Un matrimonio y un hombre que vivía solo, las víctimas del siniestro

Los vecinos del edificio comentaban que Manuel, al que todo el mundo conocía como Lolo, era un hombre «tranquilo», que durante años vivió en ese piso con su madre, hasta que ella falleció poco después de que se desatara la pandemia del covid.

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Dos horas más tarde, los bomberos recuperaron los cuerpos del matrimonio, Daniel y Raquel, que vivía en el primero izquierda del edificio afectado, justo al lado de la vivienda de la otra víctima. Aunque, por el momento, no han sido identificados de forma oficial, sí se sabe que ella tenía 41 años y que sus dos hijas, de 2 y 19 años, pudieron salvar su vida con la ayuda de algunos vecinos de la zona.

Cuentan quienes les conocían que el marido solía hacer todo tipo de trabajos: pintura, albañilería, carpintería... «Eran gente que iban a lo suyo. Salían de su casa e iban a sus cosas, al trabajo. Después volvían, saludaban y se metían a su casa. Era gente muy buena y humilde. Venían con su niña en el carro, subían al culto y después se iban a casa», apuntaba una vecina, que también comentaba que llevaban «bastante tiempo» viviendo en el inmueble afectado.

«El hombre era trabajador. Solía verle con la ropa de pintar. Su mujer era tranquila. Tendrían unos cuarenta años y no salían mucho de casa. Eran gente normal», comentaba otro vecino del matrimonio.

Aunque durante la mañana había varias especulaciones respecto al origen y las causas del incendio y posterior derrumbe, tendrán que ser los investigadores de la Policía Nacional los que determinan a lo largo de los próximos días el motivo real del suceso. Para preservar esa investigación policial, el titular del Juzgado de Instrucción Nº2 de Santander, Miguel Ángel Agüero, en funciones de guardia, acordó el secreto de sumario de las actuaciones.