Nos escribe un universitario para decirnos que entre sus compañeros los hay que carecen de la capacidad de interpretar como es debido las cuestiones que les someten sus profesores no por falta de conocimientos especializados, sino por no saber descifrar qué implica la presencia de una conjunción o una coma en determinado lugar de una oración. En definitiva: por no haber desarrollado, a esas alturas del sistema educativo, la comprensión lectora necesaria para resolver tan sencillo menester. La deriva audiovisual y el consumo masivo de textos degradados –redes, mensajería digital y piezas periodísticas y libros con edición deficiente–, unidos a la falta de lectura de las grandes obras literarias, provocan esta catástrofe. Su remedio no puede estar más claro.
LAS CARTAS DE LOS LECTORES
No hay que olvidar
Hace cuarenta años, dos terroristas disfrazados asesinaron en su casa de San Sebastián a mi hermano, Enrique Casas Vilá, mientras su hijo adolescente tocaba el piano. Y así hasta 853 asesinatos de personas inocentes: 22 niños, guardias civiles, policías nacionales, un gendarme, militares, ertzainas, jueces, fiscales, políticos... No hay que olvidar. El asesino del marido de Carmen Elías, concejal de Azcoitia, le dijo a su viuda que el culpable del asesinato era la Historia. Resulta que fue la Historia, no los terroristas manejados por una pandilla de desalmados: en la entrevista de Jordi Évole al terrorista Iñaki Recarte, este le dice sobre Pakito: «¿Qué quieres que diga de una persona que manda a chavales a matar a gente, y a morir?». La Historia tiene que recordar a todos esos asesinos exclusivamente como asesinos de personas inocentes. La actual dirección del partido socialista y Patxi López lo resuelven con un «hay que pasar página». Dos leyes de memoria histórica para las víctimas del franquismo, que acabó en 1975, hace cincuenta años, y un «hay que pasar página» para las víctimas del terrorismo etarra; ETA se disolvió en 2018, hace seis años. Este PSOE, que olvida y «pasa página», pacta con Bildu, gobierna en Madrid y en Navarra gracias a Bildu; a cambio, le presta diputados para que forme grupo parlamentario propio, le cede el Ayuntamiento de Pamplona, acepta la salida de Navarra de la Guardia Civil de Tráfico. Hay socialistas con principios, cabeza y corazón, que no pactan; los que necesitan mantenerse en el poder para subsistir olvidan los principios, a las víctimas, pasan página y pactan. Es preciso que se alcen voces dentro del propio Partido Socialista en contra de tanta indignidad.
José María Casas Vilá. Zaragoza
Flaco favor
Al final de un nuevo curso escolar se repite la demanda de algunas familias para que se apruebe a sus hijos a pesar de sus calificaciones y de las muchas oportunidades académicas previas que no aprovecharon. No en vano, este año, más allá de los exámenes, han primado otros criterios e instrumentos de evaluación, como los trabajos, las tareas, la participación en el aula... casi a partes iguales. Ahora, ante la promoción o la titulación, para estos progenitores lo importante no es que sus vástagos hayan aprovechado y aprendido, sino que pasen de curso; como sea. ¿No son conscientes del futuro que les espera? ¿Rechazan para ellos el que se forja con una buena preparación académica a cambio del de la mediocridad, conformándose con un aprobado ramplón, apelando a todo tipo de argumentos, estrategias, cuando no triquiñuelas, para que así sea? Dejándolos a los pies de los caballos de un porvenir cada vez más exigente y necesitado de profesionales cada vez mejor preparados, les hacen un flaco favor a sus hijos ¡y a la sociedad!
Joaquín García Andrés. Burgos
El exilio de Hamás
Ciertamente, Israel debería detener su ofensiva militar en Rafah para no masacrar más a la indefensa población civil palestina, pero es 'comprensible' que, desde el punto de vista de su seguridad nacional, no lo haga hasta que no derrote totalmente a Hamás, una organización militar cuyo objetivo fundamental, consiste, precisamente, en la destrucción del Estado de Israel. Si los 'milicianos' de Hamás quieren poner fin a la injusta y terrible masacre de la población civil palestina perpetrada por parte del ejército israelí, son quienes deben de dar el primer paso para detener la guerra, una guerra que empezaron ellos con sus salvajes ataques del 7 de octubre: dejar de esconderse entre la población civil y pedir un alto el fuego incondicional. Acto seguido, el ejército israelí debería retirarse de La Franja y Hamás, a cambio, debería liberar a todos los rehenes, entregar sus armas a las fuerzas de paz de la ONU y exiliarse a los países árabes hermanos —temporalmente y hasta la firma de un Tratado de Paz con la posterior creación de un Estado palestino— tal como ya hicieron el líder palestino de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), Yaser Arafat, y sus miles de combatientes que abandonaron el Líbano en 1982, cuando estaban en guerra contra Israel. ¿Una propuesta descabellada? ¡Sí, y tanto! Pero, del todo factible si los 'milicianos' de Hamás quieren realmente a su pueblo y están dispuestos, por tanto, a sacrificarse por él, en lugar de sacrificarlo en aras de sus objetivos políticos, permitiendo así su práctica aniquilación.
Josep Vilà Batlle. Olesa de Montserrat (Barcelona)
El ideal del hombre de hoy
El ideal del hombre de hoy día es divertirse y holgazanear, donde todo transcurra de acuerdo del eslogan de la Kodak: «Usted aprieta el botón; nosotros hacemos el resto». O con este otro con el que hemos sido condicionados desde la infancia: «Nunca dejes para mañana el goce que puedas tener hoy». Si no pospongo la satisfacción de mi deseo, no tendré conflictos ni dudas; no habrá que tomar decisiones ni tendré que encontrarme conmigo mismo pues siempre estoy ocupado, divirtiéndome en mi tiempo de ocio. No necesito tener conciencia de mí, pues la tarea de divertirme y consumir me absorbe completa y constantemente. Soy un sistema de deseos y satisfacciones y para poder satisfacerlos debo trabajar, y estos mismos deseos son constantemente estimulados y dirigidos por la maquinaria económica.
Gerardo Seisdedos. Correo electrónico
LA CARTA DE LA SEMANA
LA IMPORTANCIA DE UNA COMA
Estudio Derecho y lo que veo venir me preocupa. Veo a los abogados como expertos guías para aquellos que desean hacer puntuales incursiones en el sistema legal, cual pastores de La escarcha sobre los hombros, ayudando a fugitivos a cruzar el Pirineo por caminos pedregosos. Por esto (porque de la habilidad y el conocimiento del guía dependerá que su cliente llegue a buen puerto) considero crucial la buena formación de los abogados, jueces y fiscales del futuro. Y en mi corta experiencia he podido observar que, sin importar cuán buenos sean nuestros profesores, la gran mayoría no seremos capaces de desenvolvernos al dejar las aulas por la imperante incomprensión lectora propia de nuestra generación. Así que me encojo de hombros mientras mis compañeros fracasan en resolver un caso al ignorar la importancia de una coma, o esta o aquella conjunción; extraviándose en los senderos alpinos cuyos recovecos y curvas era su tarea más fundamental conocer.
Mario Sans Majuelo. Vitoria-Gasteiz (Álava)
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