Ama a los animales, nunca ha sentido miedo y no entiende la vida sin levantarse todas las mañanas y pasear por el zoo. Es su pasión. Maribel Angulo (Torrelavega, 1942) lleva más de cuarenta años codirigiendo el Zoo de Santillana del Mar junto a su ... marido José Ignacio Pardo de Santayana. Irradia energía, quizás porque se siente una privilegiada por haber podido dedicar su vida a sus dos grandes pasiones, la música y los animales. Porque ella es funcionaria de carrera y comenzó su vida laboral en la secretaría del Festival Internacional de Santander (FIS). Más tarde, conoció a José Ignacio, con quien se casó en 1973. Él, como ella, ama también a los animales y juntos crearon un zoológico «diferente» a todo lo que habían visto. De esto han pasado ya 43 años.
Nos recibe para la entrevista en un salón acristalado con pinturas y fotografías de animales y vistas al zoológico. Lamenta mucho no poder enseñarnos a «sus» animales porque ha sufrido un esguince esquiando. Lleva dos días de reposo y ya echa mucho de menos su rutina, sus paseos por la mañana por el zoo, el cuidado de los animales, sus caricias...
Maribel Angulo vuelve la vista atrás y destaca que todo ha cambiado mucho desde que comenzó a trabajar hace más de cuarenta años. ¿Lo mejor? «Que la mujer hoy puede estudiar y prepararse en igualdad de condiciones que un hombre. Eso le permite acceder a puestos de trabajo a los que antes, por falta de cualificación, no era posible». «Soy muy feminista, defensora de la igualdad», aclara quien insiste en que «hay que dar voz a las mujeres y facilitar su acceso a puestos de responsabilidad».
Angulo trabajó en el Festival Internacional de Santander y luego llegó el zoo. En los primeros años, su marido, José Ignacio, daba clases en la universidad y ella compaginó su trabajo de funcionaria por las mañanas, con el de gerente del zoo, por las tardes. Era demasiado, pidió la excedencia y volcó toda su energía, que no es poca, en el zoo. Años después también su marido dejó las clases para involucrarse al cien por cien con los animales. El zoo nació de una mezcla de casualidades, proyectos, formación y mucho trabajo. «Mi marido siempre quiso tener un zoológico pero yo lo veía imposible porque eran unos años en los que sólo había nueve zoos en España. Era complicado». Le parecía un sueño, pero la oportunidad surgió cuando encontraron un terreno en Santillana del Mar «con un encanto especial».
Desde entonces hasta han viajado por África, han visitado zoológicos... Siempre juntos. Pero, ¿quién toma las decisiones? «Es una pregunta difícil de contestar», sonríe Maribel quien, sin embargo, reconoce que trabajar con su marido ha sido una muy buena experiencia. «Formamos un buen equipo», añade. Desde el principio sabían que querían un zoológico diferente al resto de los que había en Europa, que son de grandes dimensiones. Ha sido un camino largo, de mucho trabajo pero ha tenido la suerte de que nunca se sintió discriminada, tampoco una mujer florero.
Entre sus dos pasiones: la música y los animales
Maribel Angulo cree que con educación y formación se alcanza aquello que se quiere en la vida. Es lo que le diría hoy a la joven Maribel que con veintitantos años empezó a trabajar en el Festival Internacional de Santander. Después conoció a su marido José Ignacio Pardo de Santayana y juntos crearon el zoológico de Santillana.
La falta de formación es la que, a su juicio, ha impedido a la mujer acceder a puestos de responsabilidad. Algo que hoy está cambiando. Si mañana fuera presidenta del Gobierno trabajaría igual que hace en el zoo, donde se contrata por igual a hombres y mujeres y ellas ocupan puestos de responsabilidad. «A igual trabajo igual salario», añade. La segunda medida sería una apuesta por la conciliación laboral, como en muchos países europeos, sobre todo del norte. Los expertos auguran que la igualdad real no llegará hasta dentro de 99 años. «Largo me lo fiáis», responde con una sonrisa. Maribel Angulo dedicará el 8 de marzo, como todos los días, a trabajar. Dará un paseo por la mañana por el zoo y después incidirá en su mensaje a la sociedad de que todos formamos parte del mismo universo, hay que cuidarlo y mantenerlo si queremos seguir viviendo en este planeta. ¿Y al día siguiente? Lo mismo. En su día a día reconoce que en ocasiones es más fácil trabajar con los animales que con las personas. ¿Por qué? «Muchos problemas entre las personas vienen motivados por la competitividad... y con los animales no sucede. Ellos son cariñosos y si eres de su familia lo eres con todas las consecuencias». Y si pudiera entablar una conversación con una joven que empieza a trabajar tiene claro su mensaje: trabajar duro, aprender mucho y esforzarte para conseguir tus metas en la vida.
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