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Nando G. Miguel tiene en su estudio una amplia colección de guitarras con las que toca en los conciertos de su banda, La Fuga.
Autodidacta a paso seguro
EL ESTUDIO - CLIP

Autodidacta a paso seguro

Miércoles, 5 de abril 2023, 07:24

Desde antes de estar en La Fuga (y de eso hace ya más de veinte años), Nando G. Miguel estaba interesado en todo lo que rodeaba el mundo de la producción. «Tenía un cassette y una grabadora y me grababa de una a otra», recuerda. El adolescente que aprendía a tocar la guitarra, se buscaba la vida en un mundo que aún no dominaba. La inquietud estaba ahí. «Quería grabar mis ideas en algún sitio; para mí era importante».

Con 17 años, La Fuga se acababa de formar. Habían grabado una maqueta llamada 'El camino'. Ficharon a Nando para tocar la guitarra. Y así empezó una carrera que el pasado fin de semana desembocaba con la nueva etapa de la banda actuando en casa, en Escenario Santander, colgando el cartel de completo. En la grabación del siguiente disco, en Sonora 21 con Javi San Martín, descubrió algo «brutal». «Todo era como una película y yo era un pesado, preguntando todo el tiempo para qué valía cada cosa», bromea. Ahí no se aprende «a manejar los aparatos», pero sí el hecho de «cómo se produce un disco». «Es más tratar con una persona que con un aparato». Y esa es la lección que se le quedó. Cómo hacer funcionar las canciones que llegan del local «en pelotas» y al ponerlas sobre el lienzo del estudio, muestran lo que van necesitando. Lo que hay que pensar. La estructura de trabajo. Con los últimos discos ya había una producción mixta. Nando iba negociando con sus ideas para ver qué funcionaba mejor. «Era muy enriquecedor». El concepto es importante. «Tienes que negociar porque debes darte cuenta de que no es tu disco el que estás haciendo; es el de otra persona y es quien tiene que estar a gusto». El trabajo de sacar de cada persona lo máximo «sin sobrepasarte». Motivar, teniendo en cuenta que el estudio siempre genera nervios, inseguridad. «Tú vas a tocar como lo mejor que tocas en casa», anima. Y si hay que repetir cien veces, se repite. Se trata de hacerlo bien.

Clip

  • Dónde Ubicado en Nestares (Campoo de Enmedio)

  • Instalaciones En el antiguo garage de una vivienda

  • Inicio 2013

  • Servicios Producción, grabación, mezcla y mastering

  • Instalaciones Sala de control y pecera

  • Proyectos La Fuga, Bulldog, Menos Lobos, Insurrectos, Vaquero, Martes Martes, Berna Serna, A-Tono, Senártica, La flor y los romeros, Stock, El Sordo (BSO)s

Las primeras escuchas son, a su juicio, fundamentales. La estructura de la canción sale a la luz ahí. «Cuando te llega, lo sabes desde el primer momento». Pero según vas sumando escuchas «te conviertes en parte del bando enemigo y se jodió». Uno ya es parte del tema y le acaba gustando. Con la estructura creada, la velocidad controlada, llega la parte de los arreglos, que es más «sota, caballo y rey, porque lo que funciona funciona y lo que no, no».

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Cuando las canciones que se manejan son las propias, se dejan en barbecho de forma consciente, hasta dos o tres meses. «Me he negado a hacer cosas tan rápido como antes». Esto lo afirma quien consideraba un error autoproducirse. «Pero no somos un grupo que empieza; tenemos muy claro cómo queremos sonar». En el homenaje a Boni, bajista fallecido de Barricada, probaron a producirse a sí mismos. Salió bien. «Soy el más crítico siempre y quedé contento». Así que decidieron seguir trabajando así. Esa pausa de unas semanas sirve para coger perspectiva. Se producen sensaciones. «A veces todas buenas, y a veces con peros». Y esos 'peros' sirven para tomar decisiones, porque «de calentada todo te parece genial», expone.

Nando G. Miguel se ha dado cuenta de que no vale la pena pelear por tonterías. «Esto vale para todos los ámbitos: para el grupo, para el estudio, para el trabajo». Evolucionar y, por ejemplo, lanzar las novedades a golpe de sencillos, por goteo. Un método que les está funcionando. «No trabajas igual cuando estás centrado en una única canción que en todo un disco». No tienen prisa. No la necesitan. Son su propia marca.

Pulcro y ordenado, sin nada fuera de su lugar, Estudio Clip fue para el guitarrista, inicialmente, una vía de escape. «En un grupo tienes mucho tiempo libre». Y él tuvo que aprender a gestionar esos márgenes entre concierto y concierto. Evitar la frustración de estar todo el día, como otros, jugando a la Play Station, metido en el bar, sin saber qué hacer. Invertir el tiempo en «algo creativo y productivo, no solo lúdico». Así que montó el local. Para él.

Para disfrute propio

Empezó a instalar programas. «Cuando llegó el ProTools a casa no sabía ni cómo se arrancaba». Aprendió «como he hecho toda mi vida; como aprendía tocar la guitarra, de forma autodidacta». Después fueron llegando los cursos y la formación. «Ha sido el interés el que me ha llevado a hacer cosas y me ha ayudado a reafirmar lo que me gusta», argumenta. «No digo que sea el mejor del mundo, pero estoy cómodo con mi nivel». De hecho, abrió las puertas de Clip para que grabasen otros. Del salón de casa a una habitación, de ahí a otra más grande, con más equipo y finalmente, en la ubicación actual, lo que era el antiguo garage en el año 2011. «Tuve que elegir entre coche y estudio y ¡ganó el estudio antes de empezar!». Sigue viéndolo como algo propio que usa para su disfrute. «Estoy todo el día aquí metido». O más bien, la noche, a partir de las diez de la noche y hasta la madrugada, con Tom Waits, Eric Clapton o B.B King mirando desde la pared, arropado por su colección de guitarras.

En Cantabria ha grabado «a la mayoría de grupos de rock», el ambiente en el que más cómodo se siente, si bien no desdeña ninguno «porque de todo se aprende». Haciendo tres o cuatro discos al año se confiesa feliz. Está creando un círculo de bandas que repiten. Siempre compaginándose con las giras de la banda. «Mi proyecto principal es La Fuga y el estudio es algo que me aporta muchas cosas». Entre tanto, sigue aprendiendo. Le gusta Pink Floyd y Jeff Beck, pero por encima de todo Dire Straits. «Sería feliz tocando la guitarra como Mark Knopfler» y con el paso del tiempo ha aprendido a valorar menos la velocidad y más la maestría. La vida da muchas vueltas, pero si viene una mala, ya vendrá una buena. Con paso seguro.

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