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«Si no ponemos huevos esto es imposible». Así despidió un muy enfadado José Alberto López, que pese a sus esfuerzos por disimularlo no podía esconder su enorme enfado y malestar, el año después de ver cómo su equipo regalaba una victoria ante el Eldense. ... «Estoy demasiado caliente», añadió. Quería decir lo que pensaba, pero sabía que iba a sonar duro. Y se atrevió. «Hay que competir mucho mejor», explicó el míster, que subió el volumen a medida que recordaba lo que acaba de suceder. «Acabo de ver el segundo gol que nos han metido y es un gol que nunca nos pueden meter...», sentenció. No lo podía ocultar. «Estoy muy enfadado con cómo hemos jugado esos minutos finales», explicó.
Hubo bronca en el vestuario al terminar el partido, como reconoció el propio técnico en la sala de prensa de los Campos de Sport, y la ha vuelto a haber en la sesión de vídeo y gimnasio, como según adelantó en esa misma comparecencia. Su tono, visiblemente molesto, no dejaba lugar a dudas. Los jugadoires que antes eras «los mejores» ahora aprecen «los peores».
Dio el visto bueno a los «ochenta minutos que habíamos competido antes», pero se hacía cruces con el resto del partido. «Hemos generado lo suficiente como para marcar la diferencia», y sin embargo la ventaja en el marcador desapareció.
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A todo esto le puso nombre: «Es mental. No hay más». Según el míster «hay jugadores que hace un mes eran los mejores y ahora son los peores. Es una cuestión de cabezas». El problema está localizado, pero eso no quita para que «haya que dejarse los huevos por ayudar al equipo y eso el equipo no lo ha hecho». Alto y claro.
Y señaló aún más. La revolución de nueve cambios dejó a los habituales en el banquillo en busca de «frescura y ya se ha visto el porqué no han jugado». Por si alguien no lo entendió:«Estoy contento con los que salieron al principio y muy descontento con quienes acabaron el partido». Otra frase muy directa.
¿Y la receta para el cambio? «Resetear y desconectar. Hemos tenido mucha exigencia y quizás no estemos preparados para soportar esa exigencia de estar con los mejores y ganar», señaló. Huelga explicarlo. José Alberto repitió el mensaje con otras palabras:«Hay que tener respeto y humildad y si dejas de tener eso empiezas a perder. Hay una parte que es entrenable y otra que no. Hay cosas que las están haciendo desde que tienen cinco años...», pero no se hicieron este domingo.
Apeló a la falta de testosterona en tres ocasiones, lo que indica que es lo que le faltó a este Racing en este tramo final. Por eso el técnico se marchó «herido, con rabia y muy enfadado».Y volvió a atacar a las conciencias:«Yo soy el primero que me he equivocado, pero el que se quede estancado en que 'soy muy bueno' no avanzará». Lo mejor que le pudo pasar es que se acabase la comparecencia y se fuese a descansar. «Nuestra mayor virtud es nuestro mayor defecto. No quiero extenderme porque estoy muy dolido y enfadado».
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