Títulos tan significativos como 'Los Diez Mandamientos' o 'Ben-Hur' permanecen muy frescos en la memoria de los numerosos espectadores que los presenciaban por estas fechas en los cines
Poco o nada tiene que ver el componente social de una Semana Santa de ahora con las de antaño. Un recuerdo de huella indeleble al respecto es cinematográfico. Permanecen muy frescos en la memoria de quienes las vimos en el cine (que es donde ... se disfruta de verdad con un largometraje) películas tan clásicas y significativas como 'Los Diez Mandamientos', 'Quo Vadis', 'Ben-Hur', 'La Túnica Sagrada', 'Marcelino, pan y vino', 'Fray Escoba' y unas cuantas más igual de exitosas, de fascinantes.
Resulta imposible olvidar, por ejemplo, los efectos especiales de 'Los Diez Mandamientos', que incluyen la mágica separación de las aguas, máximo reto técnico y de ingenio para la época en la que se ejecutó. Y qué decir también de la famosa carrera de cuadrigas, parte clave de 'Ben-Hur', prodigio de puesta en escena, interpretación y eficaces trucos en tiempos sin ordenadores ni inventos por el estilo. ¡Qué talento el de los profesionales que demostraron ser capaces de concebir y realizar con credibilidad aquello! ¡Qué talento!
Aspectos también a destacar sobre tales películas y otras de similar concepto son el atractivo de su color y la calidad de su fotografía en blanco y negro. Cada una constituye un máster del oficio. Están de diez todos sus integrantes: los directores, los actores principales, los actores secundarios, los extras, los guionistas, los iluminadores, los decoradores, los maquilladores, los encargados del vestuario, etcétera. Cada uno merecería haber recibido por su labor un Oscar de Hollywood. Gracias al brillante trabajo que desarrollaron pueden resistir tan bien estas obras el paso del tiempo, logran mantener al cien por cien su encanto primigenio y son evocadas con infinito cariño por la clientela, ya con canas.
Sirva este evocador artículo para que alguno de sus lectores se anime a contemplar de nuevo cualquiera de los filmes citados. Aunque tenga que hacerlo en el sucedáneo de la pantalla doméstica y no en un patio de butacas junto a cientos de personas y frente a la gran 'sábana blanca'. Constatarán quienes lleven este consejo a la práctica que comparadas con las de las décadas doradas del cine, la mayoría de películas de hoy… En fin. Lo comprobarán.
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