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Viernes, 10 de Enero 2025, 10:24h
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Teníamos una familia tradicional. Mi padre era poder y sostén de la familia, y mi madre, el ama de casa perfecta: cocinaba, zurcía los calcetines y hacía labores de caridad». Así definía Donald Trump a su madre en su primer libro de memorias en 1987 y poco más ha dicho de ella desde entonces.
Mary Anne MacLeod Trump nació en Escocia y emigró a Nueva York en 1930, con 18 años, para buscar trabajo como empleada doméstica. Era la menor de diez hermanos, de padres agricultores, y las dificultades económicas la obligaron a buscar nuevos horizontes, aunque durante muchos años Trump contaba que era una escocesa de vacaciones en Estados Unidos cuando conoció a su padre, algo que ocurrió al poco de llegar al país.
En 1936, se casó con Frederick Trump, hijo de inmigrantes alemanes que pronto se convertiría en exitoso promotor inmobiliario en el barrio de Queens. Tuvieron cinco hijos, uno de ellos Donald, el actual presidente electo de los Estados Unidos, quien, con los años, le ha reconocido a su madre otras 'virtudes' como haberle transmitido el «gen del show», el sentido de espectáculo.
«Ella siempre tuvo un talento para lo dramático y lo grandioso. Todavía la recuerdo sentada frente al televisor para ver la coronación de la reina Isabel y sin moverse durante todo un día. También recuerdo a mi padre ese día, paseando con impaciencia. 'Por el amor de Dios, Mary', decía. 'Ya es suficiente, apágalo. Todos son un montón de estafadores'. Mi madre ni siquiera le miró. Eran totalmente opuestos en ese sentido», ha contado Trump.
Y añade: «A mi madre le encantaba el esplendor y la magnificencia, mientras que mi padre, se emocionaba solo por la competencia y la eficiencia».Trump siempre ha admirado –y temido– a su padre y el autor de su biografía Trump Nation, de 2005, Tim O'Brien, contó que Donald solo habló de su madre tras insistirle mucho.
De Fred dice que le enseñó todo (y no duda en especificar: cómo evadir impuestos, cómo discriminar en materia de vivienda, cómo estafar al gobierno). De ella, se limita a decir que era «hermosa, honesta y caritativa». Pero su madre era también un personaje: era conocida porque se paseaba por Queens en un Rolls Royce para recolectar el dinero de las lavanderías de las que eran propietarios y tenía una activa vida social, entre otras cosas, porque encabezaba causas benéficas en apoyo personas con discapacidad.
En sus últimos años, la señora Trump también era 'vistosa' porque se peinó con un gran bouffant rubio (un peinado abultado), que parece haber servido de inspiración a su hijo.
Mary estuvo casada con Fred 63 años, pero él mantuvo al mismo tiempo una relación duradera con su secretaria y los biógrafos del presidente han recogido sus desenfrenadas aventuras amorosas en el sur de Florida en aquellos tiempos, por lo que era conocido como 'el rey de Miami Beach'.
Para Donald Trump, el matrimonio de sus padres era perfecto: «Siempre le dije a mi padre que yo ganaba más dinero que él, pero él tuvo un matrimonio muy exitoso». La madre de Trump murió en 2000 a la edad de 88 años, un año después de que falleciese Fred a los 93 años.
Mientras vivió, Mary Trump volvía casi todos los veranos a la isla de Lewis, donde nació, pero sólo llevó al joven Donald a Lewis una vez cuando era niño. Cuando el magnate regresó a Escocia en 2008 para construir su campo de golf en Aberdeenshire, visitó la casa de la infancia de su madre. Según registró la prensa local, estuvo un total de 97 segundos.