Secciones
Servicios
Destacamos
Emilio Martín - Restaurante Las Quebrantas
Este restaurante tradicional situado en Somo está muy afectado por los límites a la movilidad. «No podemos vivir de la gente del pueblo. Nuestros clientes son de la provincia», explica su propietario. «Es imposible mantener el negocio», insiste, con la pena de haber mandado a siete empleados al ERTE.
«Las ayudas no llegan», asegura Martín, y explica que son conscientes del problema sanitario, «pero no somos los culpables». «Hemos cumplido las medidas y ahora nos obligan a cerrar».
José María Celis - Congelados Frigorsa
El cierre de la hostelería afecta a otros sectores, como esta empresa de distribución en la que trabajan 25 empleados, con el 80% de ellos hoy en un ERTE. «Estamos aquí para apoyar a nuestro principal cliente, del que dependemos. Muchos se van a quedar por el camino», lamenta José María Celis, al frente de la empresa. «Se ha demostrado que con la hostelería cerrada la curva de contagios sigue disparada. La hostelería no es el foco. Las Navidades se plantean complicadas y sin cenas de empresas».
Emilio Valle - Restaurante Somo Parque
En un negocio desde hace 35 años, «hoy nos quedamos en la calle; da igual el esfuerzo que haya supuesto», dice Esteban Burón, trabajador en el restaurante. El propietario, Emilio Valle, opina que «las terrazas en el norte no funcionan en invierno, salvo días contados». Como alternativa a la situación van a «preparar comidas para llevar». «Por luchar ante el problema y reinventarnos, pero me pregunto cómo vamos a sobrevivir si pretendes mantener a toda la plantilla, como es mi caso. Así doy fe que no».
Fernando de la Parte - Restaurante Los Elefantes
«El mío es un caso más particular, aunque no por ello menos traumática, ya que el sector en general está muy castigado. Mi negocio en Cabárceno depende de los visitantes, del turismo, y como estamos cerrados es imposible mantenerlo abierto. La única posibilidad que tenemos es cerrar, porque es que no tiene sentido estar abierto, no puedes mantener al personal y ni tan siquiera los gastos. Estamos asistiendo a una especie de asfixia del sector hostelero, primero con el confinamiento y ahora con nuevas restricciones».
Sandra Liliana - Restaurante Bellota y Garnacha
«No es justo que se nos acuse de ser foco de contagio cuando hemos cumplido todas las medidas sanitarias», reivindica la propietaria de este restaurante ubicado en Liencres. «Me satisface ver en esta manifestación la unión entre gremios, trabajadores, proveedores, distribuidores... Me alegra mucho comprobar que estamos unidos en esto porque somos una cadena. Somos muchos los que vivimos de la hostelería y lo que afecta a los establecimientos cerrados repercute en muchos otros negocios y empleos».
Pilar Alegre - El Rincón de Pi
Los manifestantes de la caravana de ayer coincidían en señalar los palos en las ruedas que les ponen continuamente. Pilar Alegre, al frente de un establecimiento, asegura que no reciben ayudas, «pero inspecciones de la Policía, esas no han faltado, y en horas puntas, espantando a la clientela», señala. «Afortunadamente, no pudieron poner ninguna multa», pero no entiende este trato recibido en un momento tan difícil. «Nosotros cumplimos la limpieza y el control de los aforos, mientras los autobuses lo incumplen, por ejemplo».
Chuchi Sainz - Taberna Dalnessie Tavern
He abierto porque he podido colocar más mesas en la terraza y así vamos a intentar seguir tirando para adelante, pero, claro, sólo con la terraza lo primero que hago es mirar al cielo para que no llueva. Primero el cierre del confinamiento, luego en agosto, nuevas restricciones por el ocio nocturno, y estoy en Suances, un lugar turístico sin turistas porque no pueden venir, es que es algo insostenible. Creemos que el camino tiene que ser otro, se debería castigar al que no cumple, y no al contrario, al que sí cumple».
Lorenzo Lanza - Restaurante La Flor de Tetuán
En la caravana de ayer acudían empleados de la hostelería que «ven en riesgo» sus puestos de trabajo y que reivindican poder trabajar para evitar «la ruina del sector». Lorenzo Lanza, camarero de La Flor de Tetuán, en Santander, apoyaba la protesta porque «la hostelería ha trabajado cumpliendo las medidas sanitarias impuestas y la distancia social» y considera este cierre obligado como «discriminatorio». Y mira al futuro con «incertidumbre», porque ahora «se están destruyendo muchos empleos».
José A. Cuadrado - Alquimia TAVERN
El cierre temporal de este establecimiento de cócteles de Los Corrales de Buelna, que contaba con una plantilla de cuatro empleados, ha afectado mucho a su propietario, que explicaba ayer como integrante de la caravana que «el futuro se hace insostenible para el negocio». Particularmente «nos enfada a todos que se nos responsabilicen de los contagios» y «protestamos por poder sacar adelante nuestros trabajos, donde están nuestros ahorros y para mantener a la plantilla, con personas que tienen familias a su cargo», explica.
Antonio Ibáñez - Restaurante La Tienda
«Yo tengo un local pequeño y no tengo posibilidad de ampliar el espacio, las mesas y terrazas, además de seis empleados a los que tengo que hacer malabares para mantenerlos en sus puestos de trabajo con la situación en la que estamos. Los ingresos no dan para cubrir los gastos y no hay ningún tipo de ayuda. Esto es un cierre encubierto porque como no tienen dinero para pagar los ERTE si nos cierran del todo, así nos van ahogando en un año complicado en el que vemos que el negocio no es viable».
Pedro Carrillo-Restaurante Las Olas
Cocinero en este restaurante de Santander con una plantilla de quince personas, Pedro Carrillo señala que lleva «diez días en casa sin poder trabajar». Todo, debido a las medidas aprobadas por Sanidad que afectan ahora a la hostelería regional. «Me parece un contrasentido que sólo cierre la hostelería mientras negocios como los centros comerciales o los gimnasios siguen funcionando. Es injusto que siempre pague la hostelería», opina este trabajador. «Si cierras, cierra para todos», entiende
Rosa Eva fFernández - Bar cafetería Andros
«Mi situación no creo que sea muy diferente a la de otros compañeros. Yo, de entrada, tengo unos gastos fijos al mes de 3.500 euros, y en las condiciones en las que nos imponen para trabajar no es posible seguir abierto, pero no porque no queramos, sino porque es económicamente imposible, no hay ingresos suficientes para cubrir los gastos. Sólo los gastos ya te comen, y más aquí, en La Inmobiliaria, donde como somos marginales también tocó que nos confinaran. Es un acoso y derribo al sector».
El sector
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Rafa Torre Poo, Clara Privé | Santander, David Vázquez Mata | Santander, Marc González Sala, Rafa Torre Poo, Clara Privé, David Vázquez Mata y Marc González Sala
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.