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Un elegante coche cruza el no menos elegante cuarto puente. DM
Recordando el santanderino 'Puente de Vargas'

Recordando el santanderino 'Puente de Vargas'

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·

Presidía el centro de la capital cántabra y tuvo varias construcciones

Javier Rodríguez

Santander

Domingo, 21 de junio 2020

Somos muchos los que, por razón de edad, no conocimos el 'Puente de Vargas', también llamado de Atarazanas, que presidía el centro de Santander. Como no queda ni rastro de él –idea: que el Ayuntamiento le evoque simbólicamente en el lugar donde estuvo para que las nuevas generaciones conozcan algo sobre la historia de la capital- nos hemos tenido que conformar con verle en fotos antiguas. De manera especial, las tarjetas postales que tanto se utilizaban antes inventarse los móviles y el 'WhatsApp'.

El nuevo puente, que unos llamaban de Atarazanas y otros de Vargas. DM

Es lógico que fuera muy fotografiado, porque era muy bonito. Resulta tan curiosa como desconocida su historia. El último que contemplaron santanderinos y visitantes tuvo tres previos que se fueron sustituyendo unos a otros. Según algunos autores, al primero se le llamó 'Puente de Atarazanas' y unía la parte alta y baja de la ciudad. Al parecer, se construyó en piedra y navegaban por debajo, en la ría, las barcas. El segundo presentaba como principal protagonista la madera. De ninguno hay testimonio fotográfico.

Así eran el tercer puente y sus inmediaciones, muy cambiadas para construir el cuarto. DM

El tercero, concebido en piedra y que abría una nueva etapa, se construyó en base a los planos del arquitecto Antonio Zabaleta allá por 1840. Fue denominado 'Puente de Vargas' en memoria de tan afamada batalla y quienes la protagonizaron. Pasaban por debajo los tranvías de mulas. Y el cuarto (estamos ya en 1909), el más espectacular y fotográficamente difundido, de cemento y hierro, fue obra del ingeniero Alberto Corral. Transitarían por él peatones y automóviles. Y debajo, entre otros medios de transporte, los tranvías eléctricos.

Otra vista del popular puente, referencia en el centro de la ciudad. CDIS

El puente desaparecería al reordenarse la zona, siendo relevado por sendas escaleras laterales de piedra que algunos denominarían con guasa 'el quinto puente' y que al ser nivelado el terreno tras el incendio del 41 también formarían parte de lo que el tiempo se llevó. Aquella popular estructura es un recuerdo invisible a los ojos pero no a la memoria cuando se circula en coche, bici, moto, bus, etcétera, o se pasea por Calvo Sotelo.

Ayer, dulce ayer.

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