Cespa ya limpia Santander tras una jornada conflictiva con Ascán

También por la tarde los bomberos de Santander tuvieron que sofocar dos incendios en contenedores en Peñacastillo, uno en la calle Juan Guerrero Urreisti y otro en Carmen Amaya. Sin embargo, la Policía Local no puede confirmar si se trata de hechos aislados o están relacionados con el traspaso de competencias.

Curiosa también la imagen de esta mañana en la calle Francisco Tomás y Valiente, en Nueva Montaña. Las bolsas de basura rebosan por los contenedores, algo que no suele ser habitual en la zona.

A falta de media hora para que comenzase el turno de noche, los trabajadores del servicio de basuras de Santander ya estaban enfundados en su nuevo uniforme a la espera de indicaciones. Los mandos estaban reunidos con la dirección de la empresa perfilando los últimos detalles antes de comenzar la operativa. A pocos minutos de la medianoche, ya se habían puesto de acuerdo y salieron para dar indicaciones a los empleados, en torno a 40 personas. «Los de barredoras por aquí, los de camiones, a la otra nave».

Al arranque del servicio acudió la alcaldesa Gema Igual acompañada de los concejales de Fomento, César Díaz, y Medio Ambiente, Margarita Rojo. Reunida con todos los trabajadores, quiso «dejar el pasado en el pasado y centrarnos en el presente y en el futuro» y agradecer al comité de empresa todo el trabajo realizado durante las últimas semanas para conseguir que arrancase el nuevo contrato.

Tras las palabras de la alcaldesa, los trabajadores se dispersaron por la nave en función de la maquinaria que iban a utilizar y recibieron una breve formación por parte de la directiva de Cespa, ya que los vehículos son diferentes a los que utilizaban hasta ahora. A los pocos minutos, uno a uno fueron saliendo del edificio para realizar sus funciones hasta el fin de su horario, marcado para las seis de la mañana.

Como Cespa ha tenido que alquilar la maquinaria porque Ascán no la ha devuelto a tiempo, no han tenido tiempo de rotularla. La mayoría de los vehículos son blancos y les han colocado una pegatina en la que puede leerse 'Santander ciudad'.

La alcaldesa ha indicado que el coste de esta maquinaria de alquiler le será repercutido a Ascán, dado que tenía que haber entregado la que corresponde a la prestación de este servicio en Santander, para lo que se estableció el plazo de un mes desde la resolución del contrato hasta que se hizo efectiva la misma, en la medianoche entre el día 10 y el 11.

Gema Igual ha lamentado la «obstrucción» de la empresa saliente, que hasta unas horas antes de que tuviera que materializarse el traspaso no acilitó ni el listado del personal ni la documentación de la maquinaria adscrita a este servicio, «si bien se pudo comprobar que dicha información está incompleta».

Las últimas horas de Ascán al frente del servicio de basuras de Santander fueron frenéticas. Camiones de basura sacando contenedores de la ciudad, persecuciones policiales hasta la sede de Camargo, incautaciones y enfrentamientos entre agentes y trabajadores. El lío comenzó el martes por la mañana, cuando los vecinos de diferentes puntos de la ciudad salieron a la calle y vieron que los cubos que habitualmente tenían al lado de sus casas no estaban. En su lugar, las bolsas de basura se acumulaban en el espacio donde hacía escasas horas estaban dichos containers. Las opiniones están enfrentadas. Desde Ascán exponen que sólo han retirado un 10% de los cubos –en torno a 300– y aseguran que «son de nuestra propiedad». Sin embargo, desde el Ayuntamiento afirman que forman parte del material del servicio y que no pueden retirarse si no es para suplirlos por otros nuevos.

La falta de consenso terminó con una persecución policial. Los agentes tenían orden de trasmitir a los trabajadores de Ascán que estaban retirando los cubos que no podían llevárselos y, al no ser atendidos, una patrulla comenzó a perseguir a uno de los camiones para impedir que se llevase los cuatro contenedores que tenía en su interior. La carrera terminó en torno a las dos del mediodía en la rotonda ubicada junto a la sede de la empresa, en Igollo de Camargo. Allí, los agentes incautaron el vehículo durante cerca de tres horas e impidieron que accediera a las instalaciones. El conductor, nervioso, abandonó el camión. «El Ayuntamiento y Ascán llevan años peleándose y nosotros estamos en medio», lamentaron los agentes, que calificaron el movimiento de contenedores de «cacicada».

La alcaldesa de Camargo, Esther Bolado, se desplazó hasta allí para conocer de primera mano lo que estaba ocurriendo, ya que la Policía Local no puede intervenir en un municipio que no le corresponde sin permiso del Consistorio en el que se produce la actuación. Sin embargo, al tratarse de una persecución que se inició en Santander, sí está permitido que los agentes se desplacen fuera de su localidad.

Mientras el camión estaba incautado a las puertas de las instalaciones de Ascán, llegó el presidente de la empresa, Santiago Díaz, quien expuso que van a denunciar al Ayuntamiento «por acoso» a sus trabajadores. «Nos dicen desde el Ayuntamiento que van a solicitar medidas cautelares hasta aclarar de quien son estos contenedores, pero tenemos la documentación que demuestra que son nuestros», expuso el empresario. Pero, según expusieron los agentes, aunque fueran propiedad de la empresa no podrían llevárselos sin previo aviso. Es decir, para mover este material que forma parte de un servicio público, se debe comunicar al Ayuntamiento y confirmar su propiedad antes de efectuar el movimiento. Desde Ascán apuntaron que existen dos tipos de contenedores. Unos más nuevos, «redondeados», que forman parte del contrato que comenzó en 2013 y que «sí revertirán al Ayuntamiento» y, otros, los que se han retirado, que son más antiguos. «Se los compramos al propio Consitorio una vez terminado el anterior contrato y ahora nos los tenemos que llevar porque son nuestros». Sin embargo, esta afirmación choca con lo que exponen desde el Ayuntamiento, quienes aseguran que todos los contenedores de la ciudad tenían que ser nuevos. «En este contrato se exigía que todos los contenedores fueran nuevos, corriendo su conservación y mantenimiento».

Las críticas a la «obstrucción» sucesiva del procedimiento por parte de Ascán han sido constantes durante las últimas semanas. Desde la empresa se negaron a acudir a la reunión entre las partes implicadas (ayuntamiento, comité de empresa y Cespa) para gestionar el relevo del servicio. Fue el pasado lunes.

«El encuentro con Cespa ha ido bien, pero ha sido un poco descafeinado porque nos faltan esos datos que debe aportar Ascán», señalaba entonces el portavoz del comité de empresa, José Ramón Hoz.

El día del traspaso, era Gema Igual la que ponía sobre la mesa un nuevo obstáculo. «A 12 horas del cambio, no disponemos de la relación de los trabajadores a subrogar ni del resto de información necesaria. Es algo que sólo puede responder a la voluntad de la empresade obstruir este traspaso», indicaba la regidora.

Ascán, que ha intentado frenar el proceso por la vía judicial, se ha encontrado con las sucesivas desestimaciones del juzgado a su petición. La primera, el pasado viernes. La segunda, este miércoles. El titular del Juzgado Contencioso-Administrativo número 3 de Santander, Juan Varea, denegó la imposición de medidas cautelarísimas que solicitó la empresa.

La decisión de rescindir el contrato se comunicó en el mes de septiembre. Las «graves deficiencias y los incumplimientos» detectados en este periodo -ocho años- llegan a los siete millones de euros», estimó el Ayuntamiento. Apoyándose en un informe emitido por el departamento de Intervención municipal, el Consistorio optó por abrir un expediente administrativo para resolver el contrato de limpieza y recogida de basuras en la ciudad. En condiciones normales, el contrato con Ascán habría terminado en 2023.