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Hace ya dos semanas que los hoteles tiene permitido abrir sus puertas, desde que Cantabria pasara a la fase uno de la 'desescalada' el pasado 11 de mayo. Pero pocos se han animado a hacerlo y coinciden en el motivo: la falta de movilidad entre ... provincias. Si no hay turismo, el sector se pregunta quién va a ocupar las habitaciones que ofrecen los establecimientos. Si la situación es complicada ya de por sí, con esa restricción la idea de preparar la reapertura de los alojamientos es, para muchos, un auténtico sinsentido. Aunque la región entre el lunes en la fase dos, el problema va a seguir siendo el mismo. Por eso la mayoría mantienen su idea de continuar cerrados. «Si pasamos a la fase dos solo abriremos la cafetería a lo largo de la semana», cuenta Sergio Peón, director del Hotel Bahía, en Santander.
Empezarán con los preparativos cuando sepan con seguridad que Cantabria entra en la siguiente fase. Durante esta semana ya han colocado las mesas con la distancia de dos metros y, en cuanto se publique en el BOE el cambio, se encargarán de desinfectar a fondo el espacio. Sin fecha fija, la previsión es empezar a atender a lo largo de la semana. Reabren esa zona del hotel porque «llevamos mucho tiempo cerrados» y por algún sitio han de empezar. No por rentabilidad. Pero lo cierto es que en la cafetería «sí habrá movimiento de gente», dice Peón. Como se ha visto en las terrazas desde que reabrieron. Y «vamos a intentar dar a los vecinos la posibilidad de venir, si quieren», señala.
Por el momento no se plantean reabrir nada más hasta la fase tres que, en principio, empezaría el próximo 8 de junio. Esperarán todavía unas semanas a que se flexibilicen los desplazamientos. «Si no hay movilidad entre provincias, no hay manera de abrir el hotel», explica Peón.
Sin posibilidad de desplazamientos, ¿hay reservas? «En toda la semana hemos tenido ocupada una habitación y dos apartamentos», explica Emérito Astuy, director del hotel Astuy, en Isla. En su caso, abrió las puertas de los alojamientos durante la fase uno, pero reconoce que «no es efectivo» y que, sin movilidad, «el negocio es poco». Para ellos han sido unos días, sobre todo, dedicados a la limpieza y a la puesta a punto de los espacios. También para adaptarse a las «nuevas rutinas y protocolos sanitarios».
Una parte importante del «negocio» es el restaurante, por eso «ya hemos abierto la terraza para comidas» y así, a la par, «hemos empezado con la actividad», explica Astuy. Ahora, con la fase dos, esperan utilizar el interior. Sobre las zonas comunes cuenta que actuarán «como está previsto», el personal siempre con mascarilla. Una medida que para «el público no es obligatoria».
Las novedades de la 'desescalada' por sectores
Álvaro Machín
LAURA FONQUERNIE
jose ahumada | Lucía Alcolea | Abel Verano | Vicente Cortabitarte
Laura Fonquernie
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