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El jurado popular del caso de Castelar –el del atropello que le costó la vida a Bret Elorza (19 años) en Santander el pasado 3 ... de febrero de 2023– se enfrenta mañana, lunes, a la difícil tarea de decidir el futuro de los dos acusados (Bryan Barroso y Adrián Bedia) o lo que es lo mismo, determinar qué responsabilidades tienen cada uno de ellos en los hechos que se juzgan.
La decisión que tomen los jueces legos será clave para que, posteriormente, el presidente del tribunal, el magistrado Juan José Gómez de la Escalera (Sección Tercera de la Audiencia Provincial), emita una sentencia con las correspondientes penas. Todo ello dando por hecho que ambos van a ser condenados (Barroso pidió al jurado una condena justa), al no haber negado su participación en los hechos, aunque descartan los cargos de las acusaciones.
Sobre las mesa, el jurado tiene diferentes pruebas y tendrá que decidir si han quedado acreditadas. La primera, que se practicó el martes, es la declaración de los acusados, que tienen el derecho a mentir y rechazaron de plano uno de los pilares sobre los que se sustenta la acusación: el supuesto pique o carrera al volante que acabó con el fatal desenlace. Mientras que Barroso explicó que «llegaba tarde» a recoger a un amigo de un cumpleaños, Bedia afirmó que iba a cenar al McDonald's de la S-20 junto a su novia y que una distracción por mirar el móvil de ella provocó que tuviera que «esquivar» al otro acusado adelantándole por el carril bus. Todo ello después de negar que estuviera compitiendo con Barroso.
Teniendo en cuenta este relato, la novia de Bedia ratificó la versión de su pareja durante la tercera sesión del juicio celebrada el miércoles. El problema es que cayó en una contradicción, tal y como resaltó la acusación particular, que puede ser relevante para el jurado a la hora de emitir su veredicto, ya que durante la fase de instrucción previa al juicio esta testigo declaró que Bedia «solo se picó con el coche negro (el Audi de Barroso) hasta el túnel del Centro Botín, luego ya no».
El seguimiento del juicio, en cinco noticias
El otro testimonio que tendrá que tener en cuenta el jurado es el del conductor testigo que viajaba con su expareja y que tuvo que frenar cuando accedía a la rotonda de Puertochico para «evitar ser el chico de la moto». Según relató, el día del accidente vio aproximarse por el Paseo de Pereda, a la altura del paso de cebra que hay junto al Club Marítimo y el monumento a Los Raqueros, «cuatro luces» de dos coches (los de los acusados) a una velocidad «bastante alta». Entonces dice que frenó de forma «bastante brusca» para que no chocaran con él, casi hasta detenerse, pero sin llegar a hacerlo. «Pasaron tan rápido que no hizo falta. No me dio tiempo más que a reaccionar para salvar mi vida. El frenazo fue vital, si no me habrían llevado por delante. De hecho, me he planteado muchas veces que podía haber sido yo o mi expareja los que hubiésemos muerto en lugar del chico de la moto», dijo.
La otra prueba fundamental en este caso es la reconstrucción del accidente que ha realizado el equipo especializado de la Guardia Civil (ERAT). Según su estudio, en el túnel del Centro Botín (de 226 metros de largo y velocidad limitada a 40 km/h) Barroso alcanzó una velocidad de entre 121 y 128 km/h y Bedia de entre 112 y 125.
Después, en el Paseo Pereda (limitado a 50 km/h), Bedia mantuvo una velocidad media de 77 km/h, mientras que Barroso –que llegó a invadir parcialmente el carril contrario– fue acelerando desde los 84 a los 111 km/h. A partir de ahí, ambos siguieron apretando el acelerador hasta que Barroso salió de la rotonda de Puertochico hacia Castelar por el carril izquierdo a 136 km/h; Bedia, por el derecho, algo más atrás, alcanzó los 114 km/h.
El impacto de Barroso contra Bret Elorza (que viajaba con su ciclomotor a 44 km/h) fue a una velocidad de 97 km/h, según confirmaron los agentes del ERAT, que señalaron que el grado de fiabilidad de su reconstrucción es «el más absoluto» y con un margen del error de apenas «el 1%».
Con todas estas pruebas se abren tres escenarios posibles. El primero, el que plantea el fiscal, que pide 14 años de cárcel para Barroso (por homicidio doloso y tres delitos contra la seguridad vial) y 4 años y medio para Bedia por conducción temeraria con desprecio a la vida y dos delitos contra la seguridad vial. El segundo escenario sería el de la acusación particular, que reclama 13 y 12 años para los dos acusados por homicidio doloso. La tercera opción es que el jurado considere a Barroso autor de un homicidio por imprudencia, como propone su abogado, y que Bedia sea autor de una conducción temeraria básica como defiende su letrado.
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