La oposición se suma al ocio nocturno de Torrelavega y exige la retirada del adelanto de cierre

El hecho de que ningún ayuntamiento haya recurrido jamás a este extremo de la ley tiene una explicación para la portavoz del PP, Marta Fernández-Teijeiro: «Es un sinsentido». Para la líder de la oposición, el cierre anticipado -dos horas antes cada noche, de domingo a miércoles- que impone Torrelavega es un «atajo por la calle de en medio», una «generalidad» que no hace otra cosa que «meter a todos», locales que cumplen y los que no, «en el mismo saco». Ni siquiera los seis meses de prueba parecen convencerla: «¿Qué quieren probar? La algarabía se genera en la calle».

La restricción horaria persuade un poco más al portavoz de ACPT, Iván Martínez, pero no mucho. «La idea no nos parece mala, pero no va a solucionar el problema. Hay unas ordenanzas que no se están cumpliendo. Eso es lo que exigen los vecinos», urge, antes de llamar a «compaginar el ocio con el descanso vecinal». De nada sirven las leyes si, luego, dice, «las puertas y las ventanas de los establecimientos permanecen abiertas». Y hablando de normas, Martínez abre la puerta a reducir el nivel máximo de decibelios permitidos, distinguir horarios entre locales de dentro y fuera de la zonas residenciales y repensar el modelo de ocio nocturno en general. «Hasta ahora se ha tolerado todo», lamenta.

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Cuando ese incumplimiento de las normas al que ACPT hace referencia se enquista hasta la víspera de las elecciones, su presunta solución corre el peligro de convertirse en un «puntito electoralista», como define el portavoz de Cs, Julio Ricciardiello. «Los vecinos llevan tres años quejándose y no se les ha hecho caso. Ahora el Ayuntamiento se saca esto de la manga», reprocha el edil, uno de los políticos que en los últimos meses más veces ha intervenido para urgir medidas de control en la zona de vinos. Su moción plenaria para instalar sonómetros y cámaras en este entorno, en julio, salió adelante con los votos del PRC -y la abstención del PSOE-, pero aún hoy, con los dispositivos de medición de ruido equipados, no terminan de ofrecer resultados tangibles. Al menos a oídos de los afectados.

Blanca Rosa Gómez Morante, de Torrelavega Sí, tiene una explicación para que, ahora, el Consistorio haya solicitado este mecanismo ante la Consejería de Presidencia: «El alcalde ha actuado bajo presión. Sabemos cuáles son los que incumplen, pero esto ejerce una tabla rasa injusta con el resto. Normal que la medida no satisfaga a nadie», opina, antes de proponer una «catalogación exhaustiva» del ocio nocturno de la ciudad, «medidas de control» y expresar su sonrojo ante lo que considera un PSOE «mudo» y que únicamente ejerce un papel de «cómplice» dentro de la coalición.