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Por qué este cuadro ha cambiado para siempre el arte La Inteligencia artifical ha pintado esta obra ¿La IA está matando a los artistas?

Nos habían dicho que la inteligencia artificial solo ponía en peligro los trabajos repetitivos y peligrosos… Pero ¿y la creatividad? Este mismo año han aparecido aplicaciones que crean ilustraciones, cuadros, diseños... y se han impuesto. Lo llaman ‘inteligencia artificial generativa’. ¿Es arte? ¿Tienen los artistas los días contados?

Viernes, 18 de Noviembre 2022

Tiempo de lectura: 7 min

Se titula (en francés) Teatro de la ópera espacial. Es obra de Jason Allen, un ilustrador al que solo conocían en su pueblo de Colorado (Estados Unidos). No usó pinceles y le llevó menos de medio minuto. Utilizó un programa de generación de imágenes por inteligencia artificial (IA) llamado Midjourney. Tecleó unas pocas palabras: 'teatro', 'ópera', 'espacial'... Et voilà. Allen se llevó un premio en la feria estatal de arte de Colorado. Modesto: 300 dólares. Pero levantó un huracán de improperios (y algunos elogios) en redes, foros y revistas de arte de medio mundo. Sus detractores lo acusan de hacer trampas. Allen se defiende. En ningún momento ocultó que utilizó una app. El jurado le da la razón. Y las bases del concurso no excluían el uso de medios cibernéticos. ¿Entonces cuál es el problema? El problema lo resumió el propio Allen en unas declaraciones a The New York Times: «El arte ha muerto, chaval. Se acabó. Ganó la IA. Los humanos han perdido».

¿Ha conquistado la IA la creatividad? Las musas solo susurran a los oídos de nuestra especie. Es algo que nos diferencia de las máquinas y, de paso, del resto de los seres de la creación. ¿De verdad hemos perdido?

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¿EL FIN DE LOS ESCULTORES? | Esta réplica del Partenón la esculpe un robot.Un brazo robótico talla una réplica de la cabeza de caballo que adornaba el Partenón de Atenas y que ahora está en el Museo Británico. El robot tiene la fuerza de una excavadora y la precisión de un cirujano. Cinceló la escultura de mármol en menos de 24 horas.

La batalla acaba de empezar. No hace ni un año desde que estas aplicaciones, que se estaban probando en versión beta, se abrieron al público. Hay muchas, pero las más populares son tres: DALL-E 2 (de OpenAI), Midjourney y Stable Diffusion. Tienen millones de usuarios que generan decenas de millones de imágenes diarias. Es un tsunami, aunque todavía es pronto para decir si esta nueva generación de aplicaciones acabará costándoles el empleo a artistas e ilustradores. Lo único seguro es que estas herramientas ya están empezando a usarse en las industrias creativas y que van a cambiar para siempre la manera de trabajar en ellas.

Esta inteligencia artificial primero creaba textos, pero ahora se ha expandido a imágenes, audio y vídeo. Permite hacerlo todo y del estilo que uno prefiera

Estos programas se conocen como 'IA generativa'. Los primeros creaban textos. Pero ahora se han expandido a imágenes, audio y vídeo. Permiten hacer de todo: obras figurativas, abstractas, hiperrealistas... Y del estilo que uno prefiera. ¿Surrealista? Pulse 'Dalí'. ¿Cubista? Teclee 'Picasso'. No hay que dibujar un boceto ni saber hacer la o con un canuto. Tres palabras bastan, pero cuanto más completas sean las instrucciones que se le den a la máquina, más posibilidades de que el resultado se ajuste a lo que el usuario había soñado. Es como recitar un conjuro. La magia de la IA hace el resto; mejor dicho, todo. Es el triunfo del aprendizaje automático frente al penoso (y gozoso) aprendizaje humano, que lleva años para dominar una disciplina.

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¿EL FIN DE LOS ILUSTRADORES? | Esta ilustración se ha creado a partir de tres palabras. Bastan tres palabras para que la inteligencia artificial genere una imagen. Incluso la prestigiosa revista norteamericana The Atlantic ha ilustrado uno de sus artículos con una imagen generada por la inteligencia artificial. La polémica está servida.

Hay quien defiende que estas aplicaciones abren la puerta a millones de personas que no tienen talento para las bellas artes, y que ahora podrán crear un cómic o un negocio de estampado de camisetas. Otros solo ven la ley del mínimo esfuerzo. La discusión tiene varios niveles. ¿Deberían ser las imágenes creadas mediante IA consideradas arte o denunciadas como plagio? Las redes neuronales se entrenan comparando millones de imágenes en Internet, reconociendo patrones visuales y relaciones para generar nuevas imágenes. Esto significa que los artistas que suben sus trabajos a una web (y quien no) están ayudando a que sus competidores algorítmicos sean cada vez mejores.

La inteligencia artificial se entrena comparando millones de imágenes en Internet. Es deir, los artistas que suben sus trabajos ayudan a que sus rivales algorítmicos sean cada vez mejores

Además, ¿quién va a pagar por el arte si puede generarlo él mismo apretando un botón? El problema no es tanto para los genios cuyas obras se subastan en Christie's, sino para la infantería que trabaja en publicidad, editoriales, cartelería… Y que se gana la vida creando rótulos, logos o ilustraciones.

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¿EL FIN DE LOS CREADORES? | Esta 'app' replica y reubica obras de arte en cualquier entornoDALL-E 2 es la aplicación más popular de una nueva generación de inteligencias artificiales generativas. Se entrena con millones de imágenes. Las agrupa por pares y las combina sucesivamente, produciendo múltiples versiones, según las indicaciones del usuario.

Luego está la cuestión de los derechos de autor. La compañía OpenAI permite a sus usuarios comercializar las imágenes creadas con DALL-E 2. Pero eso no significa que la empresa renuncie a su propio derecho a vender esas imágenes. Jessica Rizzo, abogada experta en propiedad intelectual, explica: «Como el usuario solo aporta una idea a través de indicaciones de texto, es probable que estas imágenes no puedan ser objeto de derechos. Por tanto, serían de dominio público, es decir, nadie es dueño de ellas». Además, está la cuestión de la trazabilidad. No es fácil probar que se ha utilizado una imagen con copyright ni en qué porcentaje. «Las ramificaciones para la propia producción artística podrían ser de gran alcance

–añade Rizzo–. Puede que las generaciones futuras asocien la creatividad con dar una simple orden a una máquina. Algunos centros escolares pueden tener la tentación de suprimir el gasto de las clases de acuarela y recurrir a los generadores de imágenes».

Los pintores también vieron con horror la llegada de la fotografía, «el más mortífero enemigo del arte», según Baudelaire

La controversia sobre las nuevas tecnologías aplicadas al arte no es nueva. Muchos pintores vieron con horror la invención de la cámara. El poeta francés Charles Baudelaire, en el siglo XIX, llamó a la fotografía «el más mortífero enemigo del arte». A su vez, miles de fotógrafos de carrete tuvieron que reciclarse con la irrupción de la fotografía digital. Y todavía se discute si es ético el retoque fotográfico con Photoshop. Pasó algo parecido con las hojas de cálculo de Microsoft.

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¿EL FIN DE LOS DISEÑADORES? | Este filtro crea cualquier fondo de pantalla con una orden TikTok ha lanzado un filtro llamado Greenscreen que también crea imágenes a partir de frases y palabras y que pueden servir de fondo para los vídeos de los usuarios. La competencia ha obligado a Google a acelerar su propia IA generativa, que ya ha presentado en beta.

Una comunidad on-line ya ha prohibido las imágenes creadas por IA. Y no es una cualquiera. Nada menos que el subforo de los fans de la saga de ciencia ficción Dune en Reddit, con más de 235.000 usuarios. Y su decisión tiene, además, resonancias simbólicas, pues en Dune se relata la 'yihad butleriana', una guerra de la humanidad contra las inteligencias artificiales que la habían esclavizado. «Reconocemos que estas imágenes tienen un aspecto fantástico y que la tecnología es fascinante, pero nos gustaría priorizar en el futuro el contenido elaborado por humanos», argumentan.

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Y estos son los 'culpables'... Sam Altman —ingeniero de Stanford que presidió Y Combinator, una incubadora de start-ups valoradas en 65.000 millones— es el CEO de OpenAI, la compañía de inteligencia artificial fundada en 2015, entre otros, por Elon Musk, que dejó el proyecto. Su gran competidor es David Holtz, creador de Midjourney, un pequeño laboratorio de IA con solo once empleados. Holtz es doctor en Matemáticas, fue investigador del Instituto Max Planck y trabajó en la NASA.

Pero una de las mayores plataformas de imágenes del mundo, Shutterstock, acaba de anunciar que ha cerrado un acuerdo con OpenAI para vender arte generado con DALL-E 2. Y se ha comprometido a crear un fondo para reembolsar a los creadores cuyo trabajo se utilice para entrenar a las máquinas.

Hay otras cuestiones pendientes, como la censura. «Hemos hecho un esfuerzo para filtrar el contenido más explícito, incluido el sexual, el violento y los símbolos de odio», aclaran desde OpenAI. ¿Pero ese cribado es digno de alabanza o de preocupación? Hay quien argumenta que, si estas empresas acaban controlando la producción artística, el arte más mordaz se verá limitado. También preocupa que se aproveche la IA generativa para la desinformación y el cibercrimen, facilitando la modificación de imágenes y audios, recreación de rostros…

Pero la gran pregunta es si estas apps hacen arte o un sucedáneo. «Lo que hace la IA no es arte –sentencia el neurocientífico Erik Hoel–. En Japón hay un museo que colecciona rocas que casualmente parecen rostros. Dos agujeros y una línea suelen  ser suficientes para que el cerebro perciba una cara sonriente o triste. El término científico para esto es 'pareidolia'. Por supuesto, no hay caras en las rocas y nadie las talló. La diferencia es que un escultor es consciente, pero cuando son el viento o la lluvia los que actúan no son conscientes. Al carecer de conciencia, carecen de intencionalidad y, por tanto, sus productos carecen de significado. Las obras generadas por la IA son pareidolia, una ilusión de arte, y si la cultura cae en esa ilusión perderemos algo insustituible: el arte como acto de comunicación».


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