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Las horas posteriores a la muerte de un político son las del repaso. De su biografía y de su gestión. El de la carrera de Juan Hormaechea da para mucho -como quedó reflejado en las 22 páginas que publicó ayer este periódico-. Muchos proyectos ... y una trayectoria política salpicada de episodios de todo tipo. Pero, acabados esos repasos y contadas también las polémicas y los juicios, ¿qué queda hoy de sus principales proyectos? ¿Cómo han llegado esas obras hasta nuestros días? ¿Qué proyectos no fueron posibles? Aquí van algunos ejemplos.
Cabárceno | El legado indiscutible
La conclusión evidente para entender cómo ha llegado Cabárceno hasta hoy es que hasta sus detractores más feroces en su día reconocen el acierto de la idea y aprovechan su tirón para el turismo. Un dato resume su importancia: el Parque batió en agosto -en el año del coronavirus- su récord histórico de visitantes en un mes, con 160.523 usuarios. Es el emblema del turismo regional (y el símbolo, junto con Altamira) y, con un trabajo intenso, se ha consolidado también como un importante centro de conservación de especies y de investigación. Eso sí, no han faltado las polémicas. Como la del proceso judicial por la casa de los gorilas o los informes que dio a conocer este periódico de los años 2015 y 2017, en los que se ponían de manifiesto importantes deficiencias. El Ejecutivo anunció a finales de 2017 un plan de inversiones por valor de 5,5 millones de euros para renovar las instalaciones del Parque.
La Magdalena | Su hito santanderino
Durante 2019, más de 82.000 personas pasaron por las instalaciones del Palacio de La Magdalena (51.000 de ellas participantes en las visitas turísticas) en las más de quinientas actividades celebradas. El edificio, además, ha sido sometido recientemente a la reforma más importante en los últimos 25 años. Desde que Hormaechea gestionara la compra por 150 millones de pesetas de la península (y los edificios) de cara a recuperarla para la ciudad, la finca es uno de los grandes atractivos para los visitantes de Santander. Espacio para la UIMP, conciertos, rodajes, concursos hípicos, sede de cumbres políticas y hasta espectacular escenario de la Copa Davis, el por entonces alcalde tuvo la idea de incluir allí un zoo. En su día hubo osos polares, leones y camellos. Ahora -quedan leones marinos y pingüinos- ha surgido un importante movimiento que denuncia el mal estado de los animales, el abandono de las instalaciones y pide que se retire el minizoo.
El toro Sultán | Mejora de la cabaña ganadera
En mayo de 2018, según un artículo publicado por Jesús Pérez del Río, el toro Sultán tenía aún en Cantabria 193 descendientes vivos. En concreto, 12 hijas, 29 nietas por parte de madre, 29 nietas por parte de padre, 105 biznietas por parte de madre y 18 biznietas por parte de padre. En 2011 eran 638 animales. El dato es importante porque el semental fue sacrificado en el matadero de Canfrisa de Santander el 27 de julio de 1991. La compra de Sultán -que no fue el único que llegó- fue objeto también de un intenso debate, sobre todo por el famoso millón de dólares canadienses que costó -una cantidad nada desdeñable en su momento- y por la rotura del ligamento cruzado del corvejón izquierdo que le dejó maltrecho. En sus tres años en activo produjo 64.327 dosis seminales -algunas siguen congeladas en las vaquerías cántabras- y se cifró en un 30% el aumento de la productividad media de cada vaca. Aún nacen descendientes del toro.
Palacio de Festivales | Epicentro cultural
Con ese carácter especial, sus discusiones con el arquitecto Javier Sáenz de Oiza pasaron a la historia íntima del proceso que culminó con el Palacio de Festivales. Hoy se mantiene el debate sobre el estilo del edificio (si encaja o no en Santander, aunque el asunto ha perdido fuerza) y, de hecho, hasta hace pocos años -con la apertura de Gamazo y la Duna- no se había podido contemplar con la perspectiva con la que fue pensado. No hay duda, eso sí, de que se dotó a Cantabria de un epicentro cultural estable que ha permitido contemplar aquí el talento de algunos de los mejores artistas del mundo. La escena regional es incomprensible sin el edificio. Pero con cambios por necesidad. Ni se entra por las escaleras que hay en Gamazo ni se accede a la sala Argenta por debajo del escenario -por el foso (así estaba pensando)-. Sólo una vez se entró de esa forma, y fueron las 'Mama Chicho' dentro de una gala de Telecinco. También estaba previsto abrir el trapecio de la fachada sur para que el fondo del escenario dejara ver la bahía de Santander. Una idea poética, pero poco práctica por cuestiones de iluminación o sonido. Únicamente una vez (el ballet de Nacho Duato) se usó de ese modo.
Bárcena Mayor | Parque Natural Saja Besaya
Para los más puristas, el acondicionamiento que hizo Juan Hormaechea de la localidad de Bárcena Mayor le hizo perder parte de su auténtico encanto rural. También hubo críticas para el sobrecoste que supuso la carretera (el plan de carreteras en esos años también ha llegado en buena parte hasta nuestros días y forma parte de la herencia del político). Pero el 'boom' turístico del pueblo y el efecto sobre la comarca que persiste hoy tuvo que ver, indudablemente, con lo uno y con lo otro. Bárcena Mayor es uno de los pueblos, por su belleza, más reconocidos del país (y más visitados). La última pequeña polémica vino por el hecho de que desde hace unos años cobran por aparcar.
Los parques de Santander | De La Marga a Mataleñas
Una de las obsesiones de Hormaechea como alcalde de Santander fue dotar a la ciudad de zonas verdes. Su gestión está salpicada de episodios en los que fincas privadas de la capital pasaron a manos municipales. Hoy en día están plenamente integradas en el itinerario santanderino. El parque de La Marga se reformó en 2015 (hubo una protesta por el traslado de árboles), el de Jado (que cuenta con un centro cultural) es escenario de numerosas actividades, el de Altamira alberga el Conservatorio Municipal y en el del Doctor Morales sigue como símbolo el Monumento a la Vaca. De la etapa de Hormaechea, con todo, destaca Mataleñas, parque y campo de golf municipal. Los asuntos que alguna vez despiertan críticas tienen que ver, básicamente, con el mantenimiento o la limpieza. Algo similar a lo que ocurre, por ejemplo, con la zona del Calendario Azteca de la Plaza de México, inaugurada con Hormaechea como alcalde.
Túnel de La Engaña | Un sueño imposible
Cuenta Jesús Ceballos, uno de sus cercanos colaboradores, que uno de los «sueños» de Hormaechea era el de recuperar el túnel de La Engaña «como conexión entre Cantabria y Castilla». «Es un tema del que no se ha hablado mucho. Una idea soterrada para esa comunicación y dar vida a los pueblos de la zona. Pero vio que no podía llegar. Era una obra faraónica en lo económico y con un enorme coste político». Tras mil anuncios posteriores, aún no se ha ejecutado nada allí.
Los puentes que no se hicieron | Santoña-Laredo/Bahía de Santander
Aunque hoy suene a ciencia ficción, Homaechea barajó muy seriamente la construcción de un puente entre Laredo y Santoña. De hecho, en el año 1991 encargó la redacción de un anteproyecto que suponía una inversión de unos 2.100 millones de las antiguas pesetas. Ideam, una empresa de ingeniería civil con sede en Madrid, fue la encargada de elaborarlo. Tenía una longitud de 630 metros y un ancho de 15,60. Menos concreta (pero igualmente real y comentada en su época) fue la idea de proyectar otro puente para conectar Santander con el otro lado de la bahía.
Otras ideas en el tintero | Potes, Pedrosa o La Marga
Teniendo en cuenta los años reales de gestión en Santander o el Gobierno regional, y las condiciones (sin muchas competencias transferidas) -además del tiempo invertido en guerras políticas y judiciales-, es fácil deducir que la actividad fue frenética. Si es fácil deducirlo por lo que se hizo, más aún al tener en cuenta otros proyectos que no llegaron a ejecutarse. La carretera que uniría Reinosa y Potes, cuentan sus colaboradores, llegó a estar, incluso, adjudicada. Era un enorme proyecto que evitaría pasar por el Desfiladero y conectaría la Meseta con Liébana. También hubo partidas para una conexión La Marga-Albericia (que ahora existe, pero que no encontró financiación). Y cuentan que tenía la idea de recuperar la Isla de Pedrosa con un complejo hotelero.
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Gonzalo Sellers
l. mena | archivo dm
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