Unos cincuenta afectados por la presunta estafa en Novo Banco crean un frente común

La estrategia de los afectados es clara por ahora. Agotar, de entrada, la vía de negociación con Novo Banco antes de tomar otras medidas. Tratar de recuperar el dinero. «Novo Banco Sucursal en España atenderá los derechos legítimos de sus clientes afectados de forma trasparente de acuerdo con la legalidad», comentaron en un principio desde la entidad. Ahora toca saber hasta qué punto se concreta eso. Tres son las cuestiones que se plantean. Si efectivamente el banco va a responder, cuándo estaría dispuesto a hacerlo y con cuánto del dinero que, supuestamente, ya no está en las cuentas de los inversores.

En este sentido, fuentes del caso explican que ahora todos están tratando de recopilar información y hacer números. Y un aspecto es determinante en este asunto: los extractos del dinero con los que contaban los clientes entregados por Jacobo Vidal no coinciden -según explican- con los que les entrega la entidad actualmente (los afectados estarían recibiendo los reportes de Novo Banco con la información desde que iniciaron con la firma su relación empresarial). Pero, entonces, ante esas diferencias, ¿qué cantidad les pagarían?

Del mismo modo, las mismas fuentes confirman que (siempre según su relato) la presunta forma de actuar del investigado, con transacciones cruzadas entre cuentas de sus clientes según ingresaba cantidades -el dinero que metían unos iría para ir tapando agujeros o sumar intereses de otros- dificulta enormemente los cálculos y todo el proceso de recopilación documental. Justo en eso estarían en estos días tanto el banco como los representantes legales de los afectados, que optan todavía por mantener el perfil bajo en medio de la polémica. «Es -cuentan- una madeja que el banco está tratando de desenmarañar».

En ese contexto de incertidumbres se enmarca la idea del medio centenar de afectados de actuar de forma coordinada. De hecho, a los clientes de Santander que han acudido a estos despachos se han sumado también algunos de Madrid, por ejemplo.

Todo, mientras se conocen algunos detalles más de lo sucedido en las últimas horas. Que Jacobo Vidal envió prácticamente a todos los afectados el mismo mensaje de WhatsApp cuando, lógicamente, trataban de ponerse en contacto con él al conocer los hechos. Algo así como «lo siento mucho, no puedo hablar con vosotros, me lo tiene prohibido el banco». También que el hecho de que fuera él quien trasladara los hechos ante la Fiscalía y su presunta confesión achacando lo sucedido a «malas inversiones» se entiende, entre buena parte de sus antiguos clientes, únicamente como una estrategia de defensa para mejorar su posición y que no 'cala' en su ánimo. «A nosotros -comentaban días atrás a este periódico en este sentido- nunca nos reconoció una pérdida en estos años».

Y todo, también, mientras en Santander siguen corriendo cascadas de rumores y comentarios sobre la presunta estafa de los cincuenta millones de euros y sus protagonistas.