Calma tensa en El Sardinero

En el bar La Cañía, José Ramón, un cliente, achaca lo ocurrido a un cúmulo de sucesos. «La marea estaba más alta que nunca, las hojas cegaban las alcantarilla y cayó mucha lluvia en muy poco tiempo». La encargada del local lo corrobora y espera que, tras la retirada de las hojas, «no vuelva a ocurrir». En la perfumería Java, justo al lado, las empleadas y clientas suspiran aliviadas porque el local no se inundó. «Por suerte tenemos unos escalones a la entrada que impidieron el paso del agua, pero desde aquí vimos cómo la calle desapareció».

Aunque parece que lo peor ya pasó, los hosteleros temen que pueda repetirse. «Estoy recogiendo las hojas de delante del local porque caen constantemente y podría pasar otra vez», explica Angelina Barrientos, de Costa 43. «Vengo una hora antes de abrir para recogerlas y que no vuelva a pasar, tendrían que podar los árboles o asegurarse de retirar todas las hojas que caen a diario».

Al ser preguntada por las inundaciones del Sardinero, Igual ha reiterado hoy que se debieron a la acumulación de las hojas de los árboles en el alcantarillado, lo que impidió que el agua se filtrase por las rejillas de evacuación. La regidora también ha apuntado que el Ayuntamiento analizará ahora si ha sido suficiente la limpieza de los imbornales y las hojas incluida en el contrato con Ascan-Geaser.

«Cuando las hojas son arrastradas por el agua, al llegar a la rejilla, hacen tapón y no filtran hacia abajo», ha explicado. «Hay documentación en donde son los propios bomberos los que quitan las hojas e inmediatamente chupa el agua; y de hecho, cuando se levantaron las rejillas es cuando el agua dejó de estar en la superficie».

Por otra parte, Igual ha querido aclarar que en lo ocurrido este jueves no intervino el tanque de tormentas, pues no llegó a estar superado por el agua. Tras apuntar que el objetivo del tanque es medioambiental, es decir, «reducir y mejorar la calidad del agua aliviada al mar en momentos puntuales de lluvia intensa», la alcaldesa ha insistido en que, en este caso, el agua se quedó en la superficie y no llegó hasta el tanque, que está «totalmente controlado por cámaras y también con sensores que miden el volumen de llenado».

También ha recordado que el mantenimiento y limpieza de imbornales está recogido en el contrato de la empresa adjudicataria del servicio de residuos urbanos, todavía Ascán-Geaser -la resolución del mismo se producirá el día 11- así como un plan intensivo de limpieza de hojas en otoño.

El portavoz regionalista en el Ayuntamiento de Santander, José María Fuentes-Pila, ha lamentado que la falta de mantenimiento del alcantarillado en la ciudad haya provocado las inundaciones y ha considerado que el «verdadero responsable» de la situación es el equipo de Gobierno PP-Cs, ante su «falta de diligencia y control» en el cumplimiento de los pliegos de condiciones de la contrata de limpieza viaria. Para Fuentes-Pila, que los imbornales de la ciudad no estén en las óptimas condiciones que debieran en noviembre, es decir, limpios ante el aumento de hoja caída propia de la estación, es «de vergüenza».