«Estoy enfadado. Hemos regalado 45 minutos y no podemos regalar nada»

«La realidad es que hemos regalado 45 minutos y que con lo que hacemos no nos da. Tenemos que competir mejor», resumía el técnico racinguista, visiblemente contrariado después de que su equipo acumule ya cuatro jornadas sin ganar (dos empates y las dos últimas derrotas).

Si valoración del partido era clara y contundente: «Entramos bien, con 20 minutos en que fuimos mejores. Pudimos adelantarnos con el penalti y tuvimos alguna situación y acercamiento más, pero a partir del minuto 20 hasta el descanso el Burgos fue mejor. Se hizo con segundas jugadas y nos generó problemas. En el tramo inicial de la segunda parte creo que no entramos bien al partido y el Burgos nos superó hasta el minuto 15 o 20. A partir de ahí, ya un poquito antes del gol, el equipo empezó a generar fútbol y hacer lo que tenemos que hacer, que es atrevernos, jugar hacia delante, meter gente por delante del balón, llegar con gente al área y atrevernos mucho más. La realidad es que hemos regalado 45 minutos de partido; 25 en la primera parte y 20 en la segunda y que no nos da con lo que hacemos. Tenemos que hacer 90 minutos a máxima intensidad todos los jugadores. A partir de ahí competiremos mejor y tendremos más opciones de ganar».

Conforme avanzaba la conferencia de prensa, el ovetense iba mostrando de forma más visible su malestar: «Estoy enfadado porque había 2.000 personas en la grada que han hecho un esfuerzo tremendo para estar aquí en unas circunstancias increíbles y porque nos estamos jugando mucho. Necesitamos 90 minutos perfectos. No podemos regalar y hemos regalado. Necesitamos que los once jugadores que estén en el campo estén pico y pala los noventa minutos».

«No hemos entrado bien en la segunda parte. Necesitamos ser agresivos, verticales y valientes. Necesitamos eso, que es lo que nos ha hecho ganar. Si perdemos eso no tenemos nada que hacer. Si entramos al juego directo, al segundo balón y a todas esas cosas hemos visto lo que pasa. Es que el partido de hoy es el reflejo. Tenemos que ser nosotros y tener gente delante del balón, si no, es imposible. Hemos regalado 25 minutos en la primera parte y 20 en la segunda. El Burgos hace cosas bien y nosotros, dejando de ser nosotros, se las hemos dejado hacer».

Se marchaba de El Plantío con la sensación de que el equipo podía al menos haber empatado, pero sin considerar el resultado injusto, sino castigo a la indolencia de su equipo en determinadas fases. «Irte con la sensación de que el mejor ha sido es el portero rival dice mucho, pero nosotros no podemos conceder tanto. El equipo ha estado bien 45 minutos, pero en los otros 45 desaparecimos y permitirnos al Burgos jugar. No podemos enfadarnos con el árbitro ni con los jugadores rivales, sino ser nosotros mismos y no dar ventajas», reflexionaba antes de sentenciar que «el Burgos ha aprovechado sus momentos, ha tirado tres veces y metido dos goles».

Sí le satisfizo el tramo final y la actuación de los futbolistas que entraron de refresco. No solo físico, sino para sacar a los suyos del marasmo. «La aportación de los que han entrado del banquillo ha sido muy buena. Peque, que ha jugado poco o nada conmigo, ha tenido minutos de calidad. Mati -Matheus Aiás- ha tenido la ocasión para el empate y Juergen, que ya sabemos todo lo que nos da, nos ha ayudado además con un gol. Tras el 2-0 se ha creído, pero no hay que dar las facilidades que hemos dado para que se nos pongan con 2-0».