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Gema Igual se convirtió ayer, como tantas otras veces a lo largo de sus dos años y medio como alcaldesa, en el blanco contra el que acertar. Aunque el grupo que dispara contra la candidata del PP dista mucho de ser homogéneo, todos los aspirantes ... a hacerse con el bastón de mando municipal en Santander tienen algo en común: su dura crítica a la gestión que el Partido Popular ha hecho los últimos años en el principal Ayuntamiento de Cantabria. Unos reclaman el cambio (es decir, un verdadero giro de timón) y otros reivindican «cambios» para que haya mayor participación ciudadana, mejor gestión de los recursos públicos o menos impuestos, además de más respeto por los santanderinos.
Les une que ninguno está contento con la marcha que lleva el Ayuntamiento, como corresponde al momento que se vive: desde hoy, quedan tres días para pasar por las urnas. El Diario Montañés reunió ayer a los seis candidatos con más posibilidades de sentar concejales en la próxima corporación y el debate, moderado por la periodista Pilar González, se convirtió en casi 90 minutos de 'todos contra Gema'.
Igual trató de responder con logros y proyecto de futuro. Solo bajó a las descalificaciones –ha dicho en varias ocasiones que se está obligando a mantener la limpieza de argumentos a lo largo de la campaña electoral para no emponzoñarla– en el minuto con que siempre se pide el voto. En ese instante, la alcaldesa tuvo para todos: a Vox le considera voto perdido, Ciudadanos es «la incertidumbre», de los regionalistas no sabe «ni quién es el candidato» –tanto que aparece y habla Miguel Ángel Revilla junto a Fuentes-Pila–, el aspirante del PSOE presenta propuestas «no pensadas del todo» y, finalmente, el voto al conglomerado de izquierdas «no sabemos a dónde llega». Frente a todas esas opciones, se ofreció como «alternativa», literalmente. «La única alternativa es un proyecto sólido, la experiencia, 306 medidas de un PP que está integrado por gente honrada y humilde, al que ya conocéis».
Todos sus rivales recurrieron a la idea de cambio para retratar lo que quieren del Consistorio. Porque solo ella cree que la ciudad avanza en la buena dirección y que puede mejorar mucho más si ella siguiera al frente los próximos cuatro años. Los cinco cabezas de lista no tuvieron intención de reconocerle mérito alguno. Al balance de gestión que Igual presentó (71 millones de euros invertidos en los barrios, la mejora de la calidad de vida con la red de bibliotecas, centros cívicos y parques o una ciudad más atractiva para visitarla que «reconocen todos los rankings») se le contestó con toda la ristra de «fiascos» de los últimos años: el MetroTUS y sus «siete millones tirados a la basura», «la cicatriz» de los espigones en la playa de La Magdalena, con el hecho de que se dejaron de contratar parados durante dos años y se perdieron 2,2 millones de euros del programa de Corporaciones Locales, con «las normas hechas a favor de las concesionarias de los servicios públicos municipales», con el incendio del MAS (Museo de Arte Moderno y Contemporáneo) y con el «ridículo» hecho por Santander al traducir con Google Translate su página web de turismo, lo que dio como resultado imágenes hilarantemente incorrectas.
Gema Igual (PP)
Y cuando Gema Igual –más empeñada en hablar de futuro que de pasado– esgrimía los más de 300 proyectos que recoge su programa, le sacaron la reordenación ferroviaria, que no gusta tal como está planificada ni a Vox ni a Ciudadanos (los partidos que, a priori, más papeletas tendrían para sentarse a hablar con el PP tras el 26 de mayo), la incapacidad para traducir en proyectos los «muchos impuestos» que recauda el Ayuntamiento y el hecho de que la ciudad se encuentra sin un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) a pesar de que una de las competencias básicas de un municipio es el urbanismo.
Y es que, a estas alturas, de nada le sirven a sus opositores todas las cifras que Igual pueda dar en positivo porque ellos sacan un balance similar, pero en negativo. Casares considera que el PP de Santander se encuentra ante un «fin de ciclo», algo que demostrarían los «caos» generados por la gestión del MetroTUS (el nuevo modelo de transporte público que tuvo que retirarse ocho meses después de implantarse) o la contratación de parados que se hizo de forma «fraudulenta», lo que le llevó a pedir un giro (que pasa por el voto al PSOE) para hacer que Santander recobre el impulso.
Pedro Casares (PSOE)
Los representantes de los cinco partidos que más posibilidades tienen de obtener representación el próximo domingo en la corporación, sin embargo, no navegan en el mismo barco a la hora de enfrentar el relevo de Igual. Por un lado va la izquierda, cuyos dos candidatos (el socialista Pedro Casares y el portavoz de la confluencia Unidas por Santander Miguel Saro) hablan sin complejos de cambio de gobierno para superar las cuatro décadas «de los mismos» y para unos intereses concretos, los de las grandes empresas concesionarias (en el caso de Saro, que estuvo muy beligerante con esta cuestión).
Casares recurrió al eufemismo de que él pactará «con los santanderinos» para hacerse con el timón del Ayuntamiento, aunque es sabido que –al menos– cuenta con regionalistas y Unidas por Santander para conseguir el cambio que proclama. Saro dijo que, al llegar el momento, iría a un pacto con luz y taquígrafos y no a un acuerdo como el vivido en esta última legislatura entre el PP y David González –concejal que llegó a la corporación con Ciudadanos, partido que luego abandonó– y que ha sido la muleta de los populares, con quienes alcanzó un acuerdo nunca hecho público, tal como él mismo reconoció a este periódico.
Frente a este «déficit democrático», el portavoz de Unidas por Santander ofreció «transparencia» y un convenio de gobierno basado «en objetivos y una negociación sobre programas» a desarrollar.
José maría fuentes-pila (prc)
Por otro lado va el PRC, (José María Fuentes-Pila) tan deseoso como los anteriores de que se acabe la etapa de unos populares que cree que respetan poco a los ciudadanos porque «se han creído, tras 40 años ganando en democracia, que la ciudad es suya». Al tiempo, Fuentes-Pila reclama para sí el liderazgo del cambio que habría de venir si bien es cauto a la hora de expresarse sobre pactos futuros, quizá pensando en las quinielas que puedan darse a nivel autonómico. El portavoz del PRCreivindicó el papel de su partido como agente de estabilidad tanto para el PP como para el PSOE (Miguel Ángel Revilla ha gobernado en coalición con ambos en Cantabria en legislaturas pasadas), señaló que «nosotros somos los únicos de los que todos pueden fiarse» y aseguró que la alerta lanzada hace unos días por Íñigo de la Serna (exalcalde popular) sobre que votar al PRC en Santander es votar a la extrema izquierda le hace «gracia», toda vez que el propio De la Serna intentó pactar con él para dar estabilidad al Ayuntamiento en 2015 cuando el PP perdió la mayoría absoluta. Hace cuatro años, el exalcalde recibió el portazo de los regionalistas como respuesta, lo que le abocó al pacto con Ciudadanos, primero, y con David González (huido de este partido) después.
javier ceruti (ciudadanos)
Javier Ceruti también jugó sus cartas. Fue severísimo a la hora de juzgar el gobierno de la todavía alcaldesa, pero sin cerrarse a posibles pactos con ella a partir del domingo. Ceruti va por su carril: afirmó que cuando llegue el momento del recuento de apoyos, blandirá su programa. Este contiene exigencias concretas sobre rebajas fiscales, un PGOU negociado con asociaciones vecinales, colegios profesionales y diversos colectivos o una revisión del futuro de la reordenación ferroviaria, cuyo proyecto actual calificó de «humillante» para Santander.
El abogado se mostró escaldado por lo ocurrido en 2015 con los dos ediles que el partido naranja sacó en Santander, que dejaron las siglas tras dos años de legislatura entre grandes críticas tanto a Ciudadanos como a Albert Rivera. Según Ceruti, esto fue «un robo de cartera» y «una traición», de modo que hizo esfuerzos por presentarse como alguien confiable que se va a atener al programa del partido. «Yo voté a Ciudadanos hace cuatro años y no cumplieron el programa, lo patearon. Dos personas me traicionaron. Ahora nuestro programa va a estar defendido. La única línea roja es su cumplimiento», abundó. Lo cual podría valer tanto para pactar con el PP como para hacerlo con el PSOE.
miguel saro (unidas por santander)
Finalmente, por su propio sendero camina Vox, cuyo portavoz (Guillermo Pérez-Cosío) sorprendió al afirmar que no va a pactar con Gema Igual «porque no ha dado ni una a derechas en este tiempo, y esto lo sabe todo el mundo». Pérez-Cosío, en realidad, dijo que no pactará con nadie: tampoco lo haría con el PSOE ni con el resto de la izquierda porque «su receta» supondría «ir a peor, seguro» ya que su modelo es «impuestos, crisis y chiringuitos ideológicos por doquier». Y desestimó al PRC, un partido que «trata con desprecio a Santander» y ha intentado «asfixiarla en lo económico» dándole más recursos a Torrelavega o Camargo, con menos habitantes.
guillermo pérez-cosío (Vox)
Por fin, Gema Igual se mantuvo en sus trece de no desvelar si pactará o no con Vox. La popular cree que este es el momento de pedir la confianza a los electores y no de hablar de acuerdos del día siguiente, actitud que obtuvo la censura de Casares, que considera que los votantes «tienen derecho a conocer la intención de los políticos». «No lo dice porque va a pactar con la extrema derecha», le espetó. «Nosotros somos la extrema necesidad», le replicó Pérez-Cosío.
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