«Quiero gobernar en solitario, sería posible si Revilla no se opone»

«Aspiramos a gobernar en solitario, y puede ser posible siempre que Miguel Ángel Revilla no se oponga a que gobierne la lista más votada», dijo este lunes en la Virgen del Mar una Buruaga exultante no solo por el resultado autonómico, sino por el crecimiento del PP en los municipios, con mayoría absoluta en Santander y una inesperada, para muchos, victoria en Torrelavega.

Para cumplir esa aspiración de un Gobierno monocolor, y que Buruaga sea investida presidenta el próximo 28 de junio, el PRC debería abstenerse en la votación para no empujarle a pactar con Vox. Esta estrategia para esquivar a la ultraderecha como socio de Gobierno no es algo exclusivo de Cantabria. El PP ha logrado ser el claro vencedor de estas elecciones autonómicas al ganar con mayoría absoluta en Madrid y La Rioja, además de mantener Murcia y volver a recuperar el poder en la Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón. Pero necesitará pactos con Vox para gobernar en varios de esos territorios. Con unas elecciones generales anticipadas el 23 de julio, la directriz de Madrid y la estrategia de Núñez Feijóo será ahorrarse todos los pactos posibles con Santiago Abascal para distanciarse de él en la carrera a La Moncloa. En algunas plazas será inevitable hacerlo, pero Cantabria puede quedar liberada como moneda de cambio dentro de otras negociaciones más importantes para Génova, como Valencia o Aragón. De hecho, Buruaga viajó este mismo lunes a Madrid, igual que el resto de barones del PP, para reunirse este martes con la dirección nacional y acordar las estrategias de los próximos días.

La pelota ahora está en el tejado del PRC, y Buruaga no dejará de insistir en ello durante las próximas semanas. «Miguel Ángel Revilla se presentó a las elecciones en unas condiciones muy concretas, con sus ochenta años, y les dijo a los cántabros que se presentaba porque le preocupaba Cantabria y para evitar una mayoría de Gobierno PP-Vox. Ahora va a tener la oportunidad de demostrarlo», señaló este lunes. «No tiene nada más que no oponerse a mi investidura y respetar la voluntad soberana del pueblo de Cantabria», remarcó.

Este escenario, lógicamente, no se plantea como algo realista en Vox. En el cuartel general del partido, cerrado hoy como un búnker a los medios de comunicación por orden de Madrid, dan por hecho que se sentarán en la mesa del Consejo de Gobierno con el PP. Creen que sería «una temeridad» por parte de Buruaga enfrentarse a una legislatura sin la mayoría del Parlamento. «Hace falta un Gobierno fuerte sostenido en la Cámara, no puede estar a expensas de recabar apoyos para todo ni a merced de problemas puntuales», dejaron caer desde la dirección de Vox. Un mensaje que, sin duda, trasladarán directamente al equipo negociador del PP en los próximos días.

En caso de un bipartito, se produciría el reencuentro en Peña Herbosa de dos antiguas compañeras y consejeras de Gobierno con el PP. Pero esta vez como presidenta y vicepresidenta. Buruaga, como responsable de Sanidad del Ejecutivo de Ignacio Diego en la legislatura 2011-2015, coincidió con Leticia Díaz, ahora número uno de Vox, cuando ostentaba la cartera de Presidencia y Justicia.

Aunque el PP no esconde que gobernar en solitario es su escenario favorito, Buruaga dejó abiertas todas las puertas a posibles pactos. «Tenemos que abrir conversaciones con el resto de los partidos del arco parlamentario para escuchar qué tienen que aportar (porque nadie sobra) y luego tratar de buscar puntos de encuentro y el cambio, que es lo que buscamos», explicó. No en vano, si su aspiración es gestionar la región con quince diputados necesitará mantener buenas relaciones tanto con Vox como con el PRC para sacar adelante no solo su investidura, sino los presupuestos anuales y cualquier otra iniciativa legislativa en la Cámara. No sería la primera vez que ocurre esto. Tenemos un ejemplo muy reciente. En la legislatura 2015-2019, el bipartito PRC-PSOE se apoyó en Podemos y Ciudadanos en momentos puntuales para reforzar su minoría en la Cámara.

«El escenario para formar el nuevo Gobierno está muy abierto y no hay que descartar ninguna posibilidad, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que Cantabria quiere cambio, necesita cambio y ese cambio le va a liderar el Partido Popular», destacó Buruaga.

A muchos de su propio partido, pero también del PRC, les llamó mucho la atención los elogios de la líder del PP a Miguel Ángel Revilla la noche electoral. Hay muchas maneras de decir las cosas, de saber ganar y de no hacer sangre con el perdedor, pero Buruaga no eligió al azar el momento ni las palabras para resaltar la importancia del PRC y de su líder en la historia de Cantabria: «Sus esfuerzos en estos 40 años son un hecho constatable: los madrugones, las noches en vela, las renuncias familiares, los sinsabores, los días en que le apetecía estar en otra parte y eligió cumplir con su deber, su servicio y su obligación. Alberti escribió que le había puesto el nombre de Cádiz a todo lo dichoso; pues Revilla le puso el nombre de Cantabria a lo mejor que tenemos aquí».

En cualquier caso, ocurra lo que ocurra, y pese a que apenas ha dado tiempo para analizar en profundidad los resultados más allá de los grandes números, la líder del PP sí cree que Cantabria «deja atrás una etapa de la política frívola, de la política de la parálisis, de la falta de resultados y abrimos o enseguida abriremos una nueva etapa de oportunidades de futuro y de progreso para todos los cántabros».

Una vez que se forme Gobierno, la presidenta tiene decidido poner en marcha un programa con «ejes irrenunciables». Ninguna sorpresa en la lista, todos ellos forman parte del paquete de medidas que ha ido soltando como píldoras durante la campaña electoral: una gestión más eficaz y transparente; «hacer funcionar la economía» con una bajada de impuestos a la clase media, y que «ponga el foco» en la política sanitaria.

La resaca de la noche electoral estuvo sacudida por el adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez. Las elecciones generales serán el 23 de julio, y el PP cántabro deberá armarse al mismo tiempo que intenta formar Gobierno. La campaña puede llegar a solaparse con una segunda votación de investidura de Buruaga en el Parlamento si decae la primera, prevista para el 28 de junio.

«Vamos desde Cantabria también a ayudar a despertar a España», sentenció la líder popular, que criticó que Pedro Sánchez ha fijado esta nueva fecha para los comicios «en clave de manual de resistencia». A su juicio, el presidente socialista «no está pensando en los españoles, porque si lo estuviera haciendo había tenido una oportunidad de convocar estas elecciones generales con las autonómicas y los municipales, que era lo más sensato».

Frente a ello, cree que el adelanto va «en favor de su propia supervivencia» y que lo ha fijado creyendo que «cada mes que pasa el declive es más irreversible y que piensa que va a estar en mejores condiciones de afrontar esas elecciones el 23 de julio que en diciembre».

El coordinador del programa electoral del PP, Íñigo de la Serna, opinó este lunes que la «victoria aplastante» conseguida por su partido en Cantabria supone un «voto de castigo» al líder del PRC, Miguel Ángel Revilla, que no tiene que ver «con ninguna marea», sino por sus pactos con el PSOE, tanto en la región como en Madrid. «Ha sido una decisión libre de los cántabros, que no han entendido, entre otras cosas, por qué Revilla era aliado de Sánchez, muchas veces en proyectos que iban contra los intereses generales de Cantabria».

El exalcalde de Santander destacó que la «victoria incontestable» del Partido Popular es «especialmente significativa» en Cantabria, precisamente, por el «componente» del PRC, algo que no existe en otras comunidades autónomas. Y cuestionado sobre si los 15 diputados que ha obtenido el PP, que lo han dejado a tres de la mayoría absoluta, le dan fuerza para gobernar en solitario, De la Serna fue rotundo: «por supuesto». «Es, indudablemente, una mayoría aplastante, aunque no sea absoluta, para poder defender que el proyecto político y el liderazgo de Buruaga es lo que han decidido los cántabros de forma muy mayoritaria», subrayó.

Respecto al Ayuntamiento de Santander, donde Gema Igual ha obtenido la mayoría absoluta, que en su momento también consiguió De la Serna, el exministro de Fomento reconoció que «la felicidad no puede ser mayor». La victoria, dijo, ha sido «totalmente de justicia por el gigantesco trabajo de Gema Igual y de todo su equipo en unas condiciones dificilísimas, con unos socios de gobierno (Ciudadanos) que hacían lo imposible por criticar y por entorpecer, con cero ayuda del Gobierno regional».

Por otra parte, considera que los resultados de los comicios tienen «una lectura nacional» en cuanto al apoyo ciudadano al PP y su presidente, Alberto Núñez Feijóo.