«Ocultar una cabeza es un rasgo psicopatológico»

-La cabeza y las manos son las partes anatómicas de mayor valor identificativo. Teniendo en cuenta que se deshizo de ella en abril cuando la Policía fue a registrar su domicilio, no estamos ante un caso de fetichismo, de un asesino profesional para el que el objeto de fetiche es un trofeo, sino que la ocultó mientras buscaba una solución y se la dio a la vecina para alargar la detención, la criminalización que se le venía encima. Es probable que se hubiera deshecho ya del resto del cadáver. Las piernas y los brazos son más fáciles de cortar, se pueden congelar, pero el tórax y la cabeza no pasan desapercibidos. Se han dado casos de canibalismo, quien lo ha arrojado a la ría o a un contenedor...

-Convivir con parte del cadáver de su compañero mientras mantenía una vida normal, ¿puede apuntar algún rasgo patológico?

-Sí, la verdad es que toda la información que hemos leído hasta ahora en la prensa habla a favor de que es un crimen de una mujer con rasgos psicopatológicos. Tras la muerte, parece haber mostrado un comportamiento normal, ha manipulado el cadáver y eso implica un esfuerzo. Supuestamente contesta a los mensajes... No se trata de un brote psicótico, de alguien que ha perdido el contacto con la realidad porque no lo hubiera ocultado, sino más bien de un trastorno de la personalidad, que se caracteriza por una visión egocéntrica del mundo, yo por encima de todo. Minusvaloran a los demás, manejan mal la ira y tienen falta de empatía. Establecen relaciones de poder, de superioridad. No es una psicosis, sino los típicos malos.

-Según cuentan sus amigos y un primo, durante su desaparición, Jesús María estuvo contestando a los mensajes del móvil y se sospecha que era ella quien lo hacía.

-Estamos ante un comportamiento organizado, un plan elaborado con tiempo y esfuerzo para mantener a la pareja viva delante de los demás y ocultar pruebas que le pudieran incriminar.

-Carmen Merino es la única detenida por su implicación en el homicidio, ¿cree que podría haber algún otro implicado?

-No lo sé. Fragmentar un cadáver no es fácil, hay que tener herramientas... No sabemos la profesión de la detenida, si es carnicera o se dedica a la hostelería. Además, se monta un fregado tremendo, en el cadáver hay sangre y cantidad de líquidos que exigen después una profunda limpieza.

-¿Se puede identificar a una persona sólo con su cráneo?

-A través de los dientes, se compara con la ficha dental que tendrá su dentista porque a su edad ya todo el mundo ha ido y se ha hecho una radiografía. Y también por la forma de los senos nasales, son muy característicos. La identificación definitiva se completa con el ADN. Aún en restos putrefactos y deteriorados se puede obtener un perfil genético y compararlo con el de los hijos u otros familiares.

-El resto del cuerpo no ha aparecido, ¿qué grado de deterioro se podría esperar tras seis meses?

-En la descomposición influyen muchos factores, depende de la complexión de la persona, si es fuerte la putrefacción tardaría más. Las heridas que le hubieran hecho para matarle también hacen que la descomposición vaya más rápida. Si se ha mantenido en un congelador se conserva mejor que si está enterrado o sumergido en agua. A estas alturas estaría ya en una fase colicuativa, destruyéndose ya todos los tejidos, con insectos... La piel y el músculo ya habría desaparecido, aunque no estaría aún completamente esqueletizado.

-¿Se puede averiguar la causa de la muerte sólo con la cabeza?

-Si le han matado de un martillazo y estudias el hueso limpio, sí se puede saber siempre que la causa de la muerte, el golpe, esté en la cabeza. La muerte es un proceso gradual y la putrefacción, uno de los enemigos de la investigación forense, desfigura y hace desaparecer tejidos. Si la cabeza es reciente, se puede determinar si el corte es postmortem o vital.

-La mayoría de los crímenes los cometen hombres, ¿cuál es el perfil de las homicidas?

-Según un informe nacional de 2018, sólo el 7% de los homicidas eran mujeres, frente a 131 hombres. Los métodos fueron el arma blanca, estrangulamiento, contusiones y uso de sustancias tóxicas. Los hombres son más violentos. Los móviles en la mujer homicida siempre están asociados a un conflicto interpersonal que se resuelve, bien cargándose a la pareja para cobrar un seguro de vida, o por una venganza, como castigo por infidelidad o maltrato. Cada vez vemos más la violencia bidireccional, tú me pegas, yo te pego, va incrementándose la intensidad y se generan lesiones muy graves.

-¿Por qué se llega a matar a la persona a la que se ha amado?

-A los normales nos parece imposible traspasar esa línea, pero para los psicópatas es más fácil, no tienen remordimientos.