«Para Cantabria las algas pueden ser una fuente de riqueza y empleo»
III ENCUENTRO DE LOS MARES ·
Los catedráticos de Biología, José Lucas Pérez y Fernando Brun, creen que en Cantabria, más allá de la extracción de caloca, no hay un aprovechamiento culinario –salvo casos residuales– de las algas, pese a la gran riqueza y posibilidades
La participación en el Encuentro de José Lucas Pérez Lloréns y Fernando G. Brun –con estrechos vínculos con Cantabria–, ambos catedráticos de la Universidad de Cádiz y expertos en el mundo de las macroalgas, ha tenido una gran trascendencia por el trabajo de investigación que realizan con una alga invasora –procede del Pacífico y Asia– como la 'Rugulopteryx Okamurae', «la alga con la invasión más rápida y negativa que hayamos visto» y que puede llegar a invadir el Mediterráneo. Se trata de un alga que destruye todo lo que encuentra a su paso por su capacidad citotóxica: «Puede matar a otras especies en menos de 24 horas». Un problema medioambiental que se convierte en económico, por ejemplo, por los recursos necesarios para retirar las algas de playas y costas o el perjuicio para los pescadores y el turismo.
Ambos, además de concienciar a la sociedad para detectar lo antes posible su dañina expansión, junto con el cocinero David Chamorro (Food Idea Lab) han presentado las aplicaciones desarrolladas a partir de la alga, sobre todo «teniendo en cuenta sus sabores marinos, primero, y amargos y picantes después. Parece que es una alga que no quiere ser comida», explicaban. Su capacidad picante –poco habitual en el mar– ha permitido elaborar una sriracha y un tabasco de nombre 'Tabanco' en homenaje a las típicas tabernas jerezanas. Chamorro también las ha deshidratado y hechas en polvo, y hasta ha elaborado una angostura ('Algae Hot Bitter'), un destilado alcohólico ('Agua de lastre'), una soda y un rebujito. «Son productos que pueden servir a la industria gastronómica, pero sobre todo son productos que colaborarán seguro para evidenciar un problema grave. Es nuestro granito de arena en su lucha».
Las opciones de Cantabria
Al respecto Brun y Pérez, autores de un libro de referencia sobre macroalgas comestibles, descartan la posibilidad de que esta alga llegue al litoral Cantábrico, por la temperatura del agua. Por otro lado, creen que en Cantabria, más allá de la extracción de caloca, no hay un aprovechamiento culinario –salvo casos residuales– de las algas, pese a la gran riqueza y posibilidades. «Es un mar maravilloso con macroalgas muy diversas, pero es un recurso inexplotado que puede ser una fuente de riqueza y empleo».
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