Las primeras ceremonias podrían llegar durante la segunda quincena de julio

Si se organizan al aire libre, las bodas podrán contar con un máximo de 100 personas. Y, en espacios cerrados, el aforo se limita al 50%, pero como mucho podrán ser 50 invitados. Con estas restricciones, las distancias de seguridad y la incertidumbre de si usar o no mascarillas, la mayoría de parejas busca ya fecha para 2021. Aunque también «hay gente que sigue para delante», explica Pepe Alvear, de la finca San Juan de Castañeda. Por eso ellos esperan empezar con las celebraciones «a partir del 15 de julio».

Sobre todo están pendientes de qué va a pasar con el tema «de las copas y el baile». Es decir, con el ocio nocturno que forma parte de las bodas y, por el momento, no hay nada concreto de si se podrá llevar a cabo porque en la fase dos «no está permitido». A pesar de todo, hay algo de optimismo: «Después del gran susto del principio, ahora se vislumbra un poco de luz». Aunque, en general, la gente prefiere esperar y las «peticiones de presupuestos que llegan son para el año que viene», dice Irmana Díaz, de Malaquita Events. «Es normal, hay muchas dudas», explica Díaz, y por eso entiende que prefieran cancelarlas.

Como hizo Estela Ruiz, que tenía previsto casarse el 4 de julio. Aunque ahora el panorama parece algo mejor, dice que «no se arrepiente de posponerlo». No podrían haber adelantado nada de los preparativos, ni irse de viaje a África. «Mejor ir a lo seguro y que la gente pueda disfrutarlo», añade.

En el Ayuntamiento de Santander, si no hay cambio de fecha, la primera boda civil con invitados será el 20 de junio. «No habrá lecturas con micro ni sillas y solo los novios se quitarán la mascarilla», explicó la concejala de protocolo, Miriam Díaz. El consistorio ha casado a dos parejas durante el estado de alarma, registrado dos anulaciones y 25 aplazamientos.