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FERNANDO J. PÉREZ
Campo Base Manaslu
Lunes, 25 de enero 2021, 14:37
Hacer previsiones con el Manaslu empieza a parecerse al juego del ratón y el gato. Las previsiones meteorológicas de un día dejan de valer no ya al día siguiente, sino en unas pocas horas. El plan previsto del sábado para poder subir ayer y ... seguir equipando la montaña hasta el campo 2 (6.400 m), quedó desbaratado poco después de que Alex Txikon y Simone Moro los pergreñaran. Exactamente cuando les llegaron los nuevos partes meteorológicos, tanto el diario de Karl Gable como el que les manda cada varios días Seven Summit.
Estos nuevos envíos contradecían los recibidos horas antes y hablaban de vientos por encima de los 60 kilómetros por hora a altitudes en torno a los seis mil metros. O lo que es lo mismo, unas intensidades de viento que hacen inviable subir a trabajar a la montaña sin correr graves riesgos de contraer congelaciones.
Así que con estas previsiones no queda otra que suspender operaciones, armarse de paciencia y confiar en que estas previsiones acierten cuando indican que esta situación se prolongará como máximo hasta el próximo miércoles, día 27, cuando marcan un notable descenso en la intensidad del viento hasta situarse por debajo de los 40 k/h.
Pero, ante esta situación, es lógico que surja una duda razonable. ¿Por que dar por bueno este parte meteorológico y no otros que eran más benignos? La respuesta la ha dado Simone Moro: «El problema es que todos coinciden. Dicen lo mismo, un aumento del viento que hace imposible trabajar allí arriba. Si fueran contradictorios podríamos dudar y esperar a ver los siguientes, pero cuando son tan claros…».
Así las cosas, cada alpinista afronta la espera de distinta forma. Alex es de los que prefiere templar armas en el campo base, sim perder de vista a la montaña e intercambiando continuamente opiniones con los sherpas. El respeto que se ha ganado el escalador de Lemoa entre los alpinistas nepalíes no es habitual en la inmensa mayoría de los ochomilistas occidentales. Quizá la muestra más clara de ello es cómo le llaman: 'Alex Dai' ('Hermano Alex' en nepalí), un apelativo entre cariñoso y respetuoso que los nepalís se reservan entre ellos y en muy raras ocasiones lo utilizan con extranjeros.
Simone Moro, por el contrario, es de otra escuela. En cuanto atisba en el horizonte tres o cuatro días de mal tiempo (o viento) que obligan a no moverse del campo base, no lo duda. Se baja al pueblo más cercano al CB para pasar allí el tiempo de parón, siempre que el ochomil en cuestión lo permita, por supuesto. El objetivo es doble, por un lado gana en comodidad, ya que pernocta en un lodge, pero sobre todo, a 3.500 metros, como es el caso de Samagaon, el cuerpo no sufre el desgaste que tiene a 4.900 metros. Y además le permite mantener la forma y la aclimatación realizando ascensiones hasta cinco mil metros en los montes de los alrededores del pueblo.
El italiano recuerda que esta fórmula para mantener la forma y la aclimatación se la enseñó hace más de 25 años el malogrado Anatoli Boukreev, con quien dio sus primeros pasos en el himalayismo invernal. El 25 de diciembre de 1997, Simone Moro, el alpinista kazajo y un tercer compañero, Dimitri Sobolev estaban intentado escalar la cara sur del Annapurna en pleno invierno cuando una avalancha arrastró a los tres. Simone sobrevivió milagrosamente y, con graves heridas en sus manos, logró llegar al campo base, dar la voz de alarma y ser rescatado. De sus compañeros nunca se volvió a saber.
Una semana después de la histórica cumbre lograda por diez nepalíes en el K2 en lo que supuso la primera ascensión invernal a la segunda montaña más alta del mundo, una nueva cordada busca repetir la gesta. El grupo lo forman el islandés John Snorri y los pakístaníes Ali Sadpara y su hijo Sajid. Aprovecharán la línea de cuerdas instalada por los nepalíes pero su intento será sin oxígeno artificial. De los diez nepalíes que hicieron cima el pasado dia 16, solo uno de ellos, Nirmal Purja, subió sin la ayuda de oxígeno embotellado. Aunque Sajid ha aclarado que llevarán una bombona «por seguridad».
El plan del terceto es de lo más exigente ante lo exigua que es la ventana de buen tiempo que se les plantea. Ayer partieron del campo base (5.200 m) para subir del tirón hasta el campo 3 (7.000 m), a donde han llegado hoy. Tras descansar unas horas, continuarán hasta la cima, a la que tienen previsto llegar mañana lunes por la mañana.
Ali Sadpara ha sido compañero de cordada de Alex Txikon en varias expediciones invernales y con quien holló el Nanga Parbat, junto con Simone Moro, en 2016, convirtiéndose así en el primer pakistaní en lograr una invernal.
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