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La Ley de Memoria Histórica entró en vigor hace 18 años y, aunque en Santander se han realizado algunas modificaciones desde entonces (retirada de monumentos ... y cambios del callejero), todavía queda trabajo por hacer. En concreto, faltan por renombrar 16 calles con denominación franquista. Desde el Ayuntamiento han dado largas durante mucho tiempo: que si se estaba planificando, si se estaban buscando nombres de consenso con los vecinos, si no se quería generar molestias y hacerlo poco a poco... Hasta que el fiscal de Derechos Humanos de Cantabria, Carlos Yáñez, puso el mes pasado una fecha límite para dar cumplimiento a dos mociones que se aprobaron por unanimidad en 2015 y 2016 y en las que se exigía ejecutar los cambios pendientes: el 24 de abril de 2025. Y será justo ese día cuando se aprueben los nombres de las nuevas calles en el pleno municipal –es la propuesta que hizo Javier Ceruti en 2022, cuando era concejal de Cultura– para, posteriormente, informar a los vecinos de cada calle y cambiar las placas de los viales.
Así, los cambios en el callejero serán: Alto de los Leones por Benito Madariaga; Belchite por José Luis Casado Soto; Brunete por Carmen y Joaquín González Echegaray; Camilo Alonso Vega por José Hierro; Capitán Cortés por Miguel Ángel García Guinea; Carlos Haya por Antonio de Tova y Arredondo; García Morato por Juan Antonio Gutiérrez de la Concha; General Díez de Villegas por José de Bustamante y Guerra; General Dávila por Paseo de Altamira; Alféreces Provisionales por Fray Silvestres Vélez de Escalante; General Moscardó por Bernardo de Miera y Pacheco; Montejurra por Valentín Lavín Casalís; Ruiz de Alda por Juan de Santander; Sargentos Provisionales por Leonor Plantagenet y Zancajo Osorio por Leonor de la Vega.
El Ayuntamiento ya ha trasladado su hoja de ruta a la Fiscalía. Así, el 21 de abril se celebrará una Comisión de Cultura para convocar el pleno del día 24 (coincide con la fecha de la sesión ordinaria, el último jueves del mes) y proceder al cambio oficial de las denominaciones de las calles. Entre otras, la calle General Dávila pasará a ser Paseo de Altamira y Camilo Alonso Vega será José Hierro. Además, en los próximos días se procederá a retirar la placa de la calle Alcázar de Toledo para sustituirla por la de Cuesta de las Ánimas, el nombre que se acordó en el pleno de agosto de 2017.
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La alcaldesa de Santander, Gema Igual, respondió el viernes al requerimiento promovido por la Fiscalía Delegada de Derechos Humanos y Memoria Democrática de Cantabria en relación con el cumplimiento de los acuerdos plenarios sobre la modificación del callejero municipal y la retirada de símbolos franquistas (el primero se acordó hace diez años y, el segundo, hace nueve). Lo realizó en un escrito firmado por ella en el que muestra «el máximo respeto hacia el órgano público» y con cronología detallada sobre las actuaciones ya realizadas por el Ayuntamiento y con un calendario preciso para la culminación de las medidas pendientes.
En la respuesta del Consistorio se indica que ya se han efectuado 16 cambios en el callejero de la ciudad y se han retirado los seis monumentos conmemorativos, de acuerdo a lo previsto en la Ley de Memoria Democrática (la ley se reformó en 2022 y pasó de denominarse Memoria Histórica a Memoria Democrática). En el documento remitido a la Fiscalía, especifica los cambios ya ejecutados —entre ellos, la plaza del Generalísimo (actual plaza del Ayuntamiento), calle Falange Española (Eulalio Ferrer), calle Luis Carrero Blanco (Severiano Ballesteros) o plaza Matías Montero (Puertochico)—. Algunos se decidieron en 2016, cuando el Consistorio formó un grupo de expertos en Patrimonio e Historia que procedían de diferentes asociaciones (memorialistas, de historia, de colectivos...) y que dependía de la Comisión de Cultura para recabar denominaciones que sumaron cientos de propuestas.
Fueron meses de trabajo que dieron algunos frutos, aunque quedó mucho por hacer. En concreto, lograron modificar levemente el nombre de seis calles para suprimir la referencia franquista (la Plaza del Alzamiento pasó a ser la Plaza del Alzamiento de 1808 y la calle Canarias pasó a ser calle Islas Canarias para no hacer alusión al barco franquista que operó durante la guerra). En 2017, se aprobaron otros cuatro cambios (el de Alcázar de Toledo no llegó a ejecutarse) y el siguiente paso que se dio fue la propuesta que se hizo en 2022 desde la Concejalía de Cultura liderada entonces por Ceruti y que será finalmente la definitiva. No todos los nombres convencen, ya que para General Dávila muchas asociaciones piden El Alta y Cuesta de las Ánimas no termina de gustar en Alcázar de Toledo, que prefieren calle Parlamento.
Algunas de las modificaciones, afirma la alcaldesa, «se han venido desarrollando, incluso, desde antes de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica». También indica que muchas de las retiradas de símbolos se han integrado en proyectos de remodelación urbana. El documento firmado por la alcaldesa deja también claro «un principio jurídico elemental»: «Ni la Ley de Memoria Democrática impone un plazo tasado para ejecutar los acuerdos de cambio del callejero, ni las mociones del Pleno tienen carácter vinculante, como ha establecido reiteradamente la doctrina de los tribunales de justicia».
Lo primero que hará el Ayuntamiento será dar cumplimiento a lo que anunció en 2017 y retirará, en los próximos días, la placa de la calle Alcázar de Toledo para sustituirla por Cuesta de las Ánimas. El próximo lunes (14 de abril) se convocará la Comisión Municipal de Cultura para dictaminar los acuerdos necesarios y, el lunes siguente a ese (21 de abril) se celebrará la comisión y se convocará formalmente el Pleno municipal, que se celebrará el 24 de abril y allí se aprobarán los cambios definitivos en las calles que aún están pendientes.
Después de aprobar los cambios y una vez informados los vecinos y organismos oficiales, se procederá a la retirada de placas y colocación de las nuevas. Igual apunta que dará cuenta a la Fiscalía de cada paso completado, dentro del mes estipulado en el requerimiento, y reitera su compromiso con el cumplimiento de la legalidad vigente. La respuesta municipal a la Fiscalía subraya que «no hay ninguna motivación ideológica detrás de los ritmos adoptados». Igual apunta que «los servidores públicos conocen el deber de dar cumplimiento a las leyes, al margen de ideologías y de cualquier otro criterio de oportunidad política. Y así se ha realizado en Santander, con pasos decididos, consultados, respetuosos con los vecinos y con la propia historia de la ciudad». En este sentido, reprocha a la Fiscalía que hablase de «transgresión pública» o de una consciente y deliberada «rebeldía» en el escrito remitido al Ayuntamiento, «raya la imputación de graves conductas penales, que ya han sido descartadas por la Fiscalía de Cantabria y constituyen afirmaciones muy graves».
El portavoz del Grupo Municipal Socialista de Santander, Daniel Fernández, ha denunciado este lunes «la opacidad» del equipo de Gobierno del Partido Popular, «la invisibilización de las mujeres y el bochorno institucional de tener que recibir un reproche de la Fiscalía para cumplir la Ley» de Memoria Histórica. Fernández ha trasladado «su profundo malestar» ante la actitud del equipo de Gobierno que, «una vez más, actúa tarde, mal y por obligación».
Para el concejal, «es sencillamente vergonzoso que haya tenido que ser la Fiscalía Delegada de Derechos Humanos y Memoria Democrática la que dé un ultimátum al Ayuntamiento para cumplir con una ley que lleva años vigente y que el PP de Santander ha decidido ignorar deliberadamente».El portavoz de los socialistas santanderinos ha criticado que «es una humillación institucional» para la ciudad «que el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática solo se aborde a la fuerza, tras un requerimiento judicial y una acusación de rebeldía por parte de la Fiscalía».
Por su parte, Izquierda Unida ha celebrado la noticia, al tiempo que ha recordado el trabajo «incansable de las asociaciones memorialistas». El concejal de la formación, Keruin Martínez, que recuerda que fue en 2015 la primera vez que Izquierda Unida consiguió el apoyo mayoritario de los grupos políticos entonces representados, ha criticado también que «es una vergüenza que haya tenido que entrar la Fiscalía a empujar a la alcaldesa para que cumpla la ley», después de años de retrasos. La agilidad mostrada, dos semanas después del ultimátum de la Fiscalía, demuestra, en su opinión, que «las excusas dadas por Igual y su antecesor durante estos años no tenían fundamento ni justificación, y se debe exclusivamente a falta de voluntad política y, seguramente, reservas ideológicas. Lo cual es llamativo en una alcaldesa que vende, sobre todo, modernidad».
Además de modificar los nombres de 16 calles, el Ayuntamiento iniciará en paralelo los expedientes necesarios para retirar formalmente los honores y distinciones concedidos en su día a Francisco Franco y a Luis Carrero Blanco. Entre los títulos que Franco aún conserva en Santander está el de Alcalde Honorario, que le fue concedido mediante un acuerdo plenario el 9 de febrero de 1946 y ratificado el 18 de septiembre de 1946, así como la Medalla de Oro de la Ciudad, concedida el 4 de enero de 1952, y la Llave de Oro de la Ciudad, del 3 de julio de 1968.Francisco Franco también tenía un monumentos –se trataba de una estatua ecuestre– en la plaza del Ayuntamiento que se retiró en 2008 y la misma plaza se denominaba 'del Generalísimo', que se sustituyó por plaza del Ayuntamiento. También Carrero Blanco tenía una calle en Santander, que se cambió en 2016 por el nombre de Severiano Ballesteros –está a la altura de la Escuela Náutico-Pesquera y del Museo Marítimo–.
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