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Daniel del Pozo en una de las fincas con su ganado. DM
Daniel del Pozo: «El premio es para mi madre, mujer valiente y emprendedora»
Premio al Productor Ecológico

Daniel del Pozo: «El premio es para mi madre, mujer valiente y emprendedora»

VII PREMIOS ALIMENTOS DE CANTABRIA ·

En 2001 Conchi Gutiérrez convirtió su empresa familiar en un proyecto ecológico, viable y sostenible. Hoy, su hijo, Daniel del Pozo está al frente de la ganadería Ecovaldeolea junto a su padre

ALICIA DEL CASTILLO

Miércoles, 15 de junio 2022, 18:43

Ecovaldeolea es una ganadería familiar ecológica que produce ternera (vacas menores de un año) y añojo (más de 14 meses) de razas limusinas y asturianas de los valles, criadas en los altos pastos de Campoo. También potro lechal aunque este es minoritario. Localizada en San Martín de Hoyos, en pleno valle de Valdeolea a mil metros de altura, cuenta con una cabaña ganadera de unas 100 vacas y dos sementales.

Este proyecto arrancó en el año 2001 en el sur de Cantabria, gracias al carácter emprendedor de Conchi Gutiérrez Frechilla -fallecida en 2019-, y hoy sigue adelante con el mejor de los relevos, su hijo Daniel del Pozo, que a sus 30 años está al frente de Ecovaldeolea junto a su padre, José Manuel, jubilado de la antigua Naval.

Estudió magisterio de educación física y poco antes de la pandemia tuvo que regresar a su pueblo para hacerse cargo del negocio. «Al final solo hay que saber adaptarse. Me gusta estar aquí, se vive muy bien y para mi madre es este reconocimiento». Una mención que en lo personal reconoce el «sacrificio y la honestidad con la que a mi madre le gustaba hacer las cosas». Y en lo profesional, valora «el trabajo bien hecho, la calidad de nuestra carne, y nos anima a seguir en la misma línea».

«En lo personal este premio reconoce el sacrificio y la honestidad con la que mi madre hacía las cosas. En lo profesional, valora la calidad de nuestra carne y nos anima a seguir»

Un negocio estable

Conchi empezó en la ganadería casi por «capricho» y poco a poco fue ampliando el número de animales. «Ella era muy emprendedora y tuvo la valentía de arriesgar. Quizá porque no había mucho que perder. En cambio, para mí ha sido más fácil. Había un negocio estable y arraigo, además de ganas, ilusión y un sentimiento de orgullo que empuja... Mi madre era muy especial».

Un camino «complicado»

Cinco años de actividad fueron suficientes para dar el paso y dejar atrás el modelo convencional. «El camino ha sido complicado», reconoce Daniel. «Al principio no era un negocio fuerte porque la gente pensaba que no había diferencias entre un modelo y otro. Mi madre entendió muy bien lo que era una ganadería ecológica desde un punto de vista innovador. A día de hoy creo que tengo su misma perspectiva y la ganadería ecológica debe combinar innovación y tradición».

La ganadería está situada en San Martín de Hoyos, en la comarca de Campoo. Juanjo Santamaría

En el año 2008 comenzó una relación comercial con el Grupo DeLuz que hoy se mantiene. «A partir de aquel momento nos empezó a conocer más gente y pasamos de cebar 3 o 4 terneros al año, a engordar 20. Nos seguimos moviendo en esa cifra y aproximadamente el 50% lo vendemos a hostelería y el otro 50% va en lotes a particulares, a través de nuestra página web, repartimos por toda España».

La conciencia ecológica les ha ayudado mucho, pero también ofrecer buen producto a buen precio. «Quien diga que la carne ecológica es cara es porque desconoce el proceso de alimentación y crecimiento de los animales, mucho más lento que la convencional. Nosotros alargamos la lactancia materna hasta los 5-6 meses, cuando la normativa dice que sean más de tres. Después los llevamos al cebadero».

Ecovaldeolea es un modelo económicamente viable por varios motivos, comenta Daniel. El principal, ser una ganadería ecológica porque «vender la carne convencional al precio que marca un tratante no es viable para nadie». El perfil de cliente que busca carne ecológica «está dispuesto a pagar un precio más alto porque sabe que hay mucha diferencia. Una carne ecológica es un producto sano, de alto valor, y esto hay pagarlo».

No obvia este joven ganadero que a través de la PAC la ganadería ecológica también se sostiene gracias a las ayudas. «No solo nos ayudan a subsistir sino que compensan el precio de la carne de cara al consumidor, sino hablaríamos de un producto de lujo».

Bienestar animal

Su modelo extensivo cuenta con 125 hectáreas entre fincas comunales y particulares. Garantiza el bienestar animal y respeta el ciclo físico, biológico y social de los animales. Además, este tipo de producción se diferencia de la convencional por el tipo de alimentación y la ausencia de transgénicos y medicamentos.

«A nivel organoléptico y nutricional existen notables diferencias. Tampoco contaminamos el suelo porque no empleamos abonos químicos ni plaguicidas. Nuestras fincas son auditadas cada año por certificadores independientes, que acreditan que somos acreedores del Certificado Ecológico Oficial. Para superar con éxito el examen del auditor no solo cumplimos los requisitos mínimos establecidos, sino que muchos de los parámetros sometidos a control son superados con holgura».

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