Perfumería especializada

Este autoconocimiento y esta voluntad de buen servicio no nacen de la casualidad o de una moda, sino de una historia casi centenaria, que nos lleva al año 1927. Fue entonces cuando Andrés Güezmes García regresó con su mujer Conchita, enferma, de Bahía Blanca (Argentina), donde durante un par de años habían regentado una droguería. El matrimonio era originario de Lantadilla (Palencia). En Santander instalaron su primer establecimiento de droguería y perfumería en los arcos de Botín de la plaza actualmente denominada de Pombo, a cuyas inmediaciones regresarían años más tarde, en distintas circunstancias. De Pombo se trasladaron a una de las calles más comerciales de la ciudad, la calle La Blanca, también cerca del lugar que ocuparían más tarde, a partir de 1950, en la rúa de San Francisco. Javier Güezmes ha resumido lo que le contaron de aquellos viejos comercios, de los que vivían dos o tres familias: «Estaban en locales pequeños, como era habitual en aquella época. No se habían inventado ni las grandes superficies ni los grandes almacenes, ni siquiera había grandes locales. En aquel entramado de pequeñas calles, los locales eran también pequeños. Santander estaba poblado de cientos de aquellos pequeños comercios que desaparecieron con el incendio».

El incendio de Santander afectó a en torno a medio millar de comercios del centro, y obligó a muchos de ellos, entre otros Güezmes, a trasladarse a los barracones que durante unos años se instalaron en la plaza de Pombo. Los barracones constaban de una planta, con almacén y trastienda. Los negocios que sufrieron las consecuencias de la quema y que siguen en funcionamiento en este año 2022 forman un restringido club de supervivientes.

La tienda actual de la calle San Francisco 15, actualmente regentada por Lourdes Güezmes, nieta del fundador, la abrieron los hijos de este, Pilar y Pedro, a los que se habrían de sumar en el negocio otros dos hijos, Conchita y Andrés. Era esta zona heredera de las calles comerciales anteriores a la guerra civil y el incendio y así lo ha sido, verdaderamente, hasta hace algún tiempo, en que han comenzado a verse negocios cerrados creo que sin remedio. Las generaciones nacidas entre los años treinta y sesenta del pasado siglo recordarán el fragor comercial de estas calles, unidas a otras cercanas, como Lealtad o Isabel II, ahora pobladas por franquicias y algunos otros negocios que sobreviven como pueden a esta permanente crisis. La elegante tienda de San Francisco, ejemplo de la creciente especialización comercial que vivió el centro de Santander, conserva buena parte del vetusto escaparate de madera y el suelo original; estuvo muchos años tal y como se observa en las fotografías que hizo Samot aproximadamente en los años cincuenta, hasta un pequeño cambio que eliminó la parte de trastienda hacia 2015.

A los hijos del fundador les sucedió al frente del negocio Javier, que empezó a trabajar a los 17 años con su padre, Andrés, quien le enseñó todo lo que necesitaba para ponerse al frente de un negocio al que algo más tarde se unió su hermana Lourdes. Javier y Lourdes representan la tercera generación de Güezmes, cuyas perfumerías han llegado a tener cuatro establecimientos abiertos en Santander, en la calle San Francisco, centro comercial Quo, calle San Fernando y calle Rualasal (esta cerró en 2016), y uno en Torrelavega, en la calle Julián Ceballos, 19.

Con el paso de las décadas Güezmes ha ido especializándose hacia los productos de cosmética, perfumería y belleza, contando con un alto grado de exclusividad. Ha sido pionero en introducir nuevas marcas en nuestra región, como por ejemplo Kanebo, Carita, Shiseido, Valmont o Ingrid Millet. La crisis ha alentado la especialización hacia productos de alta gama. Se trata de fragancias o perfumes 'nicho' o de autor, caracterizados por la elegancia y el buen gusto; algunos de estos perfumes surgieron en casas fundadas en el siglo XVIII o XIX, como Atkinsons, Creed, Parfums de Marly o Penhaligon´s.

En 2002, aprovechando el 75º aniversario de la fundación, se lanzaron a crear su propia fragancia, 'Agua de Güezmes'. Años más tarde han elaborado otras fragancias exclusivas que son un homenaje a Cantabria y sus gentes, 'Esencia de Santander', 'Estela de Cantabria', '942' y 'Esencia de Torrelavega'.