El día después de la explosión: «Cuesta volver a la normalidad tras vivir algo así»

Las marcas de esta tragedia están por toda la calle, que este domingo ya estaba abierta al tráfico. No solo en los escombros que quedaron del derrumbe y que ahora llenan la acera que pasa por debajo del edificio, acordonado y vigilado por la Policía Nacional para que «nadie pueda acceder». O en los heridos, que siguen ingresados en el Hospital Marqués de Valdecilla. Las marcas están también en una de las farolas ubicadas frente al inmueble calcinado, donde una rosa blanca «recuerda» a Daniel y Raquel. Lo dice Óscar Noriega, familiar de varios vecinos desalojados por el suceso, que quiere honrar la memoria del matrimonio fallecido. «Estamos intentando reunir dinero para poder enterrar al matrimonio y hacerlo bien. Solo a ellos. Se lo merecen porque no es justo lo que les ha pasado. Ni a sus hijas», lamenta. Unas hijas, de 2 y 19 años, que «están bien cuidadas con sus abuelos», comentaron en el barrio.

La que tampoco logra entender lo ocurrido es Tania Jiménez, que residía en el bajo del edificio siniestrado. Pasó su primera noche en el centro de acogida Princesa Letizia, que habilitó el Ayuntamiento de Santander para los afectados, y no pudo pegar ojo. «Pensando y venga a darle vueltas a lo que hemos vivido. Tenemos que pensar que estamos bien y que, gracias a Dios, hoy podemos contarlo», reconoce. «Lo más difícil ahora será empezar de cero. Nos genera impotencia el no saber muy bien dónde podremos dormir el día de mañana. Tendremos que buscar otra cosa y que nos ayuden también», añade.

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Con Tania, con su madre Isabel, y con otros afectados se reunió la alcaldesa de Santander, Gema Igual, que se acercó este mediodía al Bar Marcial, muy cerca del lugar del incendio, donde se juntaron los clientes habituales y los vecinos del inmueble acordonado. Allí, dialogaron sobre la situación «tan complicada» que atraviesan y la regidora les ofreció la ayuda del Consistorio santanderino «en todo lo que pudieran hacer», según cuentan varios de los participantes en ese encuentro. Además, el lunes habrá una reunión en el Princesa Letizia para explicar a los afectados los pasos que deben seguir.

El suceso que conmocionó a Santander provocó una oleada de comentarios y condolencias durante todo el sábado. Este domingo, hizo lo propio José Alfredo Vargas, director de la Oficina de Inclusión de la Población Gitana de Cantabria y presidente de la Plataforma de Asociaciones Gitanas Romanés. «En mi nombre, y en nombre de todo el pueblo gitano de Cantabria, traslado nuestro más hondo pesar, el dolor y las condolencias a la familia de las tres personas fallecidas a consecuencia de la explosión de un edificio en La Albericia. Deseamos una pronta recuperación a todos los heridos de dicha catástrofe. Queremos trasladar nuestro apoyo en particular a las dos niñas gitanas cuyos padres han fallecido. Nos comprometemos a ayudarlas. También queremos agradecer el enorme esfuerzo de los equipos de intervención de emergencias», finaliza el comunicado.