«Experimentar con animales no significa amarlos menos»

-Su abuelo fue propietario del Vivarium del Sardinero.

-Así es.

-¿El albacea de las buenas relaciones de su familia con los animales?

-Mi abuelo era un apasionado de los animales. Tenía un profundo conocimiento de biología y, en especial, de zoología. Siempre nos inculcó por ellos una pasión que toda la familia ha compartido y transmitido de generación en generación. Hoy, todos apreciamos la relación con los animales como algo muy valioso.

-Ha tenido perros, gatos, pájaros, peces, tortugas e incluso hámsters.

-Sí, y siempre fueron todas experiencias muy enriquecedoras de las que aprendí mucho. De hecho, sabemos que la convivencia con animales domésticos tiene efectos sobre la atención, el comportamiento social, las interacciones interpersonales y el estado de ánimo, efectos que se incrementan cuanto más estrecho es el contacto físico.

-¿Ya de niña experimentaba con ellos?

-De niña me encantaba observarlos, jugar con ellos, cuidarlos... Todos eran uno más de la familia.

-Ahora trabaja con ratones transgénicos.

-En efecto.

-¿Qué papel representan en la investigación biomédica?

-Crucial. La mayoría de los científicos y los no científicos estamos de acuerdo en que nuestra comprensión del mundo vivo o el tratamiento y la prevención de enfermedades sería imposible sin la investigación con animales.

-¿Qué avances se han conseguido gracias a ellos?

-¡Innumerables!El 76% de los Nobel de medicina desde 1901 contaron en sus investigaciones con experimentación animal. Gracias a ellos hoy tenemos la anestesia, la penicilina, la insulina o muchas de las vacunas actuales. Créame. Ninguno de esos tratamientos hubiera sido posible sin la investigación con animales.

-Usted tiene dos perros.

-Django y Tuli.

-¿Qué representan en su vida?

-Para mí no son dos mascotas. Son dos miembros más de nuestra familia.

-¿Los sacrificaría por el bien de la ciencia?

-La respuesta obvia es no. Mis sentimientos personales me lo impiden. Que los científicos experimentemos con animales no quiere decir que los amemos menos.

-En 'Los secretos de la mente canina', un colega suyo, Gregory Berns, indaga en el cerebro de los perros para averiguar qué piensan y, más aún, qué piensan de nosotros.

-Nadie puede cuestionar que los perros se comunican con nosotros mediante ladridos, expresiones faciales o movimientos corporales.

-¿Qué cree que piensan ellos de usted?

-De mí no lo sé, pero es verdad que hay muchos momentos en los que me los quedo mirando y me pregunto: '¿estarán pensando?', '¿en qué?'.