Finas y crujientes pizzas con vistas al mar en Il Piccolino de El Sardinero

Con una veintena de especialidades para elegir, entre 7 y 13 euros, se elaboran con base blanca o de tomate. Las más clásicas: Margarita, en homenaje a la reina Margherita de Savoia, con mozzarella y orégano, en representación de los colores de la bandera italiana; Caprichosa, la Margarita con jamón; Napolitana, con un toque de anchoa; Calzone, rellena de calabacín, berenjena y champiñones; Vegetariana, con calabacín, berenjena, champiñones, pimiento rojo y perejil; Milanesa, con jamón, bacon y champiñón y otro clásico, la pizza cuatro quesos, con provolone, roquefort, scamorza y parmesano.

Las más especiales son la Picantona (chorizo, cebolla, aceite picante y perejil); Piccolino (cebolla, tomate natural, pimentón picante y parmesano); Parmiggiana (berenjena, parmesano y mozzarella); Toscana (parmesano, rúcula y jamón serrano); Buffale (mozzarella fresca, tomates cherry y pesto); Salcicia con funghi (salchicha parrillera y boletus); Pestosa (cebolla, jamón York, champiñones, pesto y orégano); Mariana (gambas, champiñones, aceite de ajo, perejil y mozzarella) o Verona (gambas, calabacín, parmesano, albahaca y mozzarella).

Para empezar, lo que en Italia llaman 'antipasti', mientras llegan las pizzas, se propone: burrata fresca con rúcula, tomate cherry, champiñones y salsa pesto; queso provolone horneado con base de tomate, mermelada de pimientos y orégano; foccacia blanca, ensaladas (de pasta fresca, de espinacas, de salmón o la clásica Caprese) y el carpaccio de solomillo con parmesano y rúcula, refrescante y ligero, un plato muy presente en la cocina italiana aunque su origen es relativamente moderno. Creado en 1950 por Giuseppe Cipriani del Harry's Bar de Venecia que por la similitud cromática con las obras del pintor Vittore Carpaccio, fue llamado de ese modo. Para finalizar, no dejen de darse un capricho con otro clásico italiano, el tiramisú con cacao natural.