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Abuelo en el columpio jugando con su nieta. PINTEREST
Recordando a los abuelos de antes

Recordando a los abuelos de antes

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·

Vivieron tiempos muy difíciles, pero siempre nos regalaron a los niños, adolescentes y jóvenes lo mejor que tenían: su amor y complicidad

Javier Rodríguez

Santander

Domingo, 31 de enero 2021, 07:42

Las personas que, por desgracia, no podemos disfrutar ya de su presencia recordamos con infinito cariño a nuestros abuelos. Formaron parte de generaciones de españoles que conocieron en profundidad las carencias de todo tipo, pero gracias a un enorme esfuerzo lograron sacar adelante a sus familias. ¡Qué ejemplo!

La cocina, punto de encuentro habitual con las abuelas. PINTEREST

En los abuelos encontramos a nuestros primeros y principales 'cómplices'. A pesar de haber vivido en tiempos muy distintos, demostraban una admirable capacidad para adaptarse a los nuevos, para entendernos cuando éramos niños o atravesábamos la compleja adolescencia y la juventud. Su mentalidad resultaba asombrosamente moderna. Incluso hacían como si no nos vieran cuando fumábamos a escondidas un cigarro... Y, por supuesto, nos daban una propinuca en cuanto la cartera se lo permitía. Siempre procuraron que no se notara su tristeza interior ni sus frustraciones. Ante nosotros lucían a diario la mejor sonrisa. Nos regalaban sus besos, sus abrazos… Es decir, lo mejor que tenían.

El delantal de la abuela, paño de tantas lágrimas. PINTEREST

El delantal de las abuelas –¡cuántos lo recordamos!– constituyó en variadísimas coyunturas el paño de lágrimas de muchos nietos. Y es que determinados objetos evocan de manera simbólica toda una vida. Por esa razón resulta imborrable de la memoria que tutela el alma: la memoria emocional, tan selectiva. Cada vez que volvemos la vista hacia el pasado lo estamos viendo. Lo sentimos en las mejillas.

Abuelo y nieta, en plena sesión de juegos. PINTEREST

Quienes, por fortuna, tienen cerca a sus abuelos no deben desaprovechar la oportunidad. ¡Disfruten al máximo de ellos! ¡Demuéstrenles cuánto les quieren! De no hacerlo, un día se arrepentirán. Después de nuestros padres, ocupan lugar preeminente en la existencia. Son paradigma de Amor (así, con intencionada mayúscula) y manantial de sabiduría. Mis abrazos para cada uno.

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