Puente aumenta las dudas sobre el futuro de la intermodal de La Pasiega

En esos asuntos, Puente llegó ayer con un puñado de noticias buenas. Sin muchos plazos cerrados, pero con la decisión, por ejemplo, de que los tramos palentinos del AVE –hasta Alar del Rey, los que ya están en obras– entrarán en servicio nada más estén acabados, sin necesidad a esperar a la obra de la alta velocidad entre Alar y Reinosa, que tardará tres años más. Además, se sigue estudiando cómo hacer el tren rápido a Bilbao sin un horizonte temporal claro, al contrario que la obra del tercer carril de la A-67, que se iniciará en abril. Si no hay problemas, el día 3.

Todos asuntos relevantes, pero en la cima de las prioridades del Gobierno de Cantabria estaba otro:la estación intermodal de La Pasiega. Aunque las palabras de Puente fueron ambiguas y la propia presidenta dudó a la hora de analizar el alcance del cambio de criterio con el que llegó a la región el ministro, lo cierto es que en este capítulo las novedades no suenan bien. Y es un problema porque las reglas del juego están cambiando a mitad de partida, cuando la obra del centro logístico ya ha comenzado. Es cierto que en el acto de colocación de la primera piedra, celebrado en septiembre, Buruaga ya puso el acento en las dudas sobre la intermodal, la única parte del proyecto que depende del Gobierno de España. Había dudas, pero también el compromiso político por parte del Ministerio de Transportes de llevar a cabo esta infraestructura, fundamental para la viabilidad del espacio industrial de Parbayón. Lejos de despejarlas, Puente añadió más incertidumbre.

Y lo hizo por partida doble. Por un lado, confirmó que el estudio de viabilidad de la estación intermodal encargado por Adif es negativo. Del documento se desprende que, a día de hoy, no hay garantías de que esta obra que servirá para el movimiento de mercancías por ferrocarril tenga el uso mínimo que requiere la inversión. Por eso lo que pide el Ministerio a Cantabria son «garantías». Básicamente, que confirme que «a corto y medio plazo haya una empresa que genere tráfico suficiente».

Con esa condición previa, un auténtico «jarro de agua fría» para los intereses de la comunidad autónoma, ambas partes se remiten a encuentros futuros para avanzar en el asunto. Lo que ocurre es que parece que los avances irán por una vía distinta a la que manejaba tanto el actual Gobierno de Cantabria del PP como el bipartito PRC-PSOE. Esa es la segunda derivada. Por ejemplo, Madrid ya no confirma que costeará de manera íntegra la intermodal. Es más, propone que sea en colaboración con el Ejecutivo cántabro. «Estamos dispuestos a acompañar al Gobierno autonómico en ese proceso. No nos apartamos de apoyar esta infraestructura», dijo Puente. Literalmente, utilizó los verbos 'acompañar' y 'apoyar' como otra más de las partes implicadas, no como único protagonista.

Puente compensó el mal sabor de boca con anuncias en carreteras. El socialista confirmó que las obras del ramal de continuidad de Torrelavega, que tenían que haber estado inauguradas hace dos años y que aún se encuentran al 70% de su ejecución, acabarán «a finales de este año o comienzos del siguiente». También que la actuación para dotar a la A-67 entre Polanco y Bezana de un tercer carril arrancará este mes de abril. Si se cumplen los planes, la obra durará 64 meses, un tiempo excesivo –inicialmente eran 30 meses– para la presidenta Buruaga, que reclama al ministro que haga todo lo posible para agilizar los trabajos.

Más allá de la fecha del inicio de la actuación para ampliar la A-67, el ministro dio a conocer una novedad en el proyecto. O mejor dicho, un proyecto vinculado que dará continuidad al tercer carril de la autovía, ya que el Ministerio someterá a información pública antes de dos meses otro tercer carril hasta el aeropuerto, aunque sin un horizonte temporal claro. Puente no habló de la reforma integral de La Hermida, pero sí Buruaga. Y lo hizo para reconocer al Gobierno central, en este caso sí, que las labores van en plazo. Agradecimiento con recado porque ha aprovechado para recordar que la región exigirá que se sigan cumpliendo los plazos para que la carretera de acceso a Liébana entre en funcionamiento en julio de 2026, como está comprometido.

También se refirió solo Buruaga al tercer carril de la A-8 entre Solares y el límite con Vizcaya. En este caso no para dar las gracias, sino para poner deberes. Quiere que este mismo año se licite el proyecto. «Resucitar» esa actuación que está bloqueada desde 2018 y que tiene el mismo objetivo que la de la A-67: mejorar la seguridad y acabar con las congestiones. Para otra ocasión quedará la reivindicación sobre la A-73 entre Aguilar y Burgos. No está en Cantabria, pero ahorra en casi 30 minutos el viaje a Madrid en coche.

Para entender el anuncio de Puente sobre el AVE a Madrid y los cambios sobre los planes iniciales hay que explicar previamente cuál era el planteamiento inicial. Una vez que Cantabria aceptó que el AVE a la región llegaría únicamente hasta Reinosa y que el resto del trayecto a Santander se haría con un tren de altas prestaciones tras mejorar la vía, lo que tenía que hacer el Gobierno de España era crear la infraestructura de alta velocidad entre la capital campurriana y Palencia. Y en ello está desde la pasada legislatura.

La actuación es la suma de diferentes tramos tanto en tierras palentinas –en concreto cinco tramos, que ya están en obras– y otro más de Alar del Rey a Reinosa, que es el que va mucho más atrasado. Hasta ahora se habían dado muchas fechas para su entrada en funcionamiento que sucesivamente han ido quedando superadas por la realidad, pero lo que estaba planeado era que los trenes para unir Santander y Madrid en tres horas no comenzarían a circular hasta que estuviera inaugurado todo el trayecto. La novedad ahora es que la puesta en servicio no se hará de forma simultánea, sino a medida que la vía esté acabada.

Esto supone que los usuarios notarán mejoras en los tiempos del trayecto tres años antes porque esos mismos tres años es el tiempo de ventaja que llevan los tramos de Palencia a Alar respecto al Alar-Reinosa. «Era una faena tener 80 kilómetros terminados y no ponerlos en servicio. Vamos a ganar tiempo de viaje. En torno a media hora como mínimo en el momento en que lo pongamos en servicio», aseguraba el ministro. Para ello, será necesario llevar a cabo una inversión adicional que no estaba prevista en el entorno de Alar. Concretamente, en el pueblo de Nogales. Será un viaducto que costará 60 millones de euros y que se licitará de inmediato para que funcione a la vez que acaban los tramos palentinos.

Lo que no ha sido capaz el ministro es decir cuándo. Ni cuándo los usuarios ahorrarán esos 30 minutos con la entrada en funcionamiento del AVE hasta Alar del Rey ni tampoco cuándo el viaje de Santander a Madrid se reducirá a solo tres horas con la llegada del AVE a Reinosa, más allá de que este segundo hito se producirá con tres años de diferencia.

«Queremos una Cantabria conectada a la red ferroviaria española y europea de alta velocidad lo antes posible», insistió Puente, que fue mucho menos concreto en relación al tren de altas prestaciones a Bilbao. ¿Qué dice? Que la actuación es «prioritaria para el Gobierno» porque la línea actual no es competitiva frente a su alternativa por carretera y porque «estamos apostando por aumentar la cuota del ferrocarril tanto para viajeros como para mercancías». Ese compromiso se traduce en que el Ministerio continuará con la segunda fase del estudio informativo.

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