![Adiós a Manolo Bustamante](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201807/17/media/cortadas/manolo-U30973675871v7E-U60359488726vGB-624x730@Diario%20Montanes-DiarioMontanes.jpg)
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Manolo Bustamante ha sido uno de los grandes fotoperiodistas de Cantabria, con más de cuarenta años de experiencia a sus espaldas y siempre incansable. Siempre con su cazadora de color 'beige' y su cámara al hombro, hasta los últimos días haciendo fotos, ahora ya con una pequeña cámara digital para recoger todo lo que sucedía a su alrededor. Fue de los fotógrafos que vivieron su profesión con ilusión, con alegría, sin cansancio. Y ayudando siempre a los jóvenes periodistas que se incorporaban a la redacción de El Diario Montañés, donde Manolo Bustamante desarrolló toda su carrera llena de exclusivas, que es lo que más satisface a un fotorreportero como él. Para los jóvenes periodistas ir con Manolo a realizar un reportaje era garantía de que saldría adelante. Eran jóvenes y no conocían a nadie; Manolo conocía a todos.
En el año 2006 la Asociación de Periodistas de Cantabria le entregó el premio Estrañi en agradecimiento a su trabajo y su carrera. Con Manolo desaparece una época, pero queda su legado. Cuatro millones y medio de negativos y miles más de fotos digitales, las últimas las que tomó este mismo año a sus compañeros en la jubilación de varios de ellos, en una cena en la que fue la estrella. Recibió el cariño de todos y el pésame por la muerte de su esposa, su inseparable 'Carmina', María del Carmen Benavides, que tantos ratos compartió con todos los empleados de El Diario. Manolo ha sobrevivido poco más de cuatro meses a su esposa, con la que se compartió 57 años de matrimonio.
Su memoria era impresionante y siempre tenía planes. El último, reunirse de nuevo con Vital Alsar. Esperaba que viniera este verano desde su residencia de Acapulco (México) a pasar unos días a Santander para poder verle y abrazarle.
Manolo tenía la sabiduría de quien ha tratado a los grandes –príncipes, militares, jefes de Estado, premios Nobel, grandes actores...– y sabía cómo se movía el mundo, a base de caminar junto a las noticias que hacen la historia. Mantenía viva su cabeza a base de leer y hacer crucigramas. De leer, sobre todo, biografías de personajes históricos y de repasar la historia de España y el mundo. Para tener perspectiva de como era la realidad actual.
Y siempre fue discreto. «Me he callado muchas cosas, muchas. No se cuentan porque podría perjudicar a algunas personas. Cosas que no tenían nada que ver con la vida pública como políticos o como deportistas. Muchas veces es mejor callar». Eso es elegancia. Y, por eso, prefería decir: «A muchos personajes famosos es mejor no conocerles nunca, porque te decepcionan».
Lo que siempre contó Bustamante fueron anécdotas, muchas anécdotas, relacionadas con los personajes a quien conoció. Don Juan de Borbón, «a quien llamaban Majestad», y su petaca de ginebra; cuando Franco le dio la mano y el médico personal del general (el doctor Gil) dijo «no aprieten, no aprieten»; el día que retrató a Lola Flores con los rulos puestos, en el Hotel Real... Conoció a El Cordobés; destacó lo agradable que fue con él Plácido Domingo y se acordaba perfectamente de cuando conoció en Laredo a los príncipes Juan Carlos y Sofía, y a don Felipe, un niño de pocos años. Retrató a Perón, a los emperadores y al príncipe heredero del Japón, al general de Gaulle, a Linda Jhonson, al cantautor argentino Atahualpa Yupanqui, Severo Ochoa, la familia Botín... A todos de cerca. Su lema fue: «No hay cosas difíciles si se pone interés de verdad».
No fue fotógrafo por tradición familiar. Su padre era marino mercante y Manolo llegó a la fotografía de la mano de sus primos Bienvenido y Fernando, que tenían joyería y fotografía en la vieja calle Becedo. Así que comenzó en la fotografía en el año 1945, como fotógrafo de estudio, y llegó a El Diario en 1961 para hacer unas instantáneas de un campeonato de bolos. Y se quedó. Se acordaba perfectamente del primer suceso del que tomó fotos. Lo recordaba con claridad: «Unos músicos que habían tocado en Torrelavega se estrellaron contra un árbol en la Cuesta de La Morcilla y se mataron». Después hizo muchas informaciones de todo tipo, incluidos muchos sucesos y, entre ellos, el atentado de un coche bomba con muertos en La Albericia, a la puerta de las instalaciones de El Diario.
En su larga vida profesional trabajó a las órdenes de siete directores de El Diario: Manuel González Hoyos, Juan Antonio Gurriarán, José Aurelio Valdeón, Miguel Ángel Santamaría, Florencio de la Lama, Ramón San Juan Corrales y Manuel Ángel Castañeda. Y conoció a ocho alcaldes: Manuel González Mesones, Máximo Fernández Regatillo, Alfonso Fuentes, Marino Fernández Fontecha, Alfonso Fuentes otra vez, interino a Roberto Sáez, Juan Hormaechea, Manuel Huerta y Gonzalo Piñeiro. A todos los obispos, a todos los gobernadores civiles y militares, a los mandos de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, de la Policía municipal... A todos. Y siempre dijo lo mismo: «Los más fáciles de fotografiar son los políticos. Les gusta mucho salir en el periódico, antes y ahora».
Sus fotos se publicaron también en La Hoja del Lunes y en numerosos periódicos y revistas de España y, cuando se jubiló, se dedicó a organizar sus amplios archivos fotográficos en los que quedan recogidos más de cincuenta años de la vida de Santander y Cantabria. Ese es su legado para generaciones posteriores.
Bustamante era incansable, en el trabajo y en las relaciones públicas que muchas veces lleva inherente esta profesión. Le gustaba la calle. Lo contó muchas veces. La calle y la gente como forma de estar al día de todo lo que pasaba en Santander. Porque lo estaba, aún después de jubilado y de estar ya más alejado de la vida social por la edad y las enfermedad que van con ella. Pasó varias veces por el hospital en los últimos años, pero salió airoso y con ánimo, recordando como había sido su vida infantil, la de un santanderino que nació el 12 de enero de 1929 en la calle de El Sol, hijo de Manuel y María Luisa. Nunca pensó, lo dijo también, que llegaría a ser un personaje tan popular. Pero, claro, era junto con otros grandes fotógrafos de la época, como Pablo Hojas, gente singular porque, entonces, hace cuarenta y más años, los fotógrafos de prensa eran pocos y respetados. «Nos respetaban. Nos conocían y nos respetaban», nos dijo en la redacción de El Diario en más de una ocasión.
Bustamante guardaba grandes recuerdos de su trabajo, en especial del reportaje que le hizo al general Perón en Santander. Lo contó en una entrevista en 2006, con motivo de la entrega del premio Estrañi: «Fue en el hotel Bahía, de Santander. Iba de redactor Castañeda, hoy director de El Diario. Fuimos al hotel. Perón estaba con su esposa, María Estela, tomando el aperitivo. Me acerqué, le pedí una entrevista, nos invitó a sentarnos con él y le hicimos el reportaje. Fue el 2 de agosto de 1971».
Y hubo reportajes terribles. «El asesinato de Silió, el atentado de La Albericia, un helicóptero que se estrelló frente al Golf de Pedreña y murieron cinco personas. Me salvé porque no subí, pues ya no había luz para hacer fotos. Fue el 23 de diciembre de 1970». Manolo, siempre en su coche recorriendo Cantabria detrás de la noticia tuvo algún percance, pero de aquello sacó más experiencia y alguna cicatriz. Y el disgusto de su esposa: «Me ha aguantado de todo, las largas horas de trabajo... ¡Las veces que le he dejado con la entradas del cine en la mano! Otra me hubiera plantado».
Precisamente la muerte de su esposa en marzo pasado fue un duro golpe para Manolo Bustamante. «Me encuentro cansado y muy solo. La casa se me cae encima». Sacaba fuerzas para salir y dar un paseo por Santander, para saludar a cuantos se acercaban a darle el pésame y desearle que mejorase en su ánimo, para ir a la cena de jubilación de varios compañeros, siempre atento con todos cuantos se formaron con él en la vieja redacción de la calle Moctezuma y luego en La Albericia.
En una ocasión dijo que, de no haber sido fotógrafo, le hubiera gustado ser marino, como su padre. Falleció ayer, día del Carmen. Su cuerpo reposa en el tanatorio Nereo. Su funeral será a las cuatro de la tarde de hoy en la iglesia de San Francisco, en la calle Los Escalantes.
Ha fallecido Manuel Bustamante, #PremioEstrañi de la @apcantabria y referente del fotoperiodismo cántabro que desarrolló toda su carrera profesional en el @dmontanes Nuestras condolencias a sus familares y amigos https://t.co/HmXifSBVTV pic.twitter.com/aP4Tisx3Vo
— A. Periodistas Cant. (@apcantabria) 16 de julio de 2018
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