El propio investigado por la presunta estafa en Novo Banco fue el que denunció el caso

El texto de la Fiscalía resuelve así una de las dudas iniciales en este asunto. ¿Quién denunció? Sobre todo, teniendo en cuenta que la postura inicial que han adoptado los afectados es la de agotar las vías de negociación con el banco para recuperar su dinero antes de acudir a un juzgado. Fue el propio Jacobo Vidal el que se presentó ante la Justicia. Y mostró, además, una doble intención. La de confesar -acorde a su versión- unos hechos y la de, en principio, reparar los daños causados (dos aspectos que serían dos importantes atenuantes de los que se beneficiaría llegado el caso). Según recoge la exposición, el asesor habría negado haberse llevado el dinero de sus clientes o que este estuviera depositado en cuentas en paraísos fiscales. Así, el agujero estaría ocasionado, según explicó, por unas «malas inversiones». Por una huida hacia adelante tratando de ir recuperando lo que se iba perdiendo con nuevos ingresos.

Sin embargo -y eso es lo que tendrá que ir determinando la investigación-, la Fiscalía entiende que esta versión de los hechos no es incompatible con unos presuntos delitos de estafa, falsedad documental continuada y administración desleal. De hecho, se pone el foco en el alto nivel de vida del exempleado de Novo Banco, un tren de vida fuera de lo común.

Eso resume lo sucedido hasta el momento en cuanto a la investigación. Con ese punto inusual -según explican desde ámbitos jurídicos- de que sea el propio señalado el que acuda directamente a la Fiscalía para poner en marcha el procedimiento. Lo siguiente es saber hacia dónde va ahora. Porque, pese a que en un primer momento se dio traslado al Juzgado de Instrucción número tres de Santander, aún está pendiente de resolver si finalmente será esa sala la que se ocupe del caso.

Eso podría haber retrasado la llamada a Jacobo Vidal para que acuda a declarar ya ante un juez. Cuando eso se produzca -que no tardará-, los escenarios que se contemplan son varios. Por un lado, si se solicita, se podría declarar como medida cautelar su ingreso en prisión preventiva (algo poco probable tras su confesión inicial). Por otro (y esto parece más posible, según las fuentes consultadas), aplicar otro tipo de medidas como la de exigir una comparecencia periódica en el juzgado, la retirada del pasaporte para que no pudiera salir del país o una fianza económica como condición para seguir en libertad.

No es el único movimiento legal en marcha. Desde la central de Novo Banco confirmaron ayer a este periódico que se encuentran «ultimando acciones legales contra su exempleado». Es el paso siguiente a la primera reacción al asunto -de la semana pasada y a preguntas de El Diario-. Por entonces ya aseguraban que ejercerían «las acciones legales que les asistan para defender tanto los intereses de los clientes afectados como los de la propia entidad». Decían eso y que habían puesto «en marcha un protocolo de investigación interna con el objetivo de esclarecer el alcance de los hechos».

Todo, en paralelo a los contactos que mantienen con los clientes afectados, que se han repartido entre sus oficinas de Oviedo y las de Madrid (algo que han confirmado algunas de las víctimas). Las cerca de ochenta personas que podrían haber sufrido las consecuencias de las presuntas irregularidades han recibido el consejo de sus abogados de mantener, de entrada, un perfil bajo y, sobre todo, de tratar de negociar con el banco para recuperar todo el dinero posible. «Novo Banco Sucursal en España atenderá los derechos legítimos de sus clientes afectados de forma trasparente de acuerdo con la legalidad», comunicaron desde la entidad. Pero los afectados quieren constatar si esas buenas palabras se transforman en hechos. O sea, si van a recuperar el dinero de unas cuentas en las que, a día de hoy, hay mucho menos dinero del que creían. Agrupados en torno a un mismo abogado (un grupo de unos veinte) o de forma individual con otros letrados, esperan noticias antes de dar el siguiente paso.

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