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El Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil, con sede en Madrid, se trasladó esta tarde a Santander para realizar la reconstrucción del atropello mortal de Castelar en el que perdió la vida el joven motorista de 19 años, Bret ... Elorza. El principal objetivo de este estudio es establecer la velocidad a la que circulaban los dos conductores implicados, sobre todo Bryan Barroso, el que se saltó la mediana y acabó con la vida del motorista.
Fue el pasado 8 de febrero, cinco días después del accidente, cuando el titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Santander, Miguel Ángel Agüero, encargado la reconstrucción del accidente y el estudio de la velocidad a la que circulaban los dos detenidos al ERAT, que ha intervenido previamente en otros accidentes como el de Corbán. Teniendo en cuenta que en este caso ha habido una víctima mortal y es una causa con preso, el magistrado Agüero solicitó con carácter «urgente» la realización de unos trabajos que suelen ser determinantes en este tipo de sucesos.
Trece días después, este equipo especializado en accidentes (cada año investigan entre 30 y 35 casos de este tipo) se ha personado en la capital cántabra para atender el requerimiento judicial. Por la mañana, su labor se centró en una inspección de los vehículos que se vieron implicados en el accidente. Y por la tarde, procedieron a la realización del trabajo en el escenario del accidente. Pasadas las cuatro de la tarde, el equipo de especialistas de la Guardia Civil –integrado por tres agentes– procedió a la recogida de datos con los que posteriormente calcularán la velocidad a la que circulaba el coche que invadió el carril contrario de la céntrica calle santanderina.
Para llevar a cabo estos trabajos, la Policía Local de Santander tuvo que cortar durante más de dos horas el tráfico en los dos carriles de la calle Castelar que van en sentido al Palacio de Festivales y en uno de los de vuelta hacia la rotonda de Puertochico.
Con el apoyo de varios efectivos de la Policía Local y del departamento de la Guardia Civil de Tráfico en Cantabria, lo primero que realizaron los tres agentes del ERAT fue marcar con unos esprays los puntos (hasta una docena), en los que quedan vestigios del coche que arrolló al motorista: marcas de rueda, de frenazo... y el punto del impacto y donde quedó tirado el ciclomotor de la víctima.
Después, dos agentes se subieron en un coche de la marca Skoda en el que simularon el recorrido que realizaron tanto el conductor que se encuentra en prisión como el motorista fallecido. Durante la simulación emplearon un acelerómetro, que es un dispositivo que mide aceleraciones y deceleraciones. Con él realizaron una prueba de frenada de emergencia, parando totalmente el vehículo en el lugar donde se produjo el siniestro. El objetivo de esta prueba es obtener la deceleración que tuvo el vehículo y, también, el coeficiente de rozamiento entre el neumático y la vía, un dato que utilizarán para los cálculos físicos y para su introducción en el escenario donde se ha hecho la prueba.
Posteriormente, los agentes utilizaron un láser-escáner, que es capaz de hacer un barrido de 360º en horizontal y 290º en vertical, situándolo en diferentes puntos del recorrido que realizó el conductor detenido. Con este dispositivo, los investigadores del ERAT digitalizan en tres dimensiones el lugar donde se ha producido el accidente. Al tiempo que realizaron esta prueba, para la que emplearon también un odómetro, los agentes recogieron las imágenes de las cámaras exteriores de dos establecimientos que captaron el accidente.
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