primera convocatoria y se cumple lo establecido en el reglamento federal de estatutos del 40 Congreso del PSOE, que es tener dos quintos del censo electoral. Por eso se inicia el momento», ha apuntado César Aja. «Se ha hecho todo con total legalidad», decía posteriormente la secretaria de Organización autonómica, Noelia Cobo, que ha acudido para apoyar a Urquiza.
Una Urquiza que ha salido de la sala con Cobo y que ha sido la última en hablar para decir que consideraba la actitud de sus compañeros «inadecuada, inapropiada y poco dialogante».
Aja ha confirmado que con esos votos ha decaído la moción de censura interna: «A las siete en punto hemos comenzado la votación. Una asamblea una vez que se inicia no puede suspenderse, de ahí el malestar de algunos militantes, pero ese malestar corresponde a ellos». Hubo 28 votos en contra de la expulsión de Urquiza y ninguno a favor, porque los pocos críticos que estaban en la sala se han ido denunciando el «pucherazo». Desde la Ejecutiva Regional del PSOE que dirige Pablo Zuloaga insisten además que esta moción de censura era por los resultados obtenidos en las elecciones, no por lo acaecido posteriormente.
«Cómo nos han traicionado. Para empezar antes (en primera convocatoria) tenía que estar el 100% de la militancia. Esto estaba todo preparado, como preparado estaba el pacto con el PP», insistía Lucía Álvarez, militantes local y miembro de la Comisión Regional. Álvarez asegura que, como muchos de sus compañeros, si antes sospechaba que Urquiza miente cuando dice que le pilló por sorpresa la recepción de los votos del PP, con lo ocurrido este martes lo han confirmado.
Por otra parte, desde el sector crítico aseguran que en la asamblea han participado personas que no son militantes del PSOE en San Vicente. Quizás simpatizantes, como la madre de la recién nombrada alcaldesa, pero no militantes. Esa es, a su juicio, la única forma de que Urquiza tuviera el respaldo de 28 personas. Porque, según sus cálculos, de los 48 militantes censados, solo cuenta con la aprobación de 14. «El censo está ahí. El reglamento es muy claro», ha insistido Aja. «Todas las personas que han votado son militantes», ha zanjado Urquiza.
Ahora, el siguiente movimiento de los militantes que reclaman la salida de Urquiza es impugnar la asamblea -se cambió de lugar en el último momento «con la intención de que los no afines a la alcaldesa no se percataran- y acudir a la Comisión de Ética y Garantías del PSOE. No del PSOE de Cantabria, porque según señalan los críticos el equipo de Cobo y Zuloaga han demostrado que tienen intereses en la continuidad de la nueva regidora de San Vicente. Irán al Comité de Ética y Garantías del PSOE Federal: «Están destruyendo todas las agrupaciones que no controlan. Eso es lo que han querido hacer aquí».
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