La jueza ordena el ingreso en prisión del expresidiario de Nueva Ciudad

El concejal de Seguridad, Pedro Pérez Noriega, mostró su satisfacción tras la detención de Iván H. F., la número 42. «Lo que queremos es que no esté en la calle -explicó- porque no está en condiciones de tener la misma libertad que un ciudadano normal. Si, finalmente, es internado en un centro penitenciario o psiquiátrico, será bueno para la sociedad». El edil señaló que el Ayuntamiento sigue tramitando un expediente en Servicios Sociales para «formular la posible incapacitación de este sujeto» y agradeció especialmente la colaboración ciudadana: «La participación de la gente, el hecho de que hayan avisado y formulado sus denuncias, ha facilitado la actuación policial y judicial».

Según Pérez Noriega, este asunto es un «caso concreto» en un barrio «tradicionalmente tranquilo», aunque «la alarma social estaba justificada y cuanto antes se termine, mejor para todos». El presidente de la asociación de comerciantes del barrio, Ángel Sainz, también mostraba su satisfacción por la detención, pero no quiere hacer más declaraciones hasta que «el caso se resuelva definitivamente».

Iván, que estuvo en prisión más de 20 años, atemorizaba a los vecinos de Nueva Ciudad desde hace meses con sus continuas extorsiones, quebrantando también las órdenes de alejamiento de su propia familia. Fue detenido hace una semana tras atracar un supermercado en la Avenida de España y el juez lo puso de nuevo en libertad al día siguiente. Le dio tiempo a presenciar la concentración realizada por cientos de vecinos el miércoles, en el corazón del barrio (Plaza Mauro Muriedas), para exigir a las autoridades medidas efectivas.

El alcalde, Javier López Estrada, dio la cara ese día y también el siguiente, en un nuevo encuentro con los afectados en el mismo lugar. Las medidas consensuadas entre vecinos y autoridades comenzaron a funcionar: llamadas a la Policía cada vez que se advertía su presencia, denuncias en caso de altercados y creación de un grupo de WhatsApp entre los residentes en el barrio para lanzar cualquier aviso. La Policía Nacional reforzó el dispositivo especial de vigilancia en el barrio, con la colaboración de la Policía Local, y el Ayuntamiento abrió un expediente en Servicios Sociales para estudiar la posibilidad de proponer que Iván fuese internado en un centro psiquiátrico.

Este periódico recogió testimonios en Nueva Ciudad sobre lo que estaba ocurriendo, siempre de forma anónima por el miedo reinante. Hosteleros y comerciantes, los más afectados por las extorsiones, explicaron que el expresidiario vivía en una vieja casa de su familia situada en la pequeña localidad de Bedicó, en el municipio de Cartes, donde también había provocado incidentes, robando, incluso, al sacerdote de la localidad. El problema para el barrio surgía cuando Iván bajaba a casa de su madre. A ella, viuda, que vive sola, también la amenazaba y está en tratamiento psicológico.

«Vive de la extorsión, es un lobo que se alimenta del miedo de la gente», explicaba un comerciante. «Le dieron un machetazo en la cabeza y se escapó del hospital. Vino por aquí y flipamos», añadía. «Le dije que se marchase y sacó un hacha y me amenazó de muerte. Me dijo barbaridades», comentaba una joven hostelera. «Le llevaron una citación y los guardias se metieron debajo del coche porque sacó una ballesta», señalaba otro vecino.

Solo el físico de Iván daba miedo, con su corpulencia (1,90 y unos 130 kilos de peso), sus cicatrices, sus heridas infectadas... A eso le unía sus acciones violentas, sus amenazas de muerte... Una de sus víctimas fue el propietario del bar La Esquina, que cerró el establecimiento 'por enfermedad', según el cartel que pegó en el local y sobre el que lanzó el expresidiario tomate a modo de amenaza de muerte, después de haberle destrozado el coche.

La alarma saltó de nuevo en la noche del viernes al provocar el sujeto nuevos altercados en locales de hostelería del barrio. La Policía intervino para llevarlo a su casa al dispararse la tensión entre los vecinos, que formularon nuevas denuncias en la Comisaría, escenario al día siguiente de una nueva reunión entre afectados y autoridades. Tras la tensa calma del sábado, con algunos negocios cerrados por miedo, un vecino llamó a la Policía el domingo por la noche para advertir de la presencia del individuo en Nueva Ciudad. Los agentes, que le pisaban los talones, lograron detenerle. Tras pasar la noche en los calabozos de la Comisaría, pasó a disposición judicial en la jornada de ayer.

son las detenciones protagonizadas por Iván H. F., un largo historial delictivo que le llevó a permanecer en prisión durante más de dos décadas. Desde que salió de la cárcel, este individuo, de 41 años, no dejó de extorsionar a los vecinos de Nueva Ciudad, que iniciaron movilizaciones.