Estrella Jiménez Prisa: «Nuestra historia y cultura son muy desconocidas»

Estela Jiménez Prisa (Oviedo, 1974) creció con una inquietud que no dejó pasar, la de ayudar a los demás. Y en ese empeño apoya en todo lo que puede a los de su propia comunidad, los gitanos. Ahora, de la mano de la Plataforma de Asociaciones Gitanas de Cantabria Romanés y con el apoyo económico de la Fundación 'la Caixa', trabaja duro para mejorar su calidad de vida. Su ilusión, poner en marcha un proyecto de antigitanismo, «algo que no está lejos de hacerse realidad».

–¿Cuál es su función dentro de la asociación?

–Soy responsable del programa de Mediación y Salud con la Mujer Gitana y también coordino el área de Cultura. Mis funciones en ambas departamentos son principalmente servir de enlace entre la Administración y la asociación, contactar con las familias, llevar la oficina de información sobre salud para la mujer gitana, diseñar y adaptar los materiales sobre salud a la idiosincrasia del pueblo gitano. Además, ayudo en la organización y desarrollo de jornadas, charlas, seminarios y exposiciones sobre historia y cultura gitana, dirigidos tanto a profesionales del ámbito público y privado como a la población en general.

–¿Cuándo empezó usted a ayudar socialmente a la comunidad gitana de Santander?

–Comencé en el año 2008, dando apoyo en lectoescritura para adultos y en la participación del ocio juvenil. Fue una experiencia muy bonita.

–Lleva muchos años colaborando para mejorar la vida de su etnia, pero esta actitud no es habitual. ¿Qué fue lo que despertó en usted esa toma de conciencia?

–Estoy estudiando el grado superior de Marketing y Publicidad y, desde hace años, me encuentro en situaciones en las que mis compañeros me preguntan sobre mi cultura o por qué nos cuesta tanto participar con el resto de la sociedad. Esto me hizo darme cuenta tanto de la necesidad de promover la inclusión de mi pueblo en todas las áreas del ámbito social como de difundir el conocimiento de la historia y cultura gitana en el resto de la sociedad.

–¿Cómo han evolucionado los problemas y necesidades de los gitanos desde entonces?

–He visto un gran avance en la inclusión de mi pueblo gracias a la labor de la asociación. Íbamos por buen camino, pero el covid ha producido un aumento de los problemas y necesidades de la sociedad, en el pueblo gitano en particular, porque su medio de vida, la venta ambulante, se ha visto muy perjudicada.

–¿Qué acción considera como prioritaria en estos momentos para ayudar a la comunidad gitana?

–En estos momentos difíciles que está viviendo toda la sociedad cántabra son fundamentales las ayudas sociales que desde el Gobierno de Cantabria y otras entidades nos están ofreciendo. Sería importante mejorar la comunicación con ellos, para agilizar los trámites.

–¿Cree que se está haciendo el suficiente esfuerzo para integrar en la educación reglada a los jóvenes gitanos y disminuir así el abandono escolar o que quieran continuar con estudios superiores?

–La asociación y la Consejería de Educación están llevando a cabo, conjuntamente, un programa sobre prevención del absentismo escolar. El absentismo se ha reducido enormemente, aunque la promoción a Bachillerato está costando algo más, pero con trabajo y esfuerzo conjunto, poco a poco lo iremos consiguiendo.

–Entiendo que no sólo es una obligación o compromiso que deben adquirir las administraciones, ya que los padres también deben ser conscientes de la importancia de la educación. Sin embargo, es una lucha que aún está lejos de concluir. ¿Se ha avanzado como para ser optimistas?

–Es importante y así se hace desde la asociación, trabajando con los padres. En este terreno, sí notamos que los padres son más conscientes de la importancia de la educación de sus hijos. Si seguimos trabajando así, somos optimistas en que los hijos vean la importancia de estudiar y formarse.

–El 30 de julio es una fecha importante. Se celebra 'La Gran Redada'. ¿Es una oportunidad para reivindicar la cultura e historia gitana?

–Sí. La historia y cultura gitanas son grandes desconocidas para la población en general. Y en esta fecha en concreto, entre otras, es importante reivindicarla porque da explicación a la desventaja social que vive actualmente la población gitana y a las reticencias que a veces muestra esta población a su participación social.

–¿Es optimista en cuanto a un encuentro de ambas culturas?

–Espero poder poner en marcha un programa de antigitanismo no muy tarde. Ten en cuenta que las últimas leyes antigitanas desaparecieron a inicios de los 70, hace muy poco. En ello debemos de colaborar las instituciones públicas y privadas. Todo se remonta a 1749, cuando se da la ruptura de la buena relación de la comunidad gitana con la sociedad de entonces. Se llevó a cabo un plan de exterminio sobre nosotros. Esto sucedió en toda España, pero la mayoría que apresaron vivían en Andalucía, porque estaban censados, ya que formaban parte de la comunidad. Estuvieron dieciséis años presos y maltratados. Con los años, se ordenó su libertad y que les fueran devueltas sus pertenencias, pero habían expoliado todas sus propiedades, así que a los más ricos, se les liberaron los últimos. Este fue el origen de la desconfianza que existe, hasta hoy en día, por parte de los gitanos.

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