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Los portavoces de la Asociación de Vecinos Río de la Pila, la Federación de Vecinos Ciudad de Santander y Cantabria y la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (Fecav) han mostrado esta mañana a su «completo rechazo» a que el proyecto de rehabilitación del edificio ... de Banco Santander para albergar el futuro museo de su colección «suponga la ocupación del interior del arco y el cierre visual de la calle Marcelino Sáenz de Sautuola» y han solicitado, en consecuencia, «que se estudien alternativas que permitan la reconversión de la sede como museo pero sin apropiarse del espacio de la calle».
Según ha aclarado el arquitecto Domingo de la Lastra, asesor de la Asociación de Vecinos Río de la Pila, esta reivindicación «no contradice la unánime alabanza y el apoyo ciudadano que la iniciativa merece», pues «somos conscientes de que el museo supondrá un incuestionable beneficio para la ciudad, por el equipamiento cultural y social que se crea».
Sin embargo, y aún poniendo en valor «este admirable gesto con la ciudad», De la Lastra cree que «la ocupación del espacio del arco supone un grave perjuicio para la calle y los barrios que quedarían por detrás» porque, con la ejecución del proyecto que plantea del prestigioso arquitecto David Chipperfield, «se taparía la vista hacia la bahía de la calle Marcelino Sáenz de Sautuola y quedarían asfixiadas las calles y los barrios posteriores, que perderían su contacto visual con la bahía». Para el asesor de la asociación vecinal, «cabe reflexionar si es realmente imprescindible y, sobre todo, si es justificable permitir que esta actuación invada el espacio de la calle e ignorar las consecuencias hacia la ciudad que queda detrás».
De la Lastra, que ha comparecido acompañado por Jesús Garay (Asociación de Vecinos Río de la Pila), José Ramón Carrancio (Federación de Vecinos de Santander y Cantabria) y Ricardo Sainz (Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos), piensa que «no se debe olvidar que el Paseo de Pereda forma parte del Conjunto Histórico de la ciudad y que, si bien resultan lógicas ciertas transformaciones para adaptarse al nuevo uso, cabe reconocer que se han de anteponer los criterios de conservación que dicta la ley y que en este caso concreto parece que se olvidan».
El proyecto y sus cambios
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