La empresaria María Eugenia Fernández de Castro y Fernández-Shaw, madrileña y cántabra a la par, convive con sus tres perros -Brunilda, Fro y Sakura- en la señorial villa de Comillas, la tierra de sus abuelos paternos, a la que se mudó hace 20 años ... para cobrar cierta distancia con la 'high society' nacional. Noble de estirpe y de corazón, la que fue condesa de Siruela y nuera predilecta de la duquesa de Alba guarda con los animales un vínculo que, admite, roza lo patológico.
-¿Para tanto es?
-Me encantan los animales. Si por mi fuera construiría un santuario.
-¿Quién le inculcó esa pasión?
-Supongo que mi abuela Manuela. Todos los veranos reunía en su casa de Comillas a sus siete hijos y sus treinta nietos.
En aquellos maravillosos años yo la veía dar fresas a una tortuga y cómo gatos y perros la seguían. Ella tenía una relación muy especial con los animales que me transmitió a mí.
-Ahora tiene tres perros.
-Sí. Brunilda, una labradora chocolate que nació en mis manos; Fro, un shih tzu que heredé de mi madre y que le alegró los últimos años de su vida; y Sakura, una border collie que nos dejó para unos días Nico -el hijo mayor de su actual pareja, Guillermo Gaspar- y que ya lleva dos años en casa.
-El labrador y el shith tzu son razas asociadas a la aristocracia. ¿El border collie es el hermano plebeyo?
-¡No! ¡Todos son nobles!
-¿Y no tiene bastante con ellos que también se dedica a atender a todo bicho viviente que va encontrando por la calle? Gatos, caballos, palomas...
-Pues no. No lo puedo evitar. Es que pienso que todos los que se cruzan en mi camino son una oportunidad para mejorar. Pero me pasa lo mismo con las personas, ¿eh?
-¿Es verdad que ha recogido hasta murciélagos?
-Uno pequeño que estaba caído durante una nevada. ¡Pobre! Lo cogí, lo envolví en una tela y lo acogí en casa. Al día siguiente se ve que se recuperó y salió volando.
-Pues no está el horno para bollos, oiga.
-¿Por los murciélagos lo dice? ¡No hombre! Estos no son como los de Wuhan.
-¿Y no cree que lo suyo raya lo enfermizo?
-Alguna vez lo he pensado, sí. Pero ¿qué quiere que le diga? Me resulta insoportable el maltrato a los animales.
Mª Eugenia Fernández de Castro
(Madrid, 1954) es empresaria. Dueña de la tienda Alma-Zen, fue condesa de Siruela y nuera de la duquesa de Alba, con la que tuvo fuertes vínculos hasta su fallecimiento.
Brunilda, Fro y Sakura
Animales: Perros.Razas: Labrador, shih tzu y border collie. Edades: 8, 10 y 4 años. Características: «felices», cariñosos» y «protectores».
-¿Y cómo explica esto una mujer tan aficionada a los toros?
-La vida es un aprendizaje, y cuando uno se da cuenta de que lo que daba por natural ya ha dejado de serlo para él, cambia su percepción.
-Ah, entonces debo entender que ya no le gustan.
-Yo participaba del conocimiento del mundo de los toros, de esa emoción que produce una fiesta en la que el arte, la sangre y la muerte están ligadas. Pero, poco a poco, fui sintiendo que eso no cuadraba, que me pesaba más el sufrimiento ligado al toro y que la sensibilidad que ahora tengo no me permitía continuar con ritos de otros tiempos.
-¿Volvería a un plaza?
-No. No puedo ni verlos por televisión.
-La nobleza es una cualidad de los animales de la que los humanos tenemos mucho que aprender?
-¡Y que lo diga!
-¿A qué animal daría usted un título nobiliario?
-Bueno, eso ya lo hizo Calígula y ya ve para lo que le sirvió. Más que un título nobiliario, yo daría un título de especie protegida a tantos animales como lo necesiten para perpetuar su especie.
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