Cuando llegó el teléfono a Santander
LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
En la capital cántabra la primeras líneas y aparatos se instalaron en organismos públicos, comercios y particulares durante los años 1888 y 1889Secciones
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LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
En la capital cántabra la primeras líneas y aparatos se instalaron en organismos públicos, comercios y particulares durante los años 1888 y 1889Santander estuvo muy relacionada con la implantación del teléfono en España. Aquel extraordinario aparato que patentó en 1876 Graham Bell -al parecer, inventado por el italiano Antonio Meucci, quien lo había denominado «teletrófono»- provocó de inmediato la curiosidad de la ciudadanía mundial. Tras ... múltiples gestiones frustradas, en la capital cántabra la primeras líneas y aparatos se instalaron en organismos públicos, comercios y particulares durante los años 1888 y 1889, que ya ha llovido.
Para completar el vínculo de Santander con el inicio de la expansión telefónica en nuestro país hay que recordar dos episodios de singular relevancia. El primero, que en agosto de 1924 el rey Alfonso XIII firmó en la ciudad el decreto que autorizaba al Gobierno a contratar con la Compañía Telefónica Nacional de España el pleno desarrollo estatal del servicio. Y el segundo, que el monarca inauguraría en ella un par de años después una moderna central de «teléfono automático» con la que el personal de a pie alucinó en colores.
Lógicamente, al principio eran muy pocos los que podían disfrutar de semejante lujo en su tienda o casa. No quedaba la propuesta a mano (cartera) para todos, ni estaba tan avanzada su expansión como para ofertarse, de golpe, a miles y miles de clientes. Pero se veía que la cosa tenía futuro, pues molaba y resultaba práctica. Que molaba queda claro al ver fotos de la época en las que incluso las stars faranduleras posaban para la cámara mientras hablaban por teléfono.
Para la mayoría de la población tanto en Santander como en el resto de Cantabria y de España el teléfono propio sería, durante largo tiempo, un deseo. Por esa razón en muchas localidades se disponía de uno público. Sí, de aquellos en los que la operadora de la centralita comunicaba a un ser humano con otro… vía clavijas.
Con el paso de las décadas, el rápido avance de la técnica, la gran y meritoria labor de los profesionales del sector y la mejora general de la economía fue aumentando la clientela del teléfono en el ámbito doméstico, en los comercios, en las empresas, etc.
Y de los convencionales e instalados en cabinas callejeras hemos llegado a los móviles, auténtica maravilla de las maravillas. Conste en acta, por tanto, que en esta materia también existió el ayer. Recordado queda para que unos cuantos aprendan a valorar lo que tienen.
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