La cuarta jornada de juicio deja dudas sobre la contabilidad del Racing Primavera

Mientras la defensa trataba de acreditar que la puesta en marcha de una escuela en América era un proyecto limpio y decidido por el Racing antes incluso de la llegada de Pernía, que fue quien lo ejecutó por encargo de la primera directiva salida tras la venta de las acciones del Gobierno, la acusación particular sostiene la tesis de que se distrajeron cantidades, como se deduce del hecho de que haya un desfase contable entre el montante enviado por elRacing a Brasil y los gastos efectuados.En esta línea de trabajo, trata de esclarecer si estas cantidades fueron a parar a los acusados o a otro lugar.

Llamativas fueron las pequeñas contradicciones en la declaración del brasileño Magu, que cuando se le enseñaron apuntes contables sobre préstamos que habría hecho a la sociedad (el Racing Primavera era una mercantil), dijo no reconocerlos y ser «la primera vez» que los veía. «Yo era responsable solo del área deportiva», repitió en varias ocasiones para reconocer después que tenía firma en la cuenta y efectuaba pagos, en especial tras la salida de Iñaki Urquijo.

Los viajes de Francisco Pernía a Brasil (hay dos acreditados, pero tanto este jueves como en la testifical de la exgerente, Ana Castanedo, se manifestó que eran mensuales), ese desfase entre ingresos y gastos, el capital supuestamente desviado a la firma Masterfeiros, la formación o no de futbolistas en Brasil y su aprovechamiento para el Racing eran los principales hechos que se trataron de discernir con las últimas testificales. Con las peticiones de cárcel de Fiscalía y acusación particular (entre seis y nueve años) y una defensa que pide la libre absolución.

La sesión arrancó con la declaración de Criado, gerente de Auto Gomas (actualmente Grupo Blendio) y actual consejero del Racing. En su caso, y en su condición de último citado por la acusación, para cerrar el capítulo de la compra del Audi. Como ocurre también en la actualidad, desde 2005 la firma cede una flota de vehículos a cambio de publicidad. «Durante quince años el Racing ha tenido entre seis y ocho coches de forma continuada todos los años», explicaba. «No puedo concretar si aquel año en concreto (en la época de la compra del Audi) había coche de representación, pero habitualmente se solicita. Entregamos los coches que nos solicitan y cuando nos han solicitado coches de representación se han facilitado», añadió.

A partir de ahí la defensa intentó argumentar que Pernía –también estaba presente la letrada de Iñaki Urquijo y JuanVergara– obró de buena fe y buscando el beneficio del Racing, si bien en el caso de Marcos Magu resultó más difícil. «Cuando estuve yo las decisiones las tomábamos en Consejo, hablándolo entre todos», argumentó Cid. Claro que su etapa en el Racing terminó unos meses después de que Pernía llegara al despacho presidencial.

En cuanto al presupuesto que se barajaba en 2006, cuando según su testimonio arrancó la idea de crear una escuela –en México; no en Brasil–, lo colocó cerca de los dos millones de euros. «Calculamos en torno a los 300 millones de pesetas. Todo en un momento en el que, según sus palabras, la situación económica de la sociedad era ya «peor que mala».

Sin embargo, esa decisión de crear una escuela que Cid reconoce que se tomó en Consejo no figura en ninguna acta de la época. «En las actas solo se recoge aquello que es necesario para ir a algún organismo. El resto de acuerdos no es necesario recogerlos», explicaba: «Si se hubiera constituido en mi época una sociedad anónima deportiva en Brasil sí se hubiera recogido», añadió. Pero la creación del Racing Primavera es posterior a su salida del club: «Desde que yo salgo no tengo ningún conocimiento del club», reconocía.

Isaac Gutiérrez, coordinador de las secciones inferiores en la etapa de Pernía, señaló que no tenía relación con el Racing Primavera más allá de un viaje a Brasil: «A mí por lo menos no me informaban nada sobre los jugadores, porque no era responsabilidad mía».

El comillano explicó que cuatro futbolistas del Racing Primavera estuvieron a prueba en La Albericia –a ninguno se le hizo contrato ni jugó–, pero sin que él tuviera ninguna relación con la decisión: «A mí por lo menos no me preguntaron». Lo mismo había declarado el pasado martes al entonces secretario técnico, Jesús Merino.

Mucho más enmarañada fue la declaración de Marcos Magu, socio con un uno por ciento (la legislación brasileña obliga a que cualquier sociedad anónima deportiva creada en el país tenga un accionista local) y presidente del Racing Primavera. Explicó que Iñaki Urquijo le presentó a Francisco Pernía. «La decisión de ir a Indaiatuba la tomamos entre Francisco Pernía, Iñaki Urquijo y yo», sostuvo tras explicar que la Federación Paulista le propuso cuatro posibles ciudades.

En la línea que trata de acreditar la defensa, explicó que se construyeron unas nuevas instalaciones. «No es que se hicieran obras. Se tiró todo abajo, porque aquello era como vivir entre animales. Se construyeron habitaciones porque estaba todo en muy mal estado. Quince habitaciones para dos jugadores cada una con camas y colchones nuevos, y se hizo una oficina para mí y para Iñaki». Añadió que le enviaba las facturas directamente a Ana Castanedo, «porque habiendo un departamento de contabilidad en Brasil y otro en Santander no tenía sentido que notificara a Pernía».

«Yo era empleado del Racing Primavera y recibía 5.000 reales –unos 1.070 euros– al mes», reconoció a pregunta de la acusación antes de que su testimonio se volviera más plúmbeo. Manifestó en repetidas ocasiones que él era solo el responsable deportivo, si bien admitió después que tras la marcha de Urquijo del proyecto también se encargaba de la contabilidad como representante del Racing junto al presidente del Esporte Clube Primavera, con el que los verdiblancos crearon conjuntamente la escuela Racing Primavera.

Ya en la primera contabilidad aparecen siete notas de préstamos del propio Magu por valor de unos 60.000 euros que el agente brasileño dijo no recordar en primer lugar y después no reconocer.«Es la primera vez que las veo», declaraba. Llegó a achacarlo incluso a un error contable, sin reconocer esos pagos que sin embargo figuran en la contabilidad aprobada.

«Yo solo me ocupaba de la parte del fútbol, no de la contabilidad. Esto no lo reconozco. Cuando vuelva a Brasil lo revisaré. No tengo ni idea que quién prestó este dinero», insistía el brasileño en una confusa declaración que obligó incluso a la jueza Aldecoa a acotar una de las preguntas de la acusación.