Luis Marina: «Me gustaría ver una Cantabria con mucha gente dispuesta a acometer inversiones»
PREMIOS EMPRENDEDORES CANTABRIA 2020 ·
El consejero delegado de Área 391 pronunciará la conferencia magistral en la gala de los Premios Emprendedores, que se celebra este martes en el Palacio de Festivales
Si hay algo que caracteriza la trayectoria profesional de Luis Marina es su capacidad para localizar nuevas oportunidades de inversión y actividad, siempre en el ámbito tecnológico, pero sin constreñirse a un área concreta. Evolución y habilidad para la anticipación en pos de ... los vientos de cola de nuevas tendencias generales. El propio interesado, arquitecto de profesión y en la actualidad consejero delegado de la plataforma de inversión Área 391, se define a sí mismo como un «impulsor de proyectos más que empresario». El protagonista, que impartirá una conferencia magistral en la gala de los Premios Emprendedores, tiene entre sus mantras el de «hacer que las cosas ocurran», hasta el punto de admitir cierto «aburrimiento» cuando la iniciativa empieza a centrarse más en la mera gestión y no en el propio crecimiento necesario desde la idea inicial.
Marina, a través de la sociedad Ibiocom, ha sido uno de los promotores principales para que la fibra óptica llegara a las zonas rurales de Cantabria. Ahora, con esta aventura industrial en alianza con el operador Adamo ya encarrilada y expandiéndose por otras autonomías como Asturias, se halla inmerso en otras propuestas ligadas al mundo de los esports a través de la firma Ween o El Markeet, una iniciativa liderada por Viavox que ha construido un 'market place' dirigido a pequeñas y medianas empresas del sector hostelero. La idea consiste básicamente en proporcionarles las mismas condiciones que disfrutan las grandes cadenas en sus centrales de compra digitales.
«Vivo aquí; vendo aquí y en todo el mundo pero trabajo en red», ejes sobre los que levanta su plan de negocio
¿Sobre qué va a tratar su ponencia? En el núcleo, la proyección que otea Marina de cómo será la Comunidad en 2035. La idea pasa por hablar directamente a los empresarios con la intención de que entre todos puedan dibujar un horizonte mejor del que presentan algunos organismos como el Instituto Nacional de Estadística (INE) en torno al envejecimiento poblacional autonómico y la pérdida de talento joven, que se marcharía a otros territorios a desarrollar su carrera profesional. Una sangría de capital humano que Cantabria no se puede permitir.
Con esa premisa, Marina entiende que de cara a esa a meta serán necesarias diversas apuestas. Como principal, la dinámica digital con la idea de que se puedan ir trasvasando recursos desde los negocios y modelos tradicionales. Una transición que obligará a modificaciones estructurales. Conceptos como la economía digital saldrán a relucir. «Vivo aquí. Vendo aquí y en todo el mundo. Trabajo en red», sintetiza el consejero delegado de Área 391, unos patrones que la propia plataforma inversora ha hecho suyos a la hora de apostar por nuevas iniciativas.
Durante la charla igualmente habrá espacio para el papel que debe jugar la Administración. «Tiene que ser innovadora y estar a la altura de lo que los empresarios sean capaces de andar por su cuenta». Como tercer pilar del discurso, otro mensaje para los empresarios. «Vamos a atrevernos con lo que podemos hacer nosotros dejando de quejarnos únicamente de lo que hacen mal los gestores públicos».
En un contexto cambiante como el actual, Marina responde a una pregunta habitual: ¿Qué consejo daría a los emprendedores de Cantabria? «Yo vengo de una formación como es la arquitectura donde los proyectos se empiezan y se acaban. Unos duran meses y otros años. Cuando acabas, no hay nada, por lo que hay que buscar otra cosa. Vale que soy empresario porque Hacienda así lo dice, pero a lo que me dedico en realidad es a montar proyectos. Hay cosas que hago muy bien y otras francamente mal. Entre las primeras, motivar a un grupo de gente para que nos pongamos a una cosa que aparentemente puede ser negocio y lo llevemos a un estado de aparente madurez. Cuando alcanzamos ese punto, me aburro como una ostra. Hay muchísima gente muy bien formada para llevar empresas adelante. Conozco mucha menos que se atreva a arrancar cosas de cero. Eso precisamente es lo que más me gusta a mí. Yo, por ejemplo, nunca sería bueno llevando una empresa familiar, puesto que llega un momento en que me evado».
El empresario dibujará con una charla la que en su opinión debe ser la senda para un futuro con oportunidades
¿Qué Cantabria va a salir del covid? En su opinión, «por un lado va a quedar una región empobrecida en muchas cosas que tengan que ver con el no cambio de usos o negocios. Eso va a pasar aquí y en otros lugares. Lo que sí que espero es que se aprenda la lección de que el mundo viene de otra manera. A la gente cuando se le acerca al acantilado es cuando empieza a reaccionar. En 2007 aprendimos que no se podía gastar a lo tonto ni endeudarte demasiado. Lo que vemos en esta coyuntura es que de la noche a la mañana cambia la percepción sobre la importancia de las cosas; hemos recuperado el valor de nuestro tiempo y hemos acelerado una digitalización que nos iba a llevar años. En el momento que saltas de un esquema antiguo a uno nuevo, en el que el trabajo en red gana peso sin necesidad de viajar tanto o vivir en un lugar determinado, se abre un conjunto de oportunidades enorme. La crisis del covid ha valido para igualar en ese sentido. Hay que aprovechar eso. Los territorios con buenas conectividades, y éste lo está, tienen todas las posibilidades».
Éxitos durante décadas
Para el empresario, «me gustaría ver una Cantabria en la que haya gente trabajando, autónomos que igualmente trabajen adecuadamente, empresarios que ganen y, sobre todo, mucha gente dispuesta a invertir. Todas las semanas tenemos contactos en Área 391 con gente que nos pregunta si puede invertir, pero cuando les decimos que además del dinero hay que trabajar, hay muchos que nos responden que no tienen tiempo. Ese modelo a nosotros no nos encaja».
Todo este discurso se forma a raíz de una ya larga trayectoria vital y profesional de Marina. «Estaba acabando Arquitectura en 1990. Empezaba a salir algo previo a internet. Estuve dando una charla en la Escuela de Ingeniería de Barcelona. A esa charla vino por casualidad gente de Viesgo. Me ofrecieron ir a Cantabria para montar un operador de internet. Al ser cántabro, me comprometí seis meses».
Con sus diferentes iniciativas factura 24,7 millones y da empleo directo e indirecto a 274 personas
Unos meses que realmente fueron ocho años. Una época en que la empresa creció de diez trabajadores a 270, con delegaciones en Latinoamérica. Endesa, propietaria de Viesgo en aquel momento, priorizó todo el despliegue de internet y Marina y su equipo iban creando las diferentes intranet. De ahí, a un encargo en Estados Unidos por parte de la eléctrica «a intentar hacer algo de punto com».
En 2000, en un encuentro con su mujer en Chile, decidió cambiar y volver a Cantabria. Llegó la aventura de Geofactory, todo un éxito en torno al mapeado y la geolocalización. Posteriormente, una consultora tecnológica, Saciva, y otras sociedades y negocios. Como episodio más reciente, otro éxito rotundo: Ibiocom y el despliegue de fibra óptica, con Área 391 tomando el relevo. En 2020 facturará 24,7 millones y da trabajo directo e indirecto a 274 personas.
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